Comienza a especularse con fundamento de un escenario de Síndrome de Kessler en el espacio cercano a la Tierra. La comunidad científica y los operadores satelitales deben actuar con urgencia. La magnitud del problema es crucial: está en riesgo un uso sostenible del espacio. A esto se le llama Síndrome de Kessler.
BASURA EN LA GALAXIA
Destrucción del espacio: Síndrome de Kessler a la vista
La chatarra espacial crece minuto a minuto y aparece un escenario de Síndrome de Kessler queo pondría en riesgo hasta la vida cotidiana en el planeta Tierra.
Wikipedia: "El síndrome de Kessler o cascada de ablación es un escenario propuesto por el consultor de la NASA, Donald J. Kessler, en el cual el volumen de basura espacial en órbita baja terrestre sería tan alto que los objetos en órbita serían impactados con frecuencia por la basura, creándose así aún más basura y un mayor riesgo de otros impactos sobre otros objetos. A medida que el número de satélites en órbita crece y los viejos satélites se acumulan, aumenta el riesgo de este escenario de colisiones en cascada de Kessler."
La exploración espacial ha abierto nuevas fronteras para la humanidad, pero también ha dejado un legado poco visible y muy peligroso: la chatarra espacial.
Restos y escombros artificiales en órbita terrestre, satélites fuera de servicio, etapas de cohetes, fragmentos de colisiones y explosiones que, a pesar de su pequeño tamaño, viajan a velocidades que pueden superar los 25.000km/h, resultan proyectiles letales capaces de dañar o destruir satélites operativos y naves espaciales.
La acumulación de estos desechos pone en riesgo las misiones espaciales y podría desencadenar un efecto dominó conocido como el Síndrome de Kessler, capaz de multiplicar de forma exponencial la basura en el espacio.
Se estima que existen más de 130 millones de fragmentos de entre 1mm y 1cm, mientras que los objetos mayores a 10cm alcanzan decenas de miles de unidades. Es un entorno cada vez más caótico y peligroso para la actividad espacial.
El efecto dominó
En 1978, el astrofísico Donald J. Kessler planteó un escenario en el que, al alcanzar una densidad crítica de escombros, incluso una colisión menor podría generar una reacción en cadena.
Es decir, un choque entre 2 objetos liberaría fragmentos que a su vez impactarían contra otros satélites, multiplicando el número de desechos y, finalmente, haciendo inservible la órbita baja para futuras operaciones.
Un incremento en la cantidad de desechos aumenta el riesgo de colisiones, lo que podría provocar la pérdida total de importantes servicios tecnológicos.
La proliferación de chatarra espacial tiene consecuencias directas sobre la infraestructura satelital que sostiene nuestra vida cotidiana.
Sistemas de navegación (GPS), comunicaciones, monitoreo meteorológico y muchas otras aplicaciones dependen de satélites que operan en órbitas cada vez más congestionadas.
Además, en caso de que objetos grandes reingresen a la atmósfera, aunque la mayoría se desintegre, existe el peligro de que fragmentos sobrevivientes caigan en zonas pobladas o afecten el medio ambiente.
La caída de restos de satélites ha sido poco frecuente, pero el aumento exponencial de desechos podría cambiar ese panorama en el futuro.
El detalle de Kessler
El crecimiento exponencial de la basura espacial se debe a varias causas interrelacionadas:
## Aumento de lanzamientos: La era de los satélites mega-constelaciones, como la de Starlink de SpaceX, ha incrementado drásticamente el número de satélites en órbita. Muchos de estos dispositivos tienen una vida útil corta, lo que obliga a realizar lanzamientos constantes y a generar más desechos.
## Colisiones y explosiones: Los accidentes en el espacio, ya sean por fallos técnicos o por impactos con micrometeoritos, generan una gran cantidad de fragmentos. Cada colisión puede producir cientos o incluso miles de nuevos escombros, acelerando el efecto dominó.
## Falta de planes de desorbitación controlada: Aunque actualmente existen regulaciones para reducir el tiempo de permanencia de satélites inactivos, muchos lanzamientos del pasado se realizaron sin tales medidas. Esto ha dejado una gran cantidad de desechos que continúan orbitando durante décadas o incluso siglos.
Medidas preventivas
Ante el creciente peligro, tanto las agencias espaciales como el sector privado están desarrollando diversas estrategias para mitigar la acumulación de chatarra espacial:
## Tecnologías de remoción activa: Proyectos como ClearSpace One de la ESA buscan desarrollar satélites equipados con brazos robóticos o arpones capaces de capturar y retirar escombros de órbita. Estas iniciativas representan un primer paso hacia una gestión activa del entorno orbital.
##Desorbitación controlada: La implementación de normativas que obliguen a los satélites a reingresar de forma segura a la atmósfera al final de su vida útil es fundamental. La Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. ya ha impulsado medidas en este sentido, aunque existen desafíos técnicos y ambientales que deben superarse.
##Mejoras en el diseño de satélites: La integración de sistemas de propulsión redundantes y de maniobras evasivas permite a los satélites evitar colisiones y prolongar su operatividad. Además, se están estudiando materiales y diseños que minimicen la generación de fragmentos en caso de fallos.
##Cooperación internacional: La basura espacial es un problema global que requiere soluciones coordinadas a nivel internacional. Organismos como la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA) promueven directrices y acuerdos para regular el uso del espacio y fomentar prácticas sostenibles.
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