En 1996, en Escocia, un hombre asesinó a 17 personas en una escuela primaria; en Yemen, en 1997 un hombre con un fusil de asaltos ejecutó a 8 niños; en Kentucky, Estados Unidos, 2 profesores y dos alumnas fueron asesinadas por un joven en 1998; en 1999, en la que hoy se conoce como la tragedia de Columbine, 14 chicos fueron asesinados por dos compañeros que luego se suicidaron; en Alemania, en 2002, un hombre ejecutó a 17 personas en Erfurt.
El “elefante” de la violencia en las escuelas
La noticia recorrió el mundo. Esta vez el desorden, la violencia y la inseguridad que caracterizan a la Argentina se manifestó de otro modo. Un adolescente de 15 años disparó contra sus compañeros en una localidad del sur de Buenos Aires y las balas mataron a tres chicos. El problema no es local, es una tendencia macabra que se repite en varios lugares del mundo, y que ha obsesionado a varios especialistas y artistas en busca de respuestas. Por el momento son más las dudas e interrogantes que las soluciones.
Por el momento no había antecedentes en la Argentina de los hechos que ocurrieron la mañana del martes en la escuela de Carmen de Patagones. Quizá los incidentes que ocurrieron en 2002 a la salida de una escuela del sur del Gran Buenos Aires, se acerquen, pero son diferentes. Un adolescente al que sus compañeros apodaban "Pantriste" disparó contra un compañero que falleció en el acto e hirió a otro.
A medida que pasa el tiempo son más los detalles que se conocen sobre el asesino de tres compañero, el chico de 15 años. La policía por el momento tiene los siguientes datos: La tragedia ocurrió a las 7:30 en el aula del primer año del polimodal "B" de la escuela "Islas Malvinas". El chico que disparó se llama Rafael "Junior" Soliz, quien ha sido ahora detenido y trasladado al juzgado de menores de Bahía Blanca. Junior descargó trece balas de una pistola 9 mm, que pertenece a su padre, suboficial de la Prefectura Naval. Junior, antes de disparar decó que "hoy va a ser un lindo día".
Junior, un muy buen alumno y muy introvertido, asesinó a Sandra Nuñez, Evangelina Miranda y Federico Ponce e hirió a seis personas. Algunos de los heridos recibieron hasta tres balazos en el cuerpo.
Los peritos investigan que puede haber motivado semejante reacción en Junior. Ahora que se lo describe parece poseer determinados rasgos que alguien, familiares, amigos, maestros, tendrían que haber advertido. Ahora, una vez que los hechos han ocurrido parece evidente que en Junior se encontraba un psicótico. Por ejemplo, en su banco había escrito: "La mentira es la base de la felicidad" y "Lo más sensato que podemos hacer los seres humanos es suicidarnos". Pero lo cierto es que los adolescentes escriben cosas peores y sin embargo no asesinan a sus compañeros.
La película de Michael Moore, "Bowling for Columbine" plantea más dudas que respuestas. Si el trabajo más acabado sobre la violencia de esta índole no ha revelado soluciones el panorama local es aún más negro. Cada sociedad es diferente y en la nuestra no existe en nuestras raíces, como sí sucede en la estadounidense, un fanatismo por la caza y la portación de armas.
Las masacres en las escuelas preocupan a especialistas de distintos campos: psicólogos, sociólogos, pedagogos, médicos, filósofos, artistas, etc, y se llega, lamentablemente a pocos puntos en común. No es casual que el documental de la tragedia de Columbine, posterior al de Moore (se encuentra actualmente en los videoclubs) realizado por el prestigioso director Gus Van Sant ("Good Will Hunting") se llama "Elephant". El nombre del documental está inspirado en otro anterior dirigido por Alan Clarke de 1989, y la alusión al elefante evoca lo difícil que puede ser tratar el tema de la violencia, donde los diferentes enfoques que se pueden realizar reflejan en realidad la imposibilidad de abarcar el tema en su totalidad. Van Sant explicó en un reportaje que un ciego no puede conocer cómo es un elefante, porque con sus manos no lo puede tocar todas sus partes y obtiene así sólo una visión parcial de la realidad a la que se enfrenta.