¿Estás en la duda entre ver un buen drama en Netflix o ir al cine? Aquí va una comparación de 2 películas de ese género para ayudarte en tu decisión. Una, dirigida por el español Pedro Almodóvar que está en cines; y la otra, dirigida por la actriz y guionista sueca, Josephine Bornebusch, que se encuentra disponible en la plataforma de streaming, Netflix.
HISTORIAS DRAMÁTICAS PERO DIFERENTES
Cine vs. Netflix: Cuando 'Let Go' le gana a 'La Habitación de al Lado'
Interesante ejercicio propone Felicitas Torres Lembi: 2 películas de trama similar en su origen, con resultados diferentes. Netflix le gana al cine.
Es el 1er. largometraje en inglés de Pedro Almodóvar, con rodaje en Madrid, Nueva York, New Hampshire. Otra vez él explora la amistad entre mujeres, en este caso frente a la muerte. ' La Habitación de al Lado' (The Room Next Door) es una adaptación libre de 'Cuál es tu tormento', la novela de Sigrid Nunez.
Martha, una mujer convaleciente (Tilda Swinton) intenta convencer a su amiga Ingrid (Julianne Moore) que la acompañe en la otra habitación mientras vive sus últimos días. Por otro lado, en 'Let Go' (Déjalo Ir, en sueco 'Slapp Taget'), una pareja (Josephine Bornebusch y Pal Sverre Hagen) con hijos decide hacer un último viaje familiar.
Pequeña herejía: Almodóvar aburre
Pedro Almodóvar, nacido en Calzada de Calatrava (España), no es cualquier director: él ganó 2 veces el premio Oscar: a la Mejor Película Extranjera (no hablada en inglés), por 'Todo sobre mi madre' (2000); y al Mejor Guión Original por 'Hable con ella' (2003). Ahora quiere hacerlo en inglés.
El espectador se encuentra con Ingrid (Julianne Moore) en un evento en que firma ejemplares de su nuevo libro, ella es novelista. Es un comienzo light pero si uno no va preparado, es sorprendido por el inmediato abordaje de temas tan crudos como la enfermedad y la muerte.
Es que Martha, quien fue reportera de guerra, decide renunciar a las últimas sesiones de la terapia y compró a traves de la 'darkweb' una 'tableta de eutanasia'. ¿Quién la asistirá en la hora final? Resulta que con su hija tiene una relación fría y que sus amigas cercanas no aceptan su pedido. Entonces recurre a Ingrid, de quien se distanció hace tiempo. Ella sólo tiene que estar en la habitación de al lado hasta el momento en que Martha cierre la puerta, señal definitiva.
Ingrid le tiene pánico a la muerte y escribió un libro sobre esa cuestión. Pero acepta. Martha alquila una casa cerca de Woodstock.
La muerte asistida / muerte digna, es un tema. No es el único que pretende abordar Almodóvar, que en este filme no es el tragicómico Almodóvar convencional. En esta ocasión, cuando él intenta introducir algo de humor, no estaba inspirado. ¿En inglés perdió frescura y originalidad?
Pero el problema de fondo que no resuelve el creador consiste en que al drama le faltó emoción. Por ejemplo, estos 107 minutos pierden en la comparación con 'Dolor y Gloria', del director español.
Sí es un gran duelo entre 2 actrices pero -es horrible hacerlo notar pero no tengo opción-, Ingmar Bergman consiguió mejores diálogos cuando afrontó desafíos similares. Por ejemplo, en 'Persona' (1966), con Liv Ullmann y Bibi Andersson. Faltó trabajar el guión de Almodóvar, y es raro porque él ganó un Oscar al Mejor Guión.
Notable el duelo actoral de Swinton y de Moore, pero ellas no pueden remediar lo que falta.
Almodovar lo intenta por el lado de la poesía (“I’ve had the death in my hands… I never imagined it would be so light” / “He tenido la muerte en mis manos… Nunca pensé que sería tan ligera”), pero es muy superficial esa bella prosa respecto de la profundidad que merece esa hora final.
