En tiempos de crisis, las fake news están a la orden del día. De hecho, entre dólar, internas y rumores, la Argentina es un gran país para dar rienda suelta a las noticias falsas por parte de quienes tienen un interés concreto, que puede ser político, económico, judicial, empresarial, mediático o un poco de todo a la vez.
EN TIEMPOS DE CRISIS
Dólar, portón verde y fake news: Mentime que me gusta
Crisis política, dólar sin techo o peso argentino sin piso, portón verde y Twitter, el combo perfecto para dar rienda suelta a las fake news.
Lo interesante es porqué prende tanto este tipo de contenidos. Uno podría pensar que en un país donde sus gobiernos de coaliciones están todo el tiempo improvisando, anunciando, desmintiendo, yendo y viniendo, no es para menos porque, total, “todo es posible”.
Aunque resulte obvio decirlo, fake news no es sinónimo de periodismo pero sí está ocurriendo en los últimos años un recambio generacional en las redacciones con comunicadores deseosos de contactos, rumores que calienten la oreja y un celular en la mano, cuya primera aplicación que se instala es Twitter, no solo para mantenerse informado sino también para hacerse eco de operaciones que muchas veces surgen dentro de un mismo espacio para golpear de lleno a otro sector de la propia coalición.
Así las cosas, en el caso particular de la Argentina, con portón verde en pantalla, Twitter en la mano, dólar en niveles estratosféricos, crisis política, declaraciones advirtiendo saqueos, corridas de depósitos, etc, etc, etc, papita pa’l loro.
Pero mentime que me gusta
Ahora bien, la clave es entender porqué las fake news o noticias falsas logran vuelo propio si ya pasaron muchos años advirtiéndose que, en general, las cadenas de Whatsapp, por ejemplo, casi todas son truchas.
Craig Harper, científico académico y psicólogo, escribió un artículo en Psychology Today el pasado 21 de julio que fue supervisado por Vanessa Lancaster, sobre un estudio de investigación que se viene realizando en los últimos 10 años.
La primera conclusión tiene que ver con la falta de un razonamiento cuidadoso por parte de quien cae en las noticias faltas. El “discernimiento de la verdad deficiente” también puede ir en línea con su orientación ideológica.
Harper desarrolla:
En los últimos 10 años, ha habido un cuerpo de trabajo emergente sobre quién es víctima de noticias falsas y por qué sucede esto desde una perspectiva psicológica.
El principal equipo de investigación sobre este tema está compuesto por Gordon Pennycook (Universidad de Regina, Canadá) y David Rand (MIT Sloan School of Management , EE. UU.). En una serie de artículos revisados recientemente en la revista Trends in Cognitive Sciences , concluyeron que el "discernimiento de la verdad" deficiente (es decir, la capacidad de distinguir noticias falsas de historias reales) se debe principalmente a la falta de un razonamiento cuidadoso. Por lo general, utilizaron medidas como la tarea de reflexión cognitiva (CRT) para medir el razonamiento crítico.
Este cuerpo de trabajo ha llevado a alejarse de la creencia de que las creencias ideológicas impulsan los juicios de noticias falsas.
A través de tres estudios en la versión preimpresa actual de nuestro proyecto, encontramos que los liberales y conservadores en los EE. UU., y aquellos que votaron a favor o en contra del Brexit en el Reino Unido, interpretan las noticias tanto reales como falsas como legítimas (o no) de una manera que sea consistente con su ideología.
Si una historia apoya la causa, es más probable que se considere legítima. Si apoya a la oposición, se duda de su legitimidad, independientemente de la verdad o falsedad de la historia. Un cuarto estudio que se está redactando actualmente replica este hallazgo una vez más.
En esto, cuando a alguien que se esfuerza por recopilar información antes de tomar una decisión se le muestran noticias falsas que respaldan la causa de su grupo interno, es más probable que lo juzgue como legítimo que un miembro del grupo interno con una puntuación más baja en este estilo cognitivo. Sin embargo, utilizamos una medida de autoinforme de la necesidad de cognición en lugar de una prueba de estilo cognitivo real, lo que deja este resultado abierto al desafío.
La combinación de estos hallazgos destaca la naturaleza multifacética de las creencias sobre noticias falsas y nos lleva a preguntarnos cómo podemos reducir el intercambio de noticias falsas.
Una respuesta clave a ese desafío tiene que ver con plantear la discusión en el grupo de Whatsapp o simplemente preguntarle a esa persona de dónde lo sacó.
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