El Consejo Mundial de Iglesias es la principal organización ecuménica cristiana internacional, fundado por 147 iglesias, el 23/08/1948 en Ámsterdam, Países Bajos, pero con sede en Ginebra, Suiza; con una afiliación de 352 iglesias y denominaciones que representan a unos 550 millones de cristianos en más de 120 países. Su relación presente y futura con el patriarca Kirill y la Iglesia Ortodoxa Rusa es motivo de intenso debate en el marco del conflicto bélico en Ucrania.
CRISTIANOS EN TENSIÓN
El Consejo Mundial de Iglesias debate expulsar a Kirill
Polémica en el Consejo Mundial de Iglesias por pedido de expulsión de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que lidera el patriarca Kirill.
Las iglesias que conforman el CMI son principalmente anglicanas y protestantes, aunque también están afiliadas las Iglesias ortodoxas orientales (etíope, copta, armenia, siríaca. etíope, eritreas, rusa y malankara), asiria y la Iglesia Católica Antigua.
La Iglesia Católica Apostólica Romana no está afiliada, aunque mantiene una relación de trabajo regular con el CMI.
La Iglesia Anglicana o Episcopal es la oficial de Inglaterra, surgida de un doble capricho:
- el deseo del rey Enrique VIII de divorciarse y volver a casarse; y
- el manejo cuestionable del Vaticano en esos tiempos intentando dominar Occidente.
El Acta de Supremacía de 1534 inició la Iglesia Anglicana, que no tiene una doctrina específica: es católica y apostólica porque sigue fiel a la doctrina y enseñanzas de los primeros apóstoles y guarda el ministerio apostólico. También el Credo Niceno, los sacramentos y la Biblia entera.
La Iglesia Anglicana o Episcopal tiene una gravitación particular en el CMI. De hecho, la expulsión de la Iglesia Católica Ortodoxa Griega la solicitó el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, exjefe de la Comunión Anglicana, barón Williams de Oystermouth.
Williams viajó a Ucrania a llevar su respaldo.
Su enojo ya lo había manifestado el 02/04:
"En el programa dominical de mañana, @rowanwilliams nos cuenta cómo se siente acerca del hecho de que el patriarca de Moscú, Kirill, no haya pedido un alto el fuego en Ucrania."
El rechazo
El líder (interino) del CMI, el reverendo Ioan Sauca, ha rechazado la idea de la expulsión, pero varios líderes cristianos sugieren que sí debe suceder.
Sauca es sacerdote principal de la Iglesia Ortodoxa Rumana desde los tiempos en que estaba el Partido Comunista gobernando. Fue profesor de Teología Ecuménica en el Instituto Ecuménico de Bossey desde 1998 y luego director del Instituto.
El 02/03/2022, Sauca escribió una carta abierta al patriarca Kirill, jefe de la Iglesia Ortoxa Rusa, diciéndole que recibió numerosas cartas pidiéndole que "se acerque al patriarca Kirill para que medie y se detenga la guerra y termine el sufrimiento".
Obvia alusión a la influencia que, se dice, Kirilli tiene sobre Vladímir Putin, aunque muchos otros creen que es al revés.
Refiriéndose a la invasión rusa de Ucrania en 2022, Sauca continuó:
Desde entonces hay quienes argumentan en el CMI que el patriarca Kirill invalidó su membresía al respaldar la invasión rusa de Ucrania e involucrar a la institución que conduce en la geopolítica del presidente Vladimir Putin.
El debate sobre expulsiones obtuvo una respuesta el lunes (11/04) del reverendo Ioan Sauca, secretario general interino del CMI, quien visitó a los refugiados ucranianos, rechazó la sugerencia de expulsar a la Iglesia Ortodoxa Rusa, argumentando que hacerlo se desviaría de la misión histórica del CMI de mejorar el diálogo ecuménico.
“Es fácil excluir, excomulgar, satanizar; pero estamos llamados como CMI a utilizar una plataforma libre y segura de encuentro y diálogo, para encontrarnos y escucharnos unos a otros, incluso cuando no estemos de acuerdo”, dijo Sauca en declaraciones publicadas en el sitio web del CMI. “Así ha sido siempre el CMI, y sufriría mucho si durante mi tiempo esta vocación se perdiera y la naturaleza del CMI cambiara”.
En junio
El CMI se prepara para una importante reunión de su asamblea en junio.
A finales de marzo, el teólogo, pastor y líder ecuménico checo Pavel Cerný publicó un editorial en el que insistía en que la Iglesia Ortodoxa Rusa ha tratado durante mucho tiempo de utilizar el CMI para sus propios fines.
Cerný dijo que “no se debe permitir que la Iglesia Ortodoxa Rusa continúe como miembro del CMI hasta que se aleje de este falso camino del nacionalismo religioso”.
2 días después, el reverendo Rob Schenck, cristiano evangélico y presidente del Instituto Dietrich Bonhoeffer, en Washington, DC, publicó su propio editorial en Religion News Service, exigiendo al CMI que sancionara al patriarca Kirill, a quien se refirió como “una herramienta de propaganda para Putin”.
