Zinc, un metal esencial para todos los humanos

Es un jugador importante en la creación de ADN, el crecimiento de células, la construcción de proteínas, la curación de tejidos dañados y el apoyo a un sistema inmunológico saludable. Ayuda a las células a crecer y multiplicarse: se requiere una cantidad adecuada de zinc durante los períodos de rápido crecimiento. También está involucrado con los sentidos del gusto y el olfato.

El zinc fue reconocido por primera vez como esencial para un sistema biológico en 1869 en estudios con el hongo 'Aspergillus níger'.

Sin embargo, fue solamente a comienzos de la década de 1960 cuando Ananda Shiv Prasa, de Biha (India), postuló que la deficiencia de zinc desempeñaba cierto papel en patología humana y esa deficiencia fue identificada primeramente en el Medio Oriente, en asociación con el síndrome de enanismo nutritivo en adolescentes.

En 1961 que Prasad y otros describieron lo que hoy se conoce como 'síndrome de deficiencia de zinc'.

El zinc es un mineral y es el segundo oligoelemento intrecelular más importante en cantidad después del hierro.

El zinc se encuentra en todo el cuerpo. El cuerpo no almacena el exceso de zinc, por lo que debe obtenerse de la dieta. Cumple funciones catalíticas, estructurales, de regulación, forma parte integral de muchos tejidos, de un gran número de metaloproteínas con actividad catalítica y de cofactores de transcripción, siendo fundamental para la síntesis de biomoléculas como el ADN y las proteínas, así como para la degradación de las mismas.

Otra vez: es necesario para la función inmunológica, la cicatrización de heridas, la coagulación de la sangre, la función tiroidea entre otros. Tiene un papel clave en el mantenimiento de la visión y podría tener efectos contra los virus.

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Algunos alimentos portadores de zinc.

Algunos procesos quirúrgicos, como la cirugía gastrointestinal para perder peso, y los trastornos digestivos como la colitis ulcerativa, pueden promover el riesgo de déficit de zinc. Las personas alcohólicas también son susceptibles.

El alcohol reduce la cantidad de zinc que absorbe el cuerpo e incrementa la pérdida por la orina.

Actualmente se conoce que las manifestaciones clínicas de la deficiencia de zinc incluyen baja estatura, hipogonadismo en hombres, desordenes de la piel como la dermatitis postular, alopecia, mala cicatrización, deterioro de las funciones cognitivas, diarrea, deficiencia de la inmunidad celular que conlleva a la presencia frecuente de infecciones, entre otros; cuya intensidad varía de acuerdo a si la deficiencia es moderada o severa, pudiendo llegar incluso a la mortalidad.

Se calcula que la deficiencia de zinc está asociada al 16% de las infecciones del tracto respiratorio superior y al 10% de los episodios de enfermedad diarreica que se presentan a nivel mundial.

Una vez diagnosticada la causa de la deficiencia de zinc, se pueden recomendar cambios en la dieta o la toma de suplementos.

La Unión Vegetariana española menciona a los siguiente alimentos como fuentes de origen vegetal:

• cereales integrales,
• tofu,
• tempeh,
• legumbres,
• frutos secos y
• semillas.

También son especialmente ricos en zinc:

• alubias blancas,
• soja,
• lentejas,
• semillas de girasol,
• calabaza,
• levadura de cerveza y
• chocolate negro.

También menciona que para potenciar su absorción, podemos (al igual que sucede con el hierro) acompañar su ingesta con vitamina C, una estrategia que se recomienda siempre tras la ingesta de legumbres.

Los fitatos actúan como antinutriente del zinc, haciendo que se absorba en menor medida.

Por eso es recomendable utilizar técnicas con las que podemos deshacernos de ellos: remojo, cocción, germinación, fermentación y tostado.

Alimentos fuentes de origen animal: Carne de vaca y pollo, ostras, lácteos.

Una buena nutrición es fundamental en todas las etapas de la vida, permite el desarrollo físico, mental y el adecuado desempeño social de las personas.

Durante los primeros años de vida cuando el cerebro está en su mayor etapa de desarrollo, se construyen gran parte de las estructuras mentales y se adquieren muchas de las habilidades cognitivas fundamentales para la adecuada interacción y adaptación al entorno durante toda la vida.

La deficiencia nutricional de zinc puede afectar el crecimiento y el desarrollo, las funciones inmunes y cognitivas.

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