James Franco, otrora considerada uno de los actores más prometedores de su generación, experimentó en carne propia cómo un escándalo puede destruir una trayectoria construida con años de esfuerzo. Hollywood lo canceló como a Diddy Combs. ¿Pero qué hizo? Enterate acá.
¿LO RECUERDAN?
James Franco: El actor al que Hollywood y su amigo lo traicionaron
Esta es la historia de James Franco. La caída en desgracia de una estrella de Hollywood que perdió todo por acusaciones de abuso.
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James Franco: Así cayó una promesa de Hollywood
Seth Rogen, quien fuera su compañero inseparable en múltiples comedias, dio un paso al costado cuando las acusaciones de comportamiento sexual inapropiado comenzaron a rodear a Franco. La ruptura de esta amistad cinematográfica marcó un punto de inflexión en la carrera del actor.
Cinco mujeres, cuatro de ellas exalumnas de su escuela de actuación, levantaron su voz para denunciar prácticas abusivas. Sarah Tither-Kaplan, una de las denunciantes, manifestó públicamente: "No se le podía decir que no a ese tipo. Existía una cultura de explotación hacia mujeres sin fama".
Las acusaciones no solo mancharon su reputación profesional, sino que también lo alejaron de los proyectos cinematográficos que lo habían consolidado como una estrella emergente. Su última colaboración pública con Rogen fue en los Globos de Oro de 2018, donde fueron nominados por "The Disaster Artist".
Un imperio derrumbado por denuncias
Tras una demanda judicial que culminó en un acuerdo económico de 2.235.000 dólares, Franco intentó reconstruir su imagen. Sin embargo, la industria cinematográfica pareciera haberle dado la espalda. Sus antiguos aliados, como Rogen, declararon públicamente que no tienen planes de volver a trabajar con él.
La caída de Franco representa un capítulo doloroso en la era #MeToo, donde el poder y los privilegios de las estrellas de Hollywood comenzaron a ser cuestionados sin contemplaciones. Su historia se transformó en un ejemplo de cómo un solo escándalo puede desmoronar una carrera construida durante décadas.
La industria del entretenimiento ha demostrado ser implacable: hoy James Franco es apenas un recuerdo de lo que alguna vez fue, un fantasma que vaga por los márgenes de Hollywood, esperando una posible redención que parece cada vez más lejana.
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