Alerta mundial por la catástrofe humanitaria en Sudán.
El organismo investiga a su personal en el país devastado, sobre todo a dos altos funcionarios,: el director adjunto del PMA en Sudán, Khalid Osman, suspendido tras la polémica, por encubrir el papel del ejército sudanés en el bloqueo de la ayuda humanitaria, y al director regional del PMA, Mohammed Ali, sospechoso de la desaparición de más de 200.000 litros de combustible de la organización de la ONU en la ciudad sudanesa de Kosti, necesarios para el transporte de la ayuda y operación de programas de auxilio.
Esos dos hechos, de confirmarse, indudablemente habrían agravado aún más la crisis del hambre que afecta a 24 millones de personas. El primero habría impedido la entrega de asistencia alimentaria esencial a las áreas más necesitadas y el segundo habría contribuido a la paralización de la distribución de alimentos y recursos críticos, empeorando la catástrofe humanitaria.
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Osman supuestamente ocultó a los donantes que las autoridades afines al ejército en Puerto Sudán se habían negado a dar permiso para que 15 camiones transportaran ayuda vital a Nyala, en el sur de Darfur, una zona que incluye comunidades en riesgo de hambruna.
Según Reuters, el PMA informó que la oficina del inspector general está estudiando urgentemente las “acusaciones de mala conducta individual relacionadas con irregularidades en algunos puntos de nuestra operación en Sudán”.
Este caso muestra cómo la corrupción, mala gestión y falta de control alcanza incluso a un organismo mundialmente aplaudido por su lucha contra el hambre y la promoción de la paz en todo el orbe. En los últimos años, las operaciones del PMA se han visto afectadas por el desvío y el robo de ayuda en países como Somalia, Yemen y Etiopía.
Desolación en Sudán
Desde el fuerte enfrentamiento militar entre el ejército de Sudán, liderado por el líder de facto del país, Abdel Fattah Al-Bourhan y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) dirigido por Mohammed Hamdan Daglo, conocido como "Hemetti" en abril de 2023, la violencia allí no cede.
Ambos bandos han demostrado un descarado desprecio por la vida humana; ambos niegan las barreras al auxilio humanitario y cruzan denuncias. El hambre y la inanición se están extendiendo por todo Sudán. El país africano sufre una masiva desnutrición y enfermedades por falta de higiene y sanidad y por poco o nulo auxilio humanitario. Incluso la malaria, el cólera y otras enfermedades se están propagando entre los desplazados.
Otra ciudad. Darfur, ha adquirido protagonismo propio como Darfur, por la cruel y despedida limpieza étnica. En mayo de este 2024 se conocieron nuevos detalles horrorosos de la terrible campaña de “purificación” racial en esa región que significó la masacre a gran escala de la tribu no árabe Masalit el verano pasado a manos de los árabes RSF.
En uno de los capítulos más horrorosos de las peores atrocidades de la guerra civil sudanesa, los testigos describieron que los paramilitares “amontonaron y dispararon” a niños que intentaban escapar de la capital regional de El Geneina.
Opacada por las contiendas de Gaza y Ucrania, la guerra civil en Sudán, deja, a más año de su inicio, un escenario desolador. A pesar de ser un país rico en distintos recursos naturales, como el petróleo y el oro, se registran 15.200 personas muertes y 8,5 millones de desplazados y refugiados que huyeron a Chad, Egipto, Etiopía y Sudán del Sur.
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