La guerra de la inteligencia artificial acaba de subir de nivel de manera brutal. OpenAI tiró la bomba definitiva con ChatGPT5, y esta vez no hay vuelta atrás. Mientras Google, Meta y el resto se pelean por las migajas, Sam Altman y su equipo acaban de redefinir completamente las reglas del juego.
LA IA TOTAL
OpenAI lanzó ChatGPT5: Enfrentará a Gemini/Claude/Deepseek/Llama
La nueva estrella de ChatGPT promete crear aplicaciones completas, manejar tu agenda y superar a los humanos en tareas económicas clave. OpenAI la vio.
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El golpe maestro que nadie vio venir gracias a OpenAI
ChatGPT ya no es solo un chatbot más. Con GPT-5, OpenAI creó un monstruo tecnológico que piensa, razona y ejecuta tareas como si fuera un doctorado de Harvard metido en tu smartphone. ¿Te parece exagerado? Los números son demoledores: 74,9% en SWE-Bench, 88% en Aider Polyglot. Traducido al cristiano: este bicho programa mejor que la mayoría de los desarrolladores que conocés.
La demostración en vivo fue un espectáculo digno de Steve Jobs. Yann Dubois le pidió al modelo que creara una app completa para aprender francés, con todo el paquete: diseño, interactividad, gamificación. El resultado apareció en pantalla como si fuera magia negra. Pero no es magia, es pura ingeniería de Silicon Valley llevada al extremo.
La apuesta millonaria que va a definir el futuro
OpenAI no se conformó con lanzar un modelo. Creó todo un ecosistema: GPT-5, GPT-5-mini, GPT-5-nano y GPT-5-thinking. Cada variante apunta a un segmento específico del mercado, desde el usuario casual hasta el desarrollador hardcore que necesita procesar millones de tokens por segundo.
Los precios son estratosféricos pero justificados. USD 200 mensuales por acceso ilimitado al GPT-5-pro puede sonar caro, pero cuando tu competencia directa es contratar un equipo de consultores especializados, la ecuación cambia radicalmente. Altman no está vendiendo software, está vendiendo el futuro del trabajo intelectual.
Lo más perturbador de todo esto es la naturalidad con la que OpenAI maneja conceptos que hasta hace poco parecían ciencia ficción. La Inteligencia Artificial General ya no es una utopía lejana, sino una meta concreta con fecha de vencimiento. Y si GPT-5 es apenas el escalón previo, imaginate lo que viene después.
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