“Los partidarios del esfuerzo por expulsar a Kirill del CMI creen que ha descalificado a la entidad eclesial que encarna al respaldar efectivamente la campaña militar de Putin para anexar Ucrania y al no oponerse a la violencia masiva concomitante contra una nación pacífica”, escribió Schenck.
Schenck fue invocado por el ex arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, quien le dijo a la BBC que hay un “caso sólido” para expulsar a la Iglesia Ortodoxa Rusa del CMI.
Respuesta
Kirill respondió a Sauca unos días después, pero pareció indiferente a sus argumentos. El patriarca afirmó que la culpa de la guerra no es de Rusia sino “de las relaciones entre Occidente y Rusia”.
De hecho, la Iglesia Ortodoxa Rusa una vez amenazó con retirarse del CMI en 1997 cuando acusó al CMI de moverse en una dirección demasiado liberal, denunciando “su aceptación de las mujeres sacerdotes” y “su actitud hacia los homosexuales”. ”
Sarah Riccardi-Swartz, experta en Iglesia Ortodoxa Rusa y becaria postdoctoral señaló en Religion News Service que la “política ecuménica, igualitaria y a menudo progresista del CMI ha estado en desacuerdo con la política social estridente y la cosmovisión moral de la Iglesia Ortodoxa Rusa”.
Aun así, las divisiones recientes dentro de la comunidad cristiana ortodoxa más amplia, en particular las tensiones entre Kirill y el patriarca Bartolomé I de Constantinopla, de la Iglesia Ortodoxa Oriental, aumentan las posibilidades de abandonar el CMI.
Varias diócesis de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Ucrania declararon su independencia de la iglesia en 2018, y las divisiones se han profundizado desde la invasión: algunas iglesias ortodoxas rusas en Ucrania han dejado de referenciarse en Kirill o han discutido separarse, y al menos una parroquia de la glesia Ortodoxa Rusa en Amsterdam ha comenzado el proceso de abandonar la tradición.
“La cuestión de dejar o continuar con la Iglesia Ortodoxa Rusa tiene que ver, en parte, con la cuestión más amplia de la comunión intraortodoxa”, dijo Riccardi-Swartz a RNS. “Dejar el CMI podría indicar el endurecimiento de los mecanismos teológicos internos de la Iglesia Ortodoxa Rusa, lo que apunta a un posible cisma con el mundo ortodoxo en general”.
Coincidió George E. Demacopoulos, profesor de Teología y director del Centro de Estudios Cristianos Ortodoxos de la Universidad de Fordham.
Según él, el patriarca Kirill “No quiere que los católicos romanos o los anglicanos, o cualquier otra persona… hablen por la ortodoxia, quieren ser los portavoces de la ortodoxia, aunque la realidad es que solo hablan por el caparazón institucional de la Iglesia Ortodoxa Rusa”.
El CMI convocó una mesa redonda especial sobre el tema de Ucrania a fines de marzo. Aunque los representantes de Ucrania y Rusia no pudieron asistir, el grupo reunido emitió una declaración denunciando la “agresión militar lanzada por los líderes de la Federación Rusa contra el pueblo de la nación soberana de Ucrania”, afirmando el derecho de los ucranianos a “defenderse contra esta agresión”.
Es decir que los clérigos reunidos liberaron a los cristianos ucranianos para tomar las armas: ¿Cuál es su diferencia respecto de Kirill?
Un portavoz del CMI dijo a RNS que solo el comité central, que se reúne en Ginebra del miércoles 15/06 al sábado 18/06, puede expulsar a una denominación miembro. La base para la suspensión se describe en la constitución del CMI: “El comité central puede suspender la membresía de una iglesia: (i) a pedido de la iglesia; (ii) porque la base o el criterio teológico para la membresía no ha sido mantenido por esa iglesia o; (iii) porque la iglesia ha descuidado persistentemente sus responsabilidades de membresía”.
En sus declaraciones recientes, Sauca señaló debates pasados, como cuando los líderes discutieron si eliminar a la Iglesia Reformada Holandesa debido a su apoyo al apartheid en Sudáfrica. En última instancia, dijo, la iglesia cortó los lazos con el CMI por su cuenta, solo para ser readmitida más tarde.
Señaló que también hubo un feroz debate sobre la 1ra. Guerra del Golfo, cuando los líderes del CMI se reunieron en 1991, con muchas críticas a las delegaciones de la Iglesia Anglicana y las iglesias con sede en los EE. UU. por apoyar la invasión.
“El CMI no optó por una solución radical ni decidió excluir a esas iglesias”, dijo Sauca.
Señaló que la única iglesia que ha sido eliminada del CMI en los últimos años es la Iglesia Kimbanguist, una tradición con sede en la República Democrática del Congo que el CMI suspendió por desacuerdos sobre su interpretación de la Trinidad, un concepto cristiano perteneciente a la naturaleza de Dios.
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