Lisala Folau, un carpinetero jubilado de 57 años, era uno de los 60 habitantes de la isla de Atata, en el reino de Tonga, que quedó absolutamente devastada luego de un tsunami producido tras la erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Haapai.
MILAGROSO
Tras tsunami, flotó y nadó durante durante 24 hrs y se salvó
Lisala Folau fue arrastrado por el tsunami producido tras las erupción volcánica en Tonga. Flotó y nadó un día entero y milagrosamente llegó a Nuku'alofa.
Su historia es la de una supervivencia milagrosa.
Cuando el tsunami arrasó con su isla, Folau se trepó a un árbol pero eventualmente fue arrastrado por las olas. Consiguió mantenerse a flote durante más de 24 horas -por momentos flotando, por momentos nadando- y eventualmente consiguió llegar, sano y salvo, a Tongatapu, una distancia total de 13 kilómetros.
La transcripción de la entrevista que Folau brindó a la radio Broadcom FM, de Tonga, fue traducida y compartida por el editor principal de la radio, George Lavaka, en Facebook y recogida por el diario The Guardian.
Folau contó que estaba pintando su casa el sábado pasado cuando recibió la alerta por el inminente tsunami.
"Mi hermano mayor y sobrino vinieron a ayudarme, esta vez la ola había pasado por nuestro salón, nos mudamos a otra parte de la casa cuando una ola más grande, una que yo estimaría no era menor a 6 metros, llegó. Tengan en mente que soy discapacitado. No puedo caminar bien...y cuando camino, creo que un bebé puede hacerlo más rápido que yo", agregó. "Nos escondimos en la parte este de la casa, las olas venían del oeste así que pudimos escapar de esa ola".
Fue entonces que escaló el árbol con su sobrino mientras su hermano corría a buscar ayuda. Cuando hubo una calma entre las olas, bajaron del árbol pero entonces llegó una ola más grande.
"Cuando la ola rompió en la tierra debajo de nosotros, mi sobrina Elisiva y yo no tuvimos de qué agarrarnos y nos llevó el mar. Esto era a las 7 de la tarde", explicó Folau. "Flotamos en el mar, llamándonos. Estaba oscuro y no podíamos vernos. Poco después no podía escuchar el llamado de mi sobrina pero podía escuchar a mi hijo llamándome".
Folau dijo que en ese momento decidió no responderle a su hijo, por miedo a que este arriesgara su vida por salvarlo.
"La verdad es que ningún hijo puede abandonar a su padre. Pero yo, como padre, me mantuve en silencio porque si respondía, él hubiera saltado a intentado rescatarme. Pero entendí lo difícil de la situación y pensé que si pasaba lo peor, era solo yo".
Folau razonó que si se agarraba del tronco de un árbol, su familia al menos podría encontrar su cuerpo si moría.
"Floté y me anclé al este de la isla de Toketoke".
En la mañana del domingo, Folau vio pasar un bote patrullero, intentó llamarles la atención para ser rescatado pero no cree que no lo vieron.
Se dispuso luego llegar a la isla de Polo'a, saliendo a eso de las 10 de la mañana y llegando allí alrededor de las 6 de la tarde del domingo. Pero su calvario no terminó ahí.
"Grité pidiendo ayuda pero no había nadie allí. Mi mente ahora estaba en mi sobrina, que habíamos sido arrastrados juntos por la ola y ahora yo sobreviví".
Folau pensó entonces que si seguía un poco más, podía llegar a mui'i Sopu, que queda en el oeste de la capital Nuku'alofa, la principal isla de Tangatapu.
Alrededor de las 9 de la noche, Folau se topó con una casa en Sopu, eventualmente encontró una calle y fue recogido por un vehículo que pasaba por allí y llevada a la casa de los transeúntes. Había estado más de 24 horas en el mar.