A 45 años de su estreno, El Resplandor sigue siendo una de las películas de terror más intensas y memorables de todos los tiempos. La locura del rodaje bajo la dirección de Stanley Kubrick se convirtió en leyenda, y su manera de crear terror psicológico marcó un antes y un después en el cine.
"¡AQUÍ ESTÁ JOHNNY!"
Filmar "El Resplandor" con Stanley Kubrick fue la verdadera película de terror
Sin dudas, "El Resplandor" es un clásico del terror con mucha de obsesión y misterio. Y el rodaje de Stanley Kubrick fue tan intenso que marcó la historia.
Cómo Kubrick y Nicholson llevaron la locura al set
El rodaje de El Resplandor fue una travesía tan demencial como su historia. Stanley Kubrick, un obsesivo del control y la perfección, pensaba que si no había sufrimiento en el set, no había realismo en pantalla. Jack Nicholson, en su inolvidable papel de Jack Torrance, arrancaba cada jornada con un ritual peculiar: se cepillaba los dientes antes de cada escena para no intoxicar a sus compañeros con su aliento (le gustaban mucho las chuletillas de cordero y la boca le apestaba después de comer).
La anécdota la muestra Vivian Kubrick, hija del director, en el documental Making The Shining, donde se ve al actor en bata, enjuague bucal en mano, antes de volver a blandir el hacha con su sonrisa maniaca.
El rodaje, que debía durar 6 meses, se extendió por un año entero y tuvo sus propios momentos de terror real: un incendio destruyó parte de los decorados en Elstree Studios. El fuego fue alimentado, entre otras cosas, por las botellas de perfume Brut del actor Scatman Crothers (el inolvidable Dick Hallorann, que se hace amigo de Danny cuando descubre que tiene "el resplandor").
De milagro, el set del laberinto cubierto de nieve artificial no se quemó del todo, evitando una posible intoxicación masiva en los alrededores. Kubrick, imperturbable, siguió filmando como si nada.
El uso del Steadicam, una técnica revolucionaria para la época, fue muy importante en la atmósfera agobiante de la película. Su inventor, Garrett Brown, acompañó a Danny por los pasillos del Hotel Overlook montado en una silla de ruedas modificada. Para él, las tomas infinitas no eran un castigo, sino una oportunidad para alcanzar un "nivel zen de perfección". Incluso llegó a afirmar que podría haber hecho mil tomas sin quejarse. El resultado fue una cámara inquieta que respira terror, moviéndose como un fantasma más en el hotel embrujado.
La verdadera historia detrás de "El Resplandor"
Leon Vitali, que había trabajado con Kubrick en Barry Lyndon, fue el encargado de encontrar al nene que interpretaría a Danny. Recibió un llamado del director, sin mucha más explicación que: "¿Querés ir a Estados Unidos a buscar un chico para la peli?". Recorrió Illinois, Colorado y Missouri, entrevistando a más de 5.000 chicos, y finalmente, encontró a Danny Lloyd, un nene de cuatro años que le dijo: "Che, Leon, me gusta tu traje". Lloyd resultó tener un talento natural y se convirtió en el Danny definitivo, sin saber del todo que estaba actuando en una película de terror.
Kubrick, mientras tanto, ninguneaba a los escritores, y a Stephen King, el autor de la novela original, ni lo invitó al set. Cuando el escritor visitó la producción cerca del final, solo pudo ver tomas del famoso manuscrito repetido: