CÓRDOBA. Siguen cayendo.
U24 EN CÓRDOBA
Nueve detenidos por la “secta egipcia”, una estafa a FAdeA y $2 millones por daños morales
Toda la agenda cordobesa en un solo lugar. Ya son nueve las personas detenidas por formar parte de la red de estafa de sanación egipcia llamada “Fundación Académica Seshen”, que ofrecía a las víctimas procesos de curación y mejora del bienestar basados en pseudociencias a cambio de dinero. Además, la Fábrica Argentina de Aviones con sede en Córdoba sufrió una estafa de más de US $400 mil dólares perpetrada por un conjunto de hackers. Por último, un supermercado cordobés deberá indemnizar a un cliente con $2 millones de pesos por un “mal momento”.
La Justicia cordobesa continúa con las detenciones en el marco de la investigación contra la Fundación Académica Seshen, la organización acusada de estafar a miles de personas a las cuales les ofrecía un proceso de sanación mística con conexión al antiguo Egipto, y con comportamientos sectarios. Ayer se conoció la aprehensión de un noveno integrante, quien también habría formado parte de la presunta asociación ilícita, imputada por la fiscal de Villa Cura Brochero, Analía Gallaratto.
Según lo detallado en las imputaciones, la supuesta banda se habría dedicado a ofrecer servicios de sanación con tintes espirituales, por las cuales iban obligando a los “pacientes” a desembolsar cada vez más dinero con la promesa de mejorar sus vidas. Entre las ventas mediante coerción incluían sesiones de terapia de hasta US $1500 dólares, objetos “místicos”, libros y viajes internacionales organizados por la propia banda.
La novena persona detenida en cuestión se habría entregado de manera voluntaria frente a la fiscalía. La detención más resonante fue la del líder de la banda, Álvaro Juan Aparicio Díaz, mejor conocido en el ambiente como “Licenciado Sahú Ari Merek”.
Cabe recordar que en los allanamientos realizados, se encontraron en posesión de algunos integrantes, cientos de armas y mucho dinero en efectivo.
Estafa al Estado.
Un grupo de hackers internacionales realizó una estafa de la cual el Estado argentino fue víctima, mediante la Fábrica Argentina de Aviones ubicada en Córdoba. La maniobra realizada virtualmente, tuvo como epicentro a los Estados Unidos, donde la banda de hackers atacó diferentes objetivos, entre ellos varios contratistas de defensa en aquel país.
Una de las empresas atacadas, Advent Aircraft Systems, resultó ser la proveedora principal de FAdeA en el rubro de sistemas electrónicos para la fabricación del Pampa IA-63 (III), un avión de entrenamiento militar avanzado fabricado en el país. Como es de suponerse, el ataque terminó afectando a la empresa estatal.
Según la denuncia realizada en la Justicia Federal, FAdeA había depositado US $435 mil dólares en cuentas de la proveedora norteamericana, que estaban siendo cooptadas por el grupo de hackers. Es decir, que la empresa argentina pagó sin saber que los fondos estaban siendo desviados hacia las manos de los delincuentes virtuales, quienes clonaron la dirección de correo electrónico de Advent, y abrieron cuentas de banco falsas para realizar la estafa.
El pago robado formaba parte de una serie de cuotas que la empresa debía abonar a la firma estadounidense, por un contrato de un millón de dólares norteamericanos. El ataque en concreto fue dirigido a la plataforma Exchange Server de Microsoft, empresa que acusó al Gobierno chino de propiciar las estafas.
Se estima que el ataque produjo la violación de más de 30 mil cuentas, entre las cuales se encuentra la proovedora de FAdeA.
2 millones por daños morales.
Es lo que deberá pagar un supermercado de Marcos Juárez a un cliente, que fue interceptado por la seguridad del comercio cuando se activó una alarma a su paso. El fallo estuvo a cargo de la jueza en lo Civil y Comercial, Elisa Molina Torres, de Bell Ville.
Según el cliente damnificado, los guardias de seguridad del local lo hicieron pasar un “mal momento” cuando lo detuvieron luego de que el paso del hombre activara una alarma de cercanía, que se activa cuando un producto no fue pagado. Además, la “víctima” acusó a la seguridad de haberlo tratado con mucho rigor físico y psicológico, dejándolo en evidencia frente a toda la clientela del supermercado, de manera injusta.
Por supuesto que el cliente no tenía ningún producto ilegítimo en su poder, por lo que decidió hacer una demanda de manera inmediata. El problema se generó a raíz de un desodorante que no fue leído por el sistema de ticket, aunque los reproches de la seguridad se hicieron frente a todo el público.
Según el hombre, los guardias fueron los que llevaron adelante los malos tratos, ya que la cajera les aseguraba que había pagado por ese desodorante. Para la seguridad, el hombre debía pagar nuevamente o dejar el producto, a pesar de que ya había desembolsado el dinero.
Los empleados de seguridad fueron despedidos luego del hecho.