Hoy se cumplen 80 años del suicidio de Adolf Hitler en su búnker de Berlín, mientras los rusos cerraban el cerco final sobre la capital del Tercer Reich. Sin embargo, documentos recientemente desclasificados de la CIA reavivan la vieja teoría de que el Führer habría escapado a Argentina y vivido oculto durante años bajo una identidad falsa.
LO QUE DICE LA CIA
80 años después: ¿Adolf Hitler se disparó en Berlín o se tomó un café en Argentina?
El misterio sobre qué pasó con Adolf Hitler resurge décadas después de su suicidio. ¿Murió en Berlín o escapó a Argentina? La CIA tiene para reavivar el debate.
Los últimos días de Adolf Hitler: entre la derrota y la muerte
A fines de abril de 1945, el panorama en Berlín era desesperante. La ciudad estaba en ruinas y los soviéticos ya habían llegado al centro. Mientras afuera caían bombas sin descanso, Adolf Hitler se encerró en el Führerbunker con su círculo más íntimo. A sus 56 años, aislado y paranoico, estaba convencido de que lo habían traicionado y que el final era inevitable.
El 28 de abril, Hitler se casó con Eva Braun, su compañera de años, en una ceremonia íntima en el bunker. Según relató su secretaria Traudl Junge, la escena fue surrealista: una boda en medio del caos, con los novios saludando uno a uno a su personal, sabiendo que el futuro inmediato era la muerte. Esa misma noche, Hitler dictó su testamento político y personal, donde dejaba instrucciones detalladas sobre el partido, el destino de Alemania y hasta el cuidado de sus perros.
El 29 de abril llegó la noticia que terminó de sellar su decisión: Mussolini había sido capturado y ejecutado por partisanos italianos, su cuerpo colgado en una plaza pública. Hitler no pensaba terminar igual. Ordenó matar a su perra Blondi, su compañera inseparable, para asegurarse de que el veneno funcionaba. Preparó su muerte con una meticulosidad escalofriante: entregó cápsulas de cianuro a su entorno y se despidió uno por uno.
Al día siguiente, 30 de abril de 1945, Hitler y Eva Braun se encerraron en sus habitaciones. Él se disparó en la sien, ella se tomó el cianuro. Los cuerpos fueron subidos al jardín del edificio, rociados con nafta y prendidos fuego por órdenes del mismo Hitler. Los testigos recordaron el olor a carne quemada, el sonido de los bombardeos y el silencio sepulcral que quedó después. Los soviéticos hallaron los restos calcinados y, décadas después, Rusia reconoció haber guardado fragmentos del cráneo y la mandíbula, usados para confirmar su identidad por registros dentales.
La ruta sudamericana: Archivos, sospechas y un alias con acento alemán
Pero no todos quedaron convencidos. En junio de 1945, los soviéticos, tal vez con segundas intenciones, declararon que no habían encontrado el cuerpo de Hitler. A partir de ese momento, empezaron a surgir testimonios, fotos y relatos que ubicaban al dictador vivo en diferentes rincones del mundo, especialmente en Sudamérica. Y ahí es donde entra en escena Argentina.
Los documentos desclasificados por la CIA en abril de 2025 (a 80 años de su "fallecimiento") muestran que, entre 1945 y 1955, hubo agentes estadounidenses que siguieron pistas concretas de que Hitler podría haberse escapado a nuestro país. Un informe de octubre del '45 mencionaba un hotel en La Falda, Córdoba, propiedad de una familia alemana fanática del nazismo y cercana a Joseph Goebbels. Según esos archivos, el lugar ya estaba preparado desde antes del final de la guerra como escondite para Hitler, por si las cosas se ponían feas.
En otro documento de 1955, un agente encubierto, con el nombre clave "CIMELODY-3", aseguró haber obtenido una foto tomada en Colombia donde aparecía un hombre idéntico a Hitler, bajo el alias de "Adolf Schrittelmayor". El testimonio venía de Phillip Citroen, un ex SS que afirmaba visitar al Führer "todos los meses" y decía que el dictador vivía tranquilo en Tunja, tomándose su tiempo en la playa... antes de mudarse nuevamente a Argentina.
Aunque la CIA terminó archivando el caso por falta de pruebas, nunca se cerró del todo. Y más aún: hace apenas unas semanas, el Gobierno argentino anunció que liberará archivos secretos sobre los nazis que se refugiaron en el país, según el Buenos Aires Times, incluyendo movimientos bancarios, redes de protección y posibles identidades falsas.
Sabemos que muchos jerarcas nazis sí lograron llegar a estas tierras, como Adolf Eichmann, capturado por el Mossad en Buenos Aires en 1960, o Josef Mengele, quien vivió sin ser detectado hasta morir ahogado en Brasil. Que Hitler haya podido hacer lo mismo no suena tan descabellado, sobre todo con apoyo, plata y una red aceitada de contactos.
¿Y vos? ¿Creés que el Führer terminó sus días en un sótano de Berlín... o en una quinta cordobesa tomando mate bajo un seudónimo?
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