El 9 de febrero de 2000, un día que ningún hincha de Boca o de River pudo olvidar tras el Superclásico de verano que terminó con un resultado inesperado. Y aquello no fue todo: también tuvo una renuncia estrepitosa y el estreno de una camiseta que para Boca se convertiría en leyenda.
GRAN HUMILLACIÓN
La noche que la cantera de Boca tumbó a Ramón Díaz y la 'camiseta de la suerte'
¡Superclásico histórico! Juveniles de Boca vencieron a River y provocaron la renuncia de Ramón Díaz. La misma camiseta les dio el triplete ese año.
Los pibes de Boca que se quedaron con el partido
Un equipo plagado de juveniles le dio la victoria a Boca ante River esa noche, algunos de los cuales, como Sebastián Battaglia y Nicolás Burdisso, se convertirían en figuras importantes del club en los años venideros. Comandados por Carlos Bianchi, dieron vuelta un 1-0 en contra y trituraron a River por 2-1. Juan Pablo Ángel había adelantado al "Millonario" pero, al regreso del descanso, Alfredo Moreno, de penal, y Sebastián Battaglia, de cabeza, le dieron la victoria a Boca.
Lo más impactante no fue el resultado en sí, sino la repercusión que tuvo. Dos días después de aquella derrota, Ramón Díaz, entrenador de River, renunció a su cargo argumentando "falta de apoyo" de la dirigencia, una decisión que conmocionó a la hinchada rojiblanca.
Pero la historia no termina ahí: Boca ingresó a la cancha con una nueva camiseta luego del segundo tiempo, la cual sería utilizada para el resto del año. Con esa casaca, el equipo de Bianchi logró un triplete histórico: el Torneo Apertura, la Copa Libertadores y la Intercontinental.
Una buena para Boca, una mala para River
River no pudo reponerse del golpe que supuso la salida del "Pelado" Díaz ni tampoco consiguió obtener ningún título en el año 2000. En cambio, para Boca fue todo lo contrario: con la camiseta que estrenó en el Superclásico, los chicos de Bianchi conquistó el continente y el mundo.
Más de veinte años después, el Superclásico del 9 de febrero de 2000 sigue resonando con fuerza. Un partido que no solo se recuerda por el resultado final, sino por las consecuencias que tuvo para ambos equipos. Una noche en la que la cantera de Boca se lució ante River y le dio un golpe a Ramón Díaz que nunca pudo olvidar.