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Beneficio probado por la ciencia: así ayuda el ejercicio al cerebro

El ejercicio aeróbico aumenta el flujo sanguíneo cerebral y reduce la rigidez arterial. "Tener hallazgos fisiológicos como este también puede ser útil para los médicos cuando hablan con sus pacientes sobre los beneficios del ejercicio", dijo el principal autor del estudio

Aunque existe cierto debate sobre si mantenerse físicamente activo sin sudar puede mejorar el rendimiento cognitivo durante la mediana edad , un conjunto de pruebas cada vez mayor sugiere que, a medida que envejecemos, el entrenamiento con ejercicios aeróbicos regulares (AET) a un nivel de moderado a vigoroso mantiene cantidades saludables de sangre bombeando a través del cerebro y puede ayudar a compensar el deterioro cognitivo.

Una investigación recientemente publicada el Journal of Alzheimer's Disease señala dos formas específicas en las que el ejercicio aeróbico de moderado a vigoroso (por ejemplo, caminar a paso ligero) "es bueno para el cerebro que envejece". 

El objetivo de este estudio de un año realizado por investigadores de University of Texas Southwest Medical Center in Dallas fue "investigar los efectos del entrenamiento con ejercicios aeróbicos sobre la rigidez arterial central y el flujo sanguíneo cerebral (FSC) en pacientes con deterioro cognitivo leve amnésico (DCL), una etapa prodrómica de la enfermedad de Alzheimer". 

Los investigadores asignaron a un grupo de pacientes con DCL amnético de entre 55 y 80 años a un régimen de un año de ejercicio aeróbico de moderado a vigoroso de tres a cinco veces por semana durante 30 a 40 minutos. Se asignó un grupo de control para hacer ejercicios de estiramiento y tonificación (sin cardio) durante el mismo período de tiempo.

Después de un año de monitorear ambos grupos, los investigadores concluyeron que hacer aproximadamente media hora de ejercicio aeróbico de 3 a 5 veces por semana a una intensidad de moderada a vigorosa "redujo la rigidez arterial central y aumentó el flujo sanguíneo cerebral". En particular, el grupo de estiramiento y tonificación no obtuvo los mismos beneficios cerebrales.

Aquellos que realizaron ejercicio aeróbico mostraron una disminución de la rigidez de los vasos sanguíneos en el cuello y un aumento del flujo sanguíneo general al cerebro", explican los investigadores en un comunicado de prensa.

"Cuanto más aumentaba su consumo de oxígeno (un marcador de aptitud aeróbica), mayores eran los cambios en la rigidez de los vasos sanguíneos y el flujo sanguíneo cerebral. No se encontraron cambios en estas mediciones entre las personas que siguieron el programa de estiramiento", agregaron.

Aunque este estudio de un año no encontró mejoras significativas en la memoria episódica y las funciones ejecutivas de los participantes según las pruebas neuropsicológicas estándar (CVLT-II y D-KEFS), los investigadores especulan que estos beneficios pueden llevar más tiempo. "Los cambios en el flujo sanguíneo podrían preceder a los cambios en la cognición", dijeron los autores.

"Tener hallazgos fisiológicos como este también puede ser útil para los médicos cuando hablan con sus pacientes sobre los beneficios del ejercicio. Ahora sabemos, sobre la base de un ensayo controlado aleatorio, que el ejercicio puede aumentar el flujo sanguíneo al cerebro, lo cual es algo bueno", concluyó el autor principal Rong Zhang.

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