Napoleón Bonaparte es considerado el mejor estratega del siglo XIX. Un tipo de carácter fuerte y caprichoso cuyas decisiones lo llevaron a convertirse en emperador y en todo un modelo a seguir para político, militar, o ‘macho alfa’ de la época. Apple trajo la adaptación más cara y con Joaquin Phoenix.
NO RECOMENDABLE
Napoleón: Parece el Joker, pero es un desastre de casi 3 horas
El filme protagonizado por Joaquin Phoenix intenta abarcar toda la vida del emperador Napoleón, pero sin profundizar en nada.
Su vida está llena de episodios apasionantes, desde sus victorias militares hasta sus amores y traiciones. Un personaje que merece una película a la altura de su grandeza.
Una película decepcionante
Hay que destacar algo. El 16 de noviembre, es decir, 9 días antes de redactar esta review (un 25 de noviembre), las primeras críticas colocaban en muy buena posición a Napoleón. De hecho, yo mismo escribí una nota al respecto. Pero ni bien pasaron los días, la balanza a nivel internacional perdió equilibrio y ahora puedo confirmar, sin reparos, que es una película regular tirando a mala. Así que me hago firmemente responsable de haberle dado una puerta de entrada positiva a un producto que así parecía marcarlo.
Ahora, a lo importante.
El primer e imperdonable error de la homónima cinta de Ridley Scott es que parece no interesarle que su protagonista era un genio estratega, casi en absoluto. Parece que le importa poco. Y digo y repito “parece” porque, por momentos, sí, hay destellos de lo que fue el genio táctico de Le Petit Caporal (apodo para Napoleón: ‘el pequeño cabo’). Sin embargo, son momentos excepcionales y ni siquiera forman parte del argumento de la historia ni del arco de personaje. Un arco de personaje vago, desde ya, que técnicamente lo deja igual de principio a fin.
La cinta pareciera querer abarcar toda su vida —y cuando digo “toda” digo “toda”, “todísima”—, sin desarrollar ninguna por completo y dejar varios cabos sueltos, además de las inexactitudes históricas: no vienen al caso para esta crítica. Quiero decir, si vas a abrir subtramas, cerralas, no las dejés abiertas. Por ejemplo, ¿qué pasó con su relación con los hijos de Josephine? ¿Qué pasó con el hijo de Napoleón? ¿Qué consecuencias tuvo su derrota en Waterloo más allá del exilio?
Salí del cine con sensaciones negativas y una experiencia… aburrida. No la volvería a ver. Ni creo que lo haga. La película dura más de tres horas, pero se siente como una eternidad. Los diálogos son planos, las escenas de acción son escasas y mal filmadas, y la narrativa es confusa y saltarina. No hay emoción, ni tensión, ni humor, ni drama. Solo hay una sucesión de hechos inconexos que no logran captar la atención del espectador.
Malas actuaciones, pero una sola virtud
Tampoco me gustó Joaquin Phoenix, el actor que interpreta a Napoleón. Pareciera interpretar al Joker más que al emperador francés. No le veo el parecido físico, ni el carisma, ni la personalidad. Su actuación es exagerada, forzada y poco creíble. No transmite la autoridad, la inteligencia, ni la ambición que caracterizaron a Napoleón. Es una lástima, porque Phoenix es un gran actor, pero en esta película no lo demuestra.
Eso sí: Vanessa Kirby se pone la película a los hombros. La actriz que interpreta a Josefina, primera esposa de Napoleón, es lo único rescatable de este desastre cinematográfico. Su belleza, su elegancia, su expresividad y su química con Phoenix son notables. Su personaje es el más interesante y complejo de la película, y el único que genera algo de empatía.
Me quedo con la idea de que Ridley Scott desperdició un manso pedazo de costillar a la parrilla. Y, entre tanta costra chamuscada, encontrás algún que otro pedacito apetecible de carne.
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