El jueves 10 de marzo, Clarín publicó una nota que cuestionaba el lugar de Viviana Canosa en los medios de comunicación, luego de su editorial en el Día de la Mujer. Tras las críticas que cayeron sobre el diario, este decidió dar de baja el escrito. Sin embargo, a partir de esto, fue acusado de censurar a Mariana Iglesias, editora de género del medio y responsable del artículo en cuestión.
¿CENSURA?
Guerra entre Clarín y la Izquierda por Viviana Canosa
Clarín dio de baja la nota que pedía echar a Viviana Canosa. Tras esto, el diario fue acusado de censurar a la responsable del escrito.
De esta manera, en lo que comenzó siendo un explícito pedido de censura por parte de Mariana Iglesias, acabó por tenerla a ella misma como víctima de un ultraje a su libertad de expresión. Si bien esto podría ser tomarse como un escarmiento para la editora de género de Clarín, lo cierto es que la actitud tomada por el medio es igualmente condenable.
Esa pregunta es la que se hacía Mariana Iglesias en su escrito titulado Viviana Canosa y el lado del mal, en el que ponía en tela de juicio el rol que Viviana Canosa ocupa en A24 y acusa al medio de amplificar el discurso de odio de la misma. Quienes son allegados a la ideología de Iglesias, propia de la izquierda, pusieron el grito en el cielo luego de comprobar que ya no se podía acceder a la nota, motivo por el cual tanto el nombre de la autora de la misma como de Viviana Canosa se hicieron tendencia en Twitter.
Sin embargo, lo que llama particularmente la atención es que ninguna de aquellas personas que condenó a Clarín por optar eliminar el artículo de Iglesias parecía percatarse de que lo que proponía era, en efecto, cometer un acto de censura y silenciar la voz de Viviana Canosa de A24. Dicho en otras palabras, una periodista arremetió, desde un medio de comunicación, contra otra, solicitando que dejarla sin trabajo. ¿El motivo? No coincidir con sus lineamientos ideológicos.
Resulta preocupante cómo en este país se ha vuelto normal exigir que ciertas voces sean calladas para dar lugar a otras. En las redes sociales, un ambiente sin reglas en el que todo vale, esto es moneda corriente. Y a fin de cuentas, es la propia audiencia haciendo uso de su libertad de expresión. Ahora bien, que tales opiniones lleguen a los medios y que sean profesionales de la comunicación sean los que, anteponiendo su militancia, exijan censura es algo que debería revisarse cuanto antes.
Urgente24, lejos de posicionarse de un lado o de otro, se ubica en el centro de la cuestión. Ambos hechos son graves y representan un agravio a la libertad de opinión. Viviendo en democracia, cualquier acto que promueva la censura es igual de reprochable, sin distinción partidaria. El tiempo dirá si luego de este suceso, un precedente quedará marcado.