Los satélites fueron lanzados el 3 de febrero pasado como parte del programa Starlink de Internet por satélite desde el Centro Espacial Kennedy de Florida. Estos dispositivos son mucho más pequeños que un satélite convencional, y están diseñados para pasar poco tiempo en órbita.
La idea de Starlink es ofrecer acceso a Internet en cualquier parte del mundo, sin necesidad de cables, sólo con una antena que se conecta a los satélites; para ello.
La compañía planea lanzar miles de satélites a lo largo de los próximos años, una enorme red que cubrirá todo el globo.
Ahora, esa red tiene unas decenas de satélites menos. Pese a que el último lanzamiento realizado con el cohete Falcon 9 fue exitoso, el problema llegó cuando los satélites fueron soltados en la órbita correcta, a unos 210 kilómetros de altura.
Según SpaceX, en ese momento una tormenta geomagnética provocó que la fina atmósfera en esa zona se calentase y aumentase su densidad. Estos aparatos están diseñados para soportar unas condiciones muy concretas, y esta variación provocó que la mayoría sufriesen demasiada resistencia al aire; 40 unidades perdieron el control, o están a punto de perderlo.
“Estas tormentas causan el calentamiento de la atmósfera y densidad atmosférica a nuestras altitudes bajas de despegue. De hecho, los GPS a bordo sugieren que la escalada de velocidad y severidad de la tormenta causó un arrastre atmosférico que se elevó hasta un 50% respecto a lanzamientos anteriores”, informó la empresa en un comunicado.
La buena noticia es que los satélites no suponen un peligro para nadie, ni permanecerán dando vueltas a la Tierra como 'basura espacial'.
La empresa afirma que serán destruidos en la reentrada a la atmósfera, en respuesta a una de las mayores críticas que recibido Starlink: que semejante cantidad de satélites puede provocar problemas para futuros lanzamientos, convirtiendo la órbita terrestre en un gigantesco 'basurero'.
Se espera que este sea un golpe importante para las aspiraciones de SpaceX, pero al mismo tiempo, puede recuperarse muy rápidamente. Elon Musk anunció que el 2022 sería un año importante para el proyecto, planeando al menos un lanzamiento cada semana.