“Que no digan que no les avisé…”, debe estar diciendo por estas horas en Nueva York el Ceo del CitiGroup, Mike Corbat, con la oferta que le hizo llegar el Santander por la operación minorista en venta de Brasil y Argentina.
TIRA Y AFLOJE POR LA BANCA MINORISTA EN LA REGIÓN
El Santander Río atropella en la recta final para quedarse con el Citi
Cuando parecía que en Nueva York en estos días bajaban el martillo a la venta de la cartera minorista del Citigroup en Argentina, y que se la quedarían el Macro o el Galicia en US$ 250 millones, el Santander cumple la promesa y le alcanza una oferta por la filial brasileña que incluiría a la operación local. Es lo que por estas horas se está analizando en Nueva York y demora las decisiones de la adjudicación. El suspenso se prolonga en lo más alto de la banca comercial argentina.
Se habrá referido seguramente a que cuando el año pasado anunciaron que podrían a la venta las filiales de banca individual de ambos países y Colombia privilegiaría la oferta que contemplara el paquete latinoamericano en bloque.
Tal como estaba previsto, aunque con pocos días de demora atribuida al Brexit y a los test de estrés de la banca en Estados Unidos, la entidad presidida por Ana Botín finalmente presentó la oferta por los activos de Citi en Brasil que había prometido para finales de julio. Pujará de este modo por la división minorista del banco estadounidense, en competencia con el mayor banco brasileño, Itaú, y otro de los grandes bancos del país, el Safra.
Pero fuentes seguras del sector afirman que la propuesta abarca la operación en Argentina, lo cual habría sonado tan interesante para la casa central del Citi que decidió poner de lado por un rato la idea que había cundido en la entidad norteamericana de adjudicarle a priori al Macro o al Galicia la red de la entidad extranjera pionera en radicarse en en Argentina, compuesta por 71 sucursales en 25 ciudades, con 2.775 empleados, dedicados a atender personas físicas.
Botín confirmó hace poco a medios brasileños la intención de competir por el Citi, durante un acto celebrado en Madrid, en el XV Encuentro Santander América Latina.
La intención de vender el negocio de banca de consumo (que incluye sucursales bancarias y tarjetas de crédito) en Brasil, Argentina, y Colombia había sido anunciada en febrero. Los máximos ejecutivos prometieron asimismo que darían prioridad a fusiones que respetaran la plantilla de personal.
Trascendió que el Santander Río entraría en la negociación ofrecida al CitiGroup por la filial brasileña incluyendo la cartera de plazos fijos, cajas de ahorro y tarjetas de crédito, en especial la Gold, de nuestro país, que representó el 20% de los negocios en Argentina.
Precisamente, el banquero argentino que más interés demostró públicamente en quedarse con el paquete Citigold fue Jorge Brito, del Macro, quien llegó a comprometerse públicamente en no despedir personal del Citi.
Aunque en principio trascendió que competía con el Galicia, el BBVA Francés, el Supervielle, el HSBC y el Interbank de Perú asociado a Juan Bruchou, además por supuesto del Santander.
Mal de muchos consuelo de tontos
El Citi, como banco extranjero más antiguo que se radicó en Argentina, protagonista de varios consorcios de acreedores de la deuda externa en sucesivas crisis de balanza de pagos, procuró en todo momento demostrar que la desinversión era una decisión estratégica de carácter regional, que consiste en desprenderse de los negocios donde no es líder, como lo puso en evidencia en octubre de 2014, al salir del sector de banca minorista en 11 mercados, incluyendo Perú, Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, y Nicaragua.
Colombia, Brasil y Argentina se agregaron, en el marco de un plan de reducir el segmento de atención al público para bajar los costos y aumentar la rentabilidad.
Para transmitir directamente ese mensaje, viajó a Buenos Aires Corbat, y le expresó personalmente al presidente Mauricio Macri el apoyo de la entidad a las reformas económicas, precisamente cuando se encuentran en la etapa definitoria de su retiro de la banca minorista.
Como contrapartida, anunció que pondrán a disposición de sus clientes corporativos e institucionales líneas de crédito por US$ 3.500 millones para financiar capital de trabajo y proyectos de inversión en el país.
Macro asomó como el favorito en este último tramo. Su titular, Jorge Brito, hasta se reveló interesado en la recompra de las acciones de la entidad que la ANSeS posee dentro del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Y por si hiciera falta otro gesto, cubrió la mitad de los cargos del directorio, al renovarlo hace cuatro meses, con ex ejecutivos del Citibank, entre ellos a Carlos Giovanelli.
Se especula que a la especial característica del Macro, ser nacional pero con fuerte presencia provincial, y no tanto en la ciudad de Buenos Aires, la fusión le sentaría como un traje a medida y lo llevaría a aplicar una política comercial agresiva junto a plan de contingencia para retención de clientes. En tal sentido, muchos bancos ofrecen préstamos a tasa cero por dos salarios en la disputa por las cuentas sueldo.
De modo que Macro se siente en condiciones de absorber a toda la dotación de personal, que fue una de las condiciones negociadas con la Bancaria, ya que hay mucha mano de obra administrativa y en la casa central. Para retiros voluntarios, deberían ofrecer una doble indemnización o esperar 3 años a que se vaya la gente, por la rotación existente.
Pero en estos días habían crecido asimismo las chances del Galicia, que venían algo relegadas. Se cortaron indiscutiblemente como el número uno del segmento, al ganarle la pulseada a su rival directo, el BBVA Francés, que emerge como un jugador de gran fortaleza. Obtuvo al 31 de marzo de 2016 una ganancia neta de $ 1.165,1 millones, 25,1% por encima de lo registrado en el mismo período de 2015. Sus ingresos financieros netos crecieron 30,4% en comparación con el primer trimestre del año pasado, a raíz de los mayores resultados por la intermediación con el sector privado, por títulos públicos y por diferencia de cotización.
El ICBC se viene abriendo paso en banca minorista con la cartera que tenía el Standard Bank que les adquirió a los Werthein, el cual a su vez heredó la fuerte presencia que había logrado el Banco de Boston en el trato directo con el público. Si los accionistas chinos dan el V°B° podrían reflejarlo en el ofrecimiento final que hagan.
En el momento decisivo no aparecen el brasileño Itaú, que a comienzos de año se consideraba uno de los principales candidatos a quedarse con el Citi, ni el Supervielle, y es comentario general en los mentideros que Bruchou y los peruanos de Interbank plantaron bandera porque los números no terminaron de convencerlos.