Una investigación publicada en The Lancet estimó la cantidad de menores que perdieron a uno o más de sus cuidadores a causa del virus, entre marzo de 2020 y abril de 2021.
Los autores utilizaron datos de fertilidad y mortalidad de 21 países, que representan el 77% de todas las muertes mundiales durante el período de tiempo analizado. La metodología que usaron los científicos se inspiró en investigaciones anteriores sobre las tasas de orfandad asociadas con el SIDA.
La investigación calculó que 1.042.000 niños experimentaron la muerte de un progenitor, cinco veces más niños que perdieron a sus padres que a sus madres.
Otros 92.000 niños perdieron a un abuelo que ejercía tareas de cuidado y 428.000 más perdieron a un abuelo o pariente mayor que no tenía la custodia, pero que vivía en la misma casa.
En total, 1.562.000 niños han perdido un cuidador primario o secundario como resultado de la pandemia de COVID-19.
Con todo, la investigación se limitó a las muertes por el virus, dejando de lado niños que ya habían sufrido pérdidas antes de la pandemia. Por ejemplo, en África, las tasas de orfandad están muy asociadas con la epidemia del VIH / SIDA y es muy probable que aquellas familias que perdieron a un cuidador por el Sars-coV-2 ya hayan tenido muertes previas.
Otra complejidad que podría incluso agravar las cifras, es el subregistro de muertes en algunos países. En Brasil, por ejemplo, se estimó que el exceso de muertes al comienzo de la pandemia era un 33,5% más alto que las muertes por COVID-19 oficialmente notificadas.
En este sentido, los autores destacan que:
Si se compara la prevalencia general de la orfandad mundial de 140 millones de huérfanos en total, el millón de niños huérfanos por COVID-19 podría parecer diminuto.
Sin embargo, en niveles absolutos, este número representa un grupo considerablemente grande de niños que necesitarán apoyo.
Los investigadores llaman a “generar conciencia sobre las diversas formas en que los niños se ven afectados por la pandemia” y a fortalecer las respuestas gubernamentales de todo el mundo para “orientar los esfuerzos hacia la identificación y el apoyo de esta población vulnerable de jóvenes”.