1er. rescate de migrantes de Venezuela atrapados en la Línea de la Concordia (¿Qué concordia?), entre Tacna (Perú) y Arica (Chile). Según Amnistía Internacional, al menos 300 personas se encuentran varadas en la frontera "en una situación humanitaria crítica, sin alimentos, agua, alojamiento o asistencia sanitaria en el desierto conocido por sus condiciones extremas".
Amnistía Internacional le solicitó en forma reiterada a Perú y Chile retirar a sus fuerzas militares de la zona entre Arica y Tacna, donde permanecen esos migrantes atrapados por diferencias entre ambos países acerca de cómo resolver otro capítulo de la gran crisis migratoria que provocó el chavismo en Venezuela.
Pero fue muy complejo que Perú aceptara alguna respuesta racional al problema. Desde Arequipa, el general EP, Jhonny León Rabanal, jefe de la 3ra. División del Ejército, envió más de 200 soldados a la zona para "salvaguardar la seguridad nacional", aunque luego aclaró que no era para intervenir a los migrantes en desgracia.
Ahora se anunció en Caracas que casi 100 migrantes llegarán el domingo 07/05 al Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, que sirve a Caracas, a través del Plan Vuelta a la Patria, utilizado con bastante demora para resolver la grave situación que denunció Amnistía, ONG que presionó por gestiones diplomáticas de los 3 países (Perú, Chile y Venezuela).
Ni hablar de lo que sucede en la frontera entre México y USA: las fuerzas de seguridad estadounidenses expulsan diariamente a cientos de migrantes venezolanos desde la frontera de Brownsville (Texas), devolviéndolos a México al invocar el Título 42, una orden de salud pública que autoriza a los funcionarios fronterizos a deportar a inmigrantes ilegales bajo el argumento de que podían propagar Covid-19 en el país.
La medida sanitaria se aplicó desde 2020 pero este 11/05 será derogada porque la pandemia quedó atrás. Entonces, días antes del vencimiento del Título 42, las autoridades fronterizas deportan masivamente a migrantes.
Las autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés) informaron que de los 6.000 migrantes que se encontraban bajo custodia en ese momento, unos 4.000 son venezolanos.
La frontera
Antes de este principio de solución en la Línea de Concordia, el primer ministro de Perú, Alberto Otárola, anunció que se expulsaría de territorio peruano a los indocumentados, con el fin de combatir la inseguridad ciudadana.
En medidas extremas -Perú es un país en intensa crisis institucional y de inseguridad ciudadana-, el gobierno de la presidenta interina Dina Boluarte decretó el estado de emergencia en todas sus zonas de frontera con Ecuador, Colombia, Brasil y Chile para incrementar el “control de los ciudadanos extranjeros” en el país.
Boluarte anunció un decreto supremo que declara el estado de emergencia en la zona de frontera de los departamentos de Tumbes, Piura, Cajamarca, Amazonas, Loreto, Madre de Dios y Tacna.
A su vez, Chile emitió un decreto que otorga a las Fuerzas Armadas las facultades de control de identidad, registro y detención en la frontera.
Así fue como unos 300 migrantes quedaron en zona de nadie pero nadie nadie....
Ahora, luego de días de angustia, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto Van Klaveren, confirmó que un avión de Venezuela repatriaría a ciudadanos venezolanos. Y no descartó otros vuelos.
Según el comunicado de Caracas, el Gobierno venezolano "ratifica su compromiso con sus connacionales, solicitando plenas garantías y respeto a los derechos humanos de los migrantes venezolanos retenidos en los límites fronterizos entre Tacna (Perú) y Arica (Chile) (…) en situación de alta vulnerabilidad".
El gobierno de Nicolás Maduro culpa la migración masiva a las "más de 900 medidas coercitivas unilaterales impuestas por USA y sus aliados europeos".
Casi todos saben que esa no es una buena historia de lo que ha sucedido con la desgracia del chavismo gobernando Venezuela, y una oposición torpe integrada por políticos que se olvidaron de cómo se hace política.
Lo cierto es que 30.000 venezolanos han regresado, y unos 5.000 desean volver desde Perú, informó ya el ministro del Interior peruano, Vicente Romero.
Amnistía
A través de una carta abierta, firmada por su directora para las Américas, Erika Guevara, Amnistía Internacional había advertido: “La implementación de estas medidas han desatado una crisis humanitaria en la frontera de ambos países en las últimas semanas, donde se estima que alrededor de 300 personas, en su mayoría venezolanas, así como haitianas y de otras nacionalidades, se encuentran varadas”.
(En verdad, cuando visitaron la Línea de la Concordia, entre Arica y Tacna, el senador chileno José Miguel Durana (UDI) y el representante peruano del Parlamento Andino, Gustavo Pacheco, corroboraron que había ciudadanos de Venezuela, Haití, Ecuador, Colombia y Cuba, varios de los cuales se encontraban con sus papeles en regla pero igual eran bloqueados.)
Amnistía Internacional solicitó "a Chile y Perú a que utilicen la definición ampliada de refugiado de la Declaración de Cartagena e implementen sin demora esta medida determinación colectiva, ya que simplificaría y aceleraría la tramitación de las solicitudes de asilo”.
Esta parte de la solicitud fue rechazada tanto por Chile como por Perú.
Pero el reclamo al menos presionó para la negociación de los vuelos de repatriación a Venezuela.
En ese contexto, Amnistía Internacional exhortó a las autoridades de Chile y Perú a que realicen análisis detallados de las posibles necesidades de protección internacional de las personas venezolanas. Y que se aseguraran del carácter voluntario del retorno a Venezuela.
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