El lunes 20/12, las fuerzas rebeldes etíopes que luchan contra el gobierno central anunciaron un fuerte repliegue. Los rebeldes, oriundos de la región del Tigray(pero a quienes se les habían unido otras fuerzas insurgentes en este desafío contra el gobierno de Abiy Ahmed), se repliegan a su región de origen, retirándose de las regiones vecinas en el norte de Etiopía.
CONFLICTO
Etiopía: Fuerte repliegue de los rebeldes del Tigray
Los rebeldes del Tigray que se oponen al gobierno de Abiy Ahmed en Etiopía se repliegan de las regiones vecinas tras fuertes avances del Ejéricto etíope.
El repliegue llegó tras semanas de importantes avances territoriales del Ejército etíope.
"Hemos escuchado la llamada unánime a nivel internacional para retirarnos de las regiones vecinas", dijo el líder del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) -el partido político que controla la mayor parte de la región norteña de Tigray-, Debretsion Gebremichael, en una misiva fechada el 19/12 y enviada al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
"Acabamos de completar la retirada de nuestras fuerzas de las regiones de Amhara y Afar", anunció este lunes Getachew Reda, portavoz del TPLF. "Esperamos que haciéndolo hemos dejado sin excusas a la comunidad internacional para explicar su lentitud a la hora de presionar al primer ministro Abiy Ahmed y sus socios regionales para poner fin a la campaña genocida en Tigray", manifestó a través de su cuenta en la red social Twitter.
"Si bien seguiremos haciendo todo lo posible para defender a nuestro pueblo de cualquier amenaza, ahora depende de la comunidad internacional presionar a los delincuentes que presionan para otra tanda de genocidio en Tigray", sostuvo, antes de cargar duramente contra la implicación de Eritrea del lado de Etiopía en el conflicto.
El TPLF acusa al primer ministro etíope, Ahmed Abiy, de querer centralizar el poder a expensas de las regiones de Etiopía, explica el diario La Vanguardia. Abiy, cuyo nombramiento en 2018 puso fin a casi tres décadas de dominio del TPLF sobre Etiopía, lo niega y dice que el TPLF quería aferrarse al poder central, algo que rechazan los tigray.
En su carta a la ONU, el TPLF demanda:
- una zona de exclusión aérea para aviones hostiles sobre Tigray,
- embargos de armas en Etiopía y Eritrea,
- un mecanismo de la ONU para verificar que las fuerzas armadas externas se hayan ido de Tigray.
Es probable que el gobierno etíope se oponga a todas las solicitudes.
"Confiamos en que nuestro audaz acto de retirada será una apertura decisiva para la paz", escribió Gebremichael en la misiva.
El portavoz de la ONU, Farhan Haq, apuntó que la carta de Debretsion estaba siendo estudiada.
"Consideraríamos positivamente cualquier esfuerzo que pueda reducir la lucha y, en última instancia, detenerla por completo... Estudiaremos esta (carta) y veremos qué se puede hacer con eso", afirmó a los periodistas en una sesión informativa.
Antecedentes
Ahmed lanzó una campaña militar contra el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) hace poco más de un año -el 4 de noviembre de 2020-, tras acusarlo de haber atacado 2 bases militares etíopes en la región del norte, presuntamente para robar artillería y equipamiento militar (las autoridades de Tigray niegan que esto haya sucedido).
Ahmed los acusó de buscar desestabilizar su gobierno.
Tres semanas más tarde, las tropas etíopes entraban en Mekelle, capital de Tigray, y Ahmed declaraba el final del conflicto.
Sin embargo, el TPLF lanzó una contraofensiva meses después, recuperó Mekelle y buena parte de Tigray y comenzó su avance hacia el sur, ocupando diversas ciudades en las regiones vecinas de Afar y Amhara.
Según la ONU, miles de personas han muerto y unos dos millones han sido desplazadas internamente en el Tigray, debido al conflicto.
Durante la guerra, se han llevado a cabo masacres, entre ellas la de Mai Kadra -por la que organismos locales de derechos humanos y Amnistía Internacional acusan a los insurgentes del Tigray, quienes a su vez acusan a fuerzas del gobierno central-.
Hasta junio de 2021, el gobierno parecía estar prevaleciendo en el campo de batalla con la ayuda militar de la vecina Eritrea, pero el TPLF resurgió con fuerza poco después, con una estructura militar superior y capacidades adquiridas durante sus 3 años en el poder antes que Ahmed.
Mientras tanto, los eritreos se retiraron de la guerra, aunque continuaron ocupando algunas áreas a lo largo de la frontera, dijeron los diplomáticos, y el Ejército etíope pasó a estar a la defensiva después de haber sufrido enormes pérdidas por desgaste.
El TPLF intentó construir un frente más amplio: La milicia más poderosa de Etiopía, el Ejército de Liberación Oromo (OLA), unió sus fuerzas al TPLF en su carrera hacia Addis Abeba. El portavoz de la OLA afirmó que cientos de soldados etíopes habían desertado a su lado y que decenas de miles de jóvenes oromo se habían unido voluntariamente a sus filas. Ninguna de las afirmaciones fue apoyada por pruebas.
9 grupos militantes, incluidos el TPLF y OLA, firmaron una alianza, afirmando representar una visión de Etiopía más similar a la que prevaleció bajo el TPLF, privilegiando la autonomía étnica y el federalismo, en oposición a las propuestas de Abiy hacia la centralización del poder y la creación de un gobierno más unificado.
Sin embargo, los importantes avances territoriales del Ejército etíope en las últimas semanas han obligado a los rebeldes a replegarse.