Alerta spoiler: ninguna de los 5 programas económicos que vamos a repasar terminaron bien en Argentina, y concluyeron con un deterioro del valor de la moneda doméstica, o sea afectando a los activos e ingresos de todos los agentes económicos, disminuyendo la calidad de vida de los ciudadanos, más allá de los fundamentos econométricos que invocaran sus autores / ejecutores. Una sociedad que ahorra en dólares estadounidenses pero detesta que su valor sea fijado por la oferta y la demanda.
50 AÑOS DE ATRASO CAMBIARIO
Rodrigazo, Sigaut, Plan Primavera, Duhalde, Macri, Milei y.... ¿Quién podrá devaluarnos?
En el último medio siglo en al menos 6 ocasiones, Argentina enfrentó situaciones económicas comprometidas por atraso cambiario. No fue solo el Rodrigazo.
1-El “Rodrigazo” cumplió medio siglo
En 1973, el peronismo volvió al poder tras 18 años de proscripción. Había una tasa de inflación muy alta: 64% anual en 1972.
Había fuertes tensiones sociales y un crecimiento económico del 3% con un desempleo del 6,1%.
Se pensaba que el poder político que tenía Perón era suficiente para disciplinar a los formadores de precios y cumplía el rol de ancla.
El programa tuvo un éxito inicial en estabilizar las expectativas, y la tasa inflacionaria cedió. Los valores de los bienes y servicios subieron al 1,9% mensual, entre julio y diciembre de 1973 y la economía creció un 3,7%.
Sin embargo, el tipo de cambio, que se estabilizó y clavó en $ 10 por dólar, empezó a quedar atrasado. El financiamiento del déficit público se realizaba desde el Banco Central con emisión de dinero.
La dimensión fiscal y monetaria no fue tenida muy en cuenta al punto que la tasa de impresión de billetes ascendió a 119%. El déficit fiscal aumentó llegando, después de Gelbard, al 14,5% del PBI en 1975. El congelamiento de precios se tornó insostenible.
Todo esto desató una remarcación de precios que arruinó a miles de industriales ya que ante la presión de los trabajadores movilizados se aceptaron aumentos salariales muy superiores a lo acordado. Por entonces, creció como nunca la “dolarización” de las familias y las empresas argentinas. La divisa norteamericana como refugio de inversión.
2-Martínez de Hoz y su "tablita" de devaluación
Con un dólar controlado por un sistema que regulaba la pérdida de valor de la divisa estadounidense mes tras mes en 1981, Argentina enfrentaba tasas de casi 200 % anual de inflación lo que motivaba una fenomenal timba financiera conocida como “bicicleta”. El modelo de especulación financiera era insostenible.
Se derrumbó el mercado interno por el cambio atrasado y hubo cierres masivos de establecimientos, desocupación y bajos salarios.
El sucesor de José Alfredo Martínez de Hoz en abril de 1981, Lorenzo Sigaut, lanzó una frase para el recuerdo: “El que apuesta al dólar, pierde”.
Pocos días después, dispuso una devaluación el 30%, la primera de una serie de pérdida de valor de la divisa argentina que dispuso durante su gestión.
Las intervenciones también se extenderían luego a los bancos Los Andes, Internacional y Oddone y los grupos empresariales Sasetru y Greco.
La Revista Humor Registrado bromeaba sobre que Martínez de Hoz había ganado el mundial de la inflación ya que Argentina era el país con mayor incremento de precios del planeta. Lo hacía luego de que la selección de fútbol hubiera conseguido el Mundial 1978 y el Mundial juvenil 1979.
3-El Plan Primavera y la híper
Se trató de un programa que intentó estabilizar la economía argentina en agosto de 1988 durante el final del gobierno de Raúl Alfonsín.
Impulsaba la apertura de la economía y la privatización de empresas estatales ya que el Plan Austral del ex ministro de Economía Juan Vital Sourrouille (1985) estaba agotado.
El BCRA comenzó a licitar dólares en el circuito financiero para mantener el tipo de cambio pero los grandes grupos económicos compraban a diario una moneda de USA ofrecida por el Central con atraso en su cotización.
La tasa de interés llegó hasta el 357 % anual para desalentar la huida hacia el dólar, mientras que se lanzaban una serie de instrumentos para absorber australes: el periodista Julio Ramos lo bautizó como un “Festival de bonos”.
La cotización del dólar se octuplicó, el mercado empezó a descontrolarse, existieron múltiples y constantes feriados bancarios y las remarcaciones de precios se daba a diario lo que generaba un desabastecimiento especulativo.
El PBI argentino se hundía hasta el 14,6 por ciento, la inflación subía de 460% en abril a 764% en mayo y la pobreza de 25% a comienzos de 1989 trepó hasta el récord histórico de 47,3% en octubre del mismo año. A fines de año, el crecimiento de los precios fue de 3.079 % anual y el dólar había subido 2.038 %.
El 14 de mayo, en elecciones adelantadas, el peronista Carlos Menem venció con colegio electoral propio al oficialista radical Eduardo Angeloz. El presidente Alfonsín debió abandonar el poder varios meses antes de diciembre debido a la fuerte convulsión social y el saqueo masivo a los supermercados.
4-La crisis de la convertibilidad y el estallido del 2001
El traumático final del gobierno del radical Fernando de la Rúa tuvo como telón de fondo el fin de la equivalencia entre el peso y el dólar que se extendió por una década.
Los economistas a cargo del Palacio de Hacienda habían concluido que era imposible avanzar hacia una flotación cambiaría en forma inmediata ya que el dólar se dispararía a niveles peligrosos.
La moneda de USA se fue rápidamente de $ 1 a $ 3,40 pero luego se estabilizó en $ 3.
Argentina se reactivó (también ayudó una fuerte suba del precio de los comodities) pero en el camino alcanzó el mayor nivel de pobres de la historia: 2 de cada 3 compatriotas estaba por debajo de esa línea en 2002.
5-La Argentina de Cambiemos tuvo otro fuerte atraso
El gobierno nacional encabezado por Mauricio Macri también disfrutó de su “veranito cambiario” y eso le permitió controlar la inflación, mantener la cotización del dólar y ganar la elección de medio término (2017) con más del 40% de los votos.
Luego, una vez más, las inconsistencias hicieron derrapar al equipo económico. Una vez más vimos a los argentinos viajando por el mundo y llenando los estadios del mundial de Rusia (2018). Éramos locales en cada sede que se presentaba el combinado albiceleste de Jorge Sapaoli y Lionel Messi.
Macri dejó que todo explotara y fue su certificado de defunción política.
6-¿Con Milei la canción sigue siendo la misma?
El economista Emanuel Álvarez Agis recordó que “cuando en el primer mundo ven a los argentinos cargar varias bolsas de compras saben que estamos cercanos a pegarnos la piña”. Cada mes, el turismo en nuestro país tiene un desbalance por el notable aumento en las salidas al exterior y una caída en la llegada de turistas.
Según datos del INDEC, la cantidad de turistas que visitaron el país en julio fue de 427.200, un 16% menos que en el mismo mes de 2024.
Sin embargo, la mayor parte de los dólares y los euros se pierden por periplos en Estados Unidos, Caribe y Europa.
La Casa Rosada lo niega y el presidente Milei prometió que con la flotación cambiaria íbamos a tener un dólar de $ 1.000. Ocurrió todo lo contrario, en el altar de mantener las bandas se sacrifican la actividad económica, las empresas, las reservas del Banco Central y el endeudamiento futuro.
¿Cuántas veces más deberá pasar hasta que asuman que el atraso cambiario es pan para hoy y horror para mañana?