El mercado de la construcción no encuentra piso

El mercado de la construcción transitó un 2024 marcado por una combinación de noticias preocupantes y flojas señales de alivio. Según datos oficiales del INdEC, la actividad sufrió en noviembre un desplome interanual del 23,6%, lo que refleja un sector golpeado por la baja demanda y las dificultades económicas.

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Sin embargo, el dato desestacionalizado, que mostró un repunte mensual del 2,2%, sugiere que la obra pública y ciertos proyectos privados comienzan a mover nuevamente las aguas.

Es claro que el sector no atraviesa su mejor momento, pero los números mensuales dejan entrever que no todo está perdido. La pregunta que se impone es: ¿alcanzará para revertir la tendencia negativa?

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Caída de precios

A contramano de la inflación general, algunos materiales clave como los pisos cerámicos, hierro redondo, acero para construcción y hormigón elaborado registraron reducciones de hasta el 20% desde marzo. Este fenómeno, que puede parecer alentador para el consumidor, responde más a la necesidad de las empresas de sostener ventas en un mercado donde la demanda no acompaña.

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A esto se suma la estabilidad cambiaria, que trajo algo de calma tras el caos de principios de año, permitiendo que los costos se moderen.

Sin embargo, detrás de estas cifras hay un mensaje contundente: las empresas están ajustando sus precios porque el mercado no tiene margen para soportar valores más altos. Sin embargo, detrás de estas cifras hay un mensaje contundente: las empresas están ajustando sus precios porque el mercado no tiene margen para soportar valores más altos.

Una guerra de precios que redefine el juego

Diego Aguirre, CEO de Construyo al Costo, explica como la llamada “guerra de precios” se instaló como una de las características distintivas del sector. Lejos de ser una simple estrategia comercial, este fenómeno refleja la lucha de las empresas por captar clientes y evitar acumulaciones de stock. Las promociones agresivas, los descuentos y las campañas publicitarias se volvieron moneda corriente, obligando a los actores del mercado a afinar su creatividad para sobrevivir.

Como señala Diego Aguirre, especialista en el tema, el marketing es hoy el principal campo de batalla: “La competencia se juega en ofrecer el mejor precio con un producto de calidad, pero siempre acompañado de una estrategia que conecte directamente con el consumidor”.

¿Podrá ayudar la flexibilización?

La flexibilización en las importaciones aplicada por el Gobierno trajo algo de aire al sector, al permitir una mayor oferta de materiales que compiten con los productos nacionales. Este alivio en los costos fue clave para estabilizar los precios y generar un marco de mayor previsibilidad en un mercado caracterizado por la incertidumbre.

Sin embargo, Aguirre advierte que no alcanza con medidas temporales: “El sector necesita políticas consistentes y de largo plazo, porque las fluctuaciones económicas siguen complicando la recuperación”.

En otras palabras, los ajustes coyunturales son un parche necesario, pero insuficiente para resolver los problemas estructurales que enfrenta la construcción. En otras palabras, los ajustes coyunturales son un parche necesario, pero insuficiente para resolver los problemas estructurales que enfrenta la construcción.

El consumidor en el centro

En un mercado donde predomina la cautela, el consumidor tiene la oportunidad de aprovechar promociones y planes de financiamiento que permiten acceder a insumos de calidad a precios competitivos. Pero el consejo es claro: es fundamental informarse y buscar proveedores confiables para maximizar los recursos disponibles.

Aguirre enfatiza: “La estabilización de precios que vemos este año es una ventana de oportunidad que no sabemos cuánto tiempo se mantendrá. El momento para planificar y ejecutar proyectos es ahora”.

Exceso de incertidumbre para la construcción

Las perspectivas para los próximos meses anticipan cierta estabilidad en los precios, pero con riesgos latentes. Si bien los créditos y la creciente oferta de materiales importados prometen un escenario más competitivo, la economía argentina siempre guarda espacio para sorpresas.

El sector público, protegido por precios predefinidos, no espera grandes cambios, pero en la actividad privada el panorama es más incierto. Si las condiciones actuales se sostienen, el mercado podría consolidar su recuperación. De lo contrario, el fantasma de la recesión seguirá acechando a una industria que, aunque golpeada, no deja de dar pelea.