La historia vuelve a repetirse y el mercado suma una nueva mancha en su historial de incumplimientos corporativos. Esta vez, el protagonista es Petrolera Aconcagua Energía S.A., que confirmó el default sobre el pago de intereses correspondientes a sus Obligaciones Negociables (ONs) Clase VII, con un monto en juego de $202.464.717,63 cuyo vencimiento operó el 14 de junio de 2025.
ON CLASE VII
Aconcagua Energía en default: Otro golpe al crédito corporativo argentino
Hoy (1/7) Petrolera Aconcagua Energía S.A. confirmó el default sobre el pago de intereses correspondientes a sus Obligaciones Negociables (ONs) Clase VII.
Reestructuración y relato conocido
La compañía, con operaciones en exploración, producción de hidrocarburos y generación eléctrica, justificó la decisión como parte de un “proceso de reordenamiento financiero integral”, que -según aclaran en el comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV)- se lleva adelante con el asesoramiento de Valo Columbus.
El mensaje es claro: sin caja suficiente y con la soga al cuello por vencimientos en pesos y dólares, Aconcagua Energía elige la ruta de la reestructuración, un sendero transitado por numerosas compañías medianas del sector en los últimos años.
El default, lejos de ser un hecho aislado, se integra a una lista que incluye a firmas como Albanesi y varias del segmento energético que supieron captar financiamiento barato en tiempos de tasas internacionales negativas y hoy sufren las consecuencias de la recesión local.
Default: Impacto y señales para el mercado
La señal que deja este default es contundente: el crédito corporativo argentino sigue siendo un terreno de alto riesgo, especialmente para las empresas sin espaldas patrimoniales sólidas y planes de negocios robustos.
El comunicado oficial apunta a calmar los ánimos: “la compañía se encuentra abocada a generar los consensos necesarios para formalizar un entendimiento sostenible”, pero la realidad es que el mercado ya tomó nota y las ON de Aconcagua cotizan a precios de default, anticipando recuperos magros en cualquier escenario de canje.
Un déjà vu peligroso
El caso Aconcagua resume, en un solo golpe, varios de los males crónicos del empresariado local: financiamiento descalzado, exceso de optimismo en las proyecciones, falta de cobertura cambiaria y una macroeconomía que castiga sin piedad a quienes no logran adaptarse rápido.
Para el inversor minorista y para los institucionales que apostaron a las ON de compañías energéticas en busca de rendimientos superiores, la advertencia está servida: en Argentina, el riesgo de crédito corporativo no es un slogan, es una realidad palpable que se repite con una frecuencia inquietante.
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