La Argentina volvió a tener una nota baja en el ranking de Transparencia Internacional (TI) y, evidentemente, la corrupción no es un tema del que el Gobierno busque ocuparse. Por caso, la Oficina Anticorrupción (OA) lleva un mes sin titular: desde que renunció Félix Crous, el 30 de diciembre pasado, Alberto Fernández aún no designó a su reemplazante.
RANKING TRANSPARENCIA
El Gobierno "no lucha contra la corrupción": La OA, un mes sin titular
La Argentina volvió a tener una nota baja en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. Mientras, la OA sigue sin titular.
Pero no sólo la OA no tiene líder, sino que tampoco hay nombres en carpeta para el reemplazo de Crous. Actualmente, y de manera provisoria, quedó a cargo el segundo del organismo, Nicolás Gómez.
Fuentes de Casa Rosada explicaron al diario La Nación que de momento no hay nombres para suceder a Crous y minimizaron la situación: “Hay normal funcionamiento con su segundo hasta ahora”, dijeron en Balcarce 50 funcionarios cercanos al Presidente.
Otras voces ubicaron en la conducción del organismo a los dos subsecretarios, Luis Villanueva y Federico Muraro. El primero había sido sugerido por Crous como sucesor. “Lo importante es que se siga la línea de prevención que se puso en marcha en estos tres años”, repiten en el Poder Ejecutivo.
Cabe recordar que la gestión de Crous estuvo marcada por varios escándalos por no actuar en causas judiciales que tenían como imputada a Cristina Fernández de Kirchner.
“Fracaso coronado con la reciente salida de Félix Crous como titular de la Oficina Anticorrupción, en la práctica una institución dependiente del poder que se reduce a formalizar meras recomendaciones”, dijo ayer (31/01) en ocasión de que se conociera el informe de Transparencia Internacional el analista Marcelo Bermolén, director del Observatorio de Calidad Institucional y profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral.
“Argentina carece de una política pública de lucha contra la corrupción permanente y eficaz. En medio de una fatiga institucional, condenas por corrupción a encumbrados funcionarios, ataques a la justicia, debilitamiento de los organismos de control y parálisis de la actividad legislativa y del Consejo de la Magistratura, Argentina luce como un país entumecido y a la deriva”, agregó el académico Bermolen.
Argentina, con baja nota en Transparencia Internacional
Ayer se dio a conocer el dato del informe de Transparencia Internacional (TI), que mide el nivel de corrupción de los países del mundo. Allí se releva el grado de calidad de las instituciones de forma anual.
Aunque obtuvo los mismos puntos que el año pasado en la evaluación (38 puntos), Argentina subió del puesto 96° al 94° del ranking por cambios de otros países. Las comparaciones fuera de región ubican al país al mismo nivel que Marruecos, Etiopía y Moldavia, que tienen una ubicación similar en la lista.
Cabe destacar que el año pasado la gestión de Alberto Fernández había caído 18 lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción después de la mala evaluación de Transparencia Internacional.
“No se han llevado adelante políticas innovadoras en materia de lucha contra la corrupción. El tema no está dentro de la agenda pública del gobierno”, indicó Poder Ciudadano en su informe.
El informe anual de TI mostró un retroceso en América Latina, donde se ven problemas con los niveles de corrupción y la ausencia de medidas para combatirla, variables que “favorecen a las redes criminales y agudizan la violencia”, explicaron en el reporte.
El Índice de Percepción de la Corrupción de TI clasifica anualmente a 180 países y territorios en una escala de cero (muy corruptos) a cien (muy limpios) usando datos de fuentes como el Banco Mundial o empresas privadas de consultoría.
En el relevamiento, publicado este martes por TI, los países que aparecen mejor posicionados son Dinamarca (90), Finlandia (87) y Nueva Zelanda (87), como los menos corruptos del mundo.
En contrapartida, el informe indica que Somalia (12), Siria (13) y Sudán del Sur (12) registran los índices de percepción de la corrupción más elevados. Los datos globales revelan un estancamiento de la lucha contra la corrupción y ponen de manifiesto la relación que existe entre este flagelo y la violencia.
Corrupción en América Latina y Argentina
"La corrupción y el conflicto se retroalimentan y amenazan la paz duradera", destaca el informe de TI y pone especial énfasis en América Latina respecto a este problema.
A nivel regional de América Latina, los países con puntuaciones más bajas registran una alta criminalidad o sufren conflictos sociales y suelen tener estallidos de violencia. Es el caso de Venezuela (14), Haití (17), Nicaragua (19) y Honduras (23), que tienen las peores notas.
Argentina quedó ubicada al mismo nivel que otros países de la región como Brasil, pero algunos escalones por debajo de Chile y Uruguay, los mejores puntuados de Sudamérica.
La gestión de Alberto Fernández sólo consiguió 38 puntos sobre los 100 posibles y quedó ubicado en el puesto 94 entre los 180 países evaluados.
En esos países se han difuminado las líneas entre instituciones públicas y redes criminales, apunta TI. El índice de los últimos tres ha descendido de manera significativa desde 2017.
Uruguay (74) y Chile (67), en cambio, son los mejor calificados de la región, seguidos de Costa Rica (54), aunque este alcanzó su puntuación más baja por recientes casos de corrupción y denuncias de un supuesto financiamiento ilícito de la campaña electoral del actual presidente Rodrigo Chaves.
El resto de los países de América Latina tiene puntuaciones inferiores a 50, como Cuba (45), Colombia (39), Argentina, Brasil (38), Ecuador, Panamá, Perú (36), El Salvador, República Dominicana (33), Bolivia, México (31) y Paraguay (28).
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