Los videojuegos se transformaron en un pasatiempo para usuarios de todas las edades. Si bien ya se habían consolidado como una gran fuente de entretenimiento, con la llegada de la pandemia, esto se intensificó aún más.
CONTROVERSIA
Videojuegos: ¿desarrollan habilidades o generan adicción?
El debate entre quienes aseguran que los videojuegos ayudan al desarrollo de capacidades cognitivas y aquellos que creen que pueden ser peligrosos continúa.
Debido a la imposibilidad de salir de casa y socializar, muchos encontraron en las pantallas la forma de relacionarse con otros, despejarse y tener cierto contacto con “el mundo exterior”. De esta forma, los videojuegos tomaron un rol protagónico en la vida de las personas.
Sin embargo, todo esto genera controversia ya que hay quienes los defienden, argumentando que los videojuegos permiten ejercitar habilidades como la estrategia, y otros que están preocupados por el daño que esta fuente de entretenimiento puede causar en la salud.
Efectos negativos
Los que alertan sobre las desventajas de los videojuegos, sostienen que estos pueden convertirse en una adicción y perjudicar la salud tanto física como emocional.
Algunos expertos aseguran que, en ocaciones, generan una dependencia que debilita otras formas de entretenimiento por fuera de la pantalla, lo que hace que niños, adolescentes y adultos dejen de tener contacto con la vida real y le dediquen la mayor parte de su tiempo a la virtualidad.
Esto afecta las relaciones interpersonales de los usuarios y debilita su atención en otras actividades que no tienen que ver con los videojuegos. Además, llevan a que estos pasen una gran cantidad de horas frente a la pantalla.
Algo que alarma todavía más es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló oficialmente al trastorno por uso de videojuegos y explicó que este es:
Efectos positivos
Si bien el hecho de que los videojuegos pueden volverse adictivos es innegable, esto no le ocurre a todos y hay quienes resaltan las ventajas que pueden traer a la vida de los jugadores.
Varios especialistas explican que favorecen al desarrollo de distintas capacidades cognitivas como la percepción, la atención y la memoria, y que esto es algo que se da con mayor frecuencia en los usuarios que juegan desde antes de los 14 años.
Además, muchos los utilizan para combatir el estrés y contribuir con la salud mental en general.
En este sentido, lo positivo ocurre cuando estas mejoras se ven reflejadas en otras actividades que van más allá de los videojuegos.
La solución está en el control
Quedó claro que el efecto de los videojuegos en las personas no es siempre el mismo. Así como para algunos son una adicción, hay otros que los toman como una forma sana de entretenimiento.
Para que las ventajas se posicionen por encima de las desventajas el juego tiene que ser moderado.
Todo esto demuestra que la virtualidad, en este caso referida a los videojuegos, puede formar parte de la vida cotidiana de una manera saludable. Lo importante es entender qué le hace bien a cada uno y poner un límite.