De todos modos, mención aparte para Swinton. Ella logra transmitir el dolor y desesperanza de Martha. Ella consigue que se la perciba en su completo cansancio, harta de seguir sufriendo. Sin embargo, ni ella no puede salvar la peli porque Almodóvar bate récords de velocidad en convertirla en aburrida. Por supuesto que los almodovarianos estarán en desacuerdo pero es necesario afirmar que el director prometió más de lo que consiguió.
La increíble Stella
Josephine Bornebusch, nacida en Estocolmo (Suecia), en 1981, ganó un Peabody Award por 'Malas Hermanas' (2023). Ahora va por más. En esta ocasión, la directora, guionista y actriz logró entrelazar el drama y el humor a la perfección.
Es la historia de una familia: Stella, Gustav, Anna y Manne. Stella es ama de casa. Gustav es un consejero de parejas. Anna es una bailarina de 'pole dance' en ciernes. Manne es un aspirante a 'luchador' con alergia al gluten. Gustav está teniendo una aventura con su colega, Angela, y quiere divorciarse para vivir con su amante en lugar de tener que tolerar a su familia.
Cuando Gustav le informa a Stella su interés, ella se abstiene de revelarle su secreto y pone toda su atención en la próxima competencia de 'pole dance' de Anna, quien pretendía falsificar la firma de Stella y asistir por su cuenta a la competencia (solitaria porque odia a todos).
Stella convierte la ocasión en una oportunidad. Anna no está contenta con esa idea. Tampoco Gustav. Genial la decisión de Stella de no darle a Gustav una salida fácil justo cuando la angustia adolescente de su hija está en su apogeo y su hijo es demasiado caótico. Stella espera que en ese viaje, él se convierta en un padre responsable. Manne se suma a la aventura porque no tiene opción. ¿Sobrevivirá la familia a esa trama?
Al igual que Almodóvar, ella eligió comenzar el filme con colores variados. Ya desde el principio nos empieza a describir al padre (y a su amante), a la madre, y a los hijos revoltosos. Atrapa desde el minuto 1 con la manera en la que cuenta la historia. Tiene un buen ritmo y un tono semi amargo.
Bornebusch intercala de manera acorde el humor con el drama y las escenas que pretenden producir sonrisas, lo consiguen. Bingo.
También acertó con el componente esencial: la ternura, clave para emocionar al público.
Luego, hay golpes de efecto: el padre que le da sus pantalones a su hijo porque éste se hizo encima revierte, en parte, el desagrado que provoca ese padre al comienzo, cuando quiere dejar a su familia por su amante.
Otra escena que me quedó en la memoria: cuando la hija rebelde contiene a su madre que se siente mal por el cáncer.
El guión escala hacia lo profundo. Las escenas en la que los padres discuten son realistas. Las peleas con la hija adolescente también fueron bien logradas. Los personajes no hablan sin propósito.
Es un lujo la actuación de la multifacética Bornebusch. Es fácil empatizar con ella, compartir su preocupación, transitar su angustia, experimentar su ansiedad y también su alegría.
Cuando Stella le promete a su marido que va a “let go” (dejarlo ir) y se suelta bailando en el bar, uno celebra con ella.
Spoiler: duele la partida de Stella. Son 110 minutos que terminan en un puñetazo, para algunos innecesariamente cruel.
Acertado fue incluir a los abuelos al final de la escena, eran muy agradables.
Conclusión
Las 2 películas exploraron la temática de la enfermedad y la muerte de manera cruda. Sin embargo, la directora de 'Let Go' logró entrelazar mejor el drama y la comedia, que es lo que hace más soportable la tragedia humana, creando una historia atrapante, con buen ritmo, en la que uno se entrega a los personajes. En cambio Almodóvar se quedó corto.
Si bien ambas protagonistas Martha (Swinton), de 'La Habitación de al Lado'; y Stella (Bornebusch), de 'Let Go', supieron expresar lo dolorosa que es la travesía de una enfermedad terminal, Almodóvar, quizás él mismo espantado por su trama, hizo una película lenta, fría y tediosa.
En cambio, Bornebusch logró cautivar al televidente con una trama y guión creíbles y profundos, personajes interesantes y escenas bien logradas. Otra vez: el componente 'ternura' es un ingrediente clave en su éxito. Una película como 'Let Go', que rescata emociones, es la que vale la suscripción de Netflix.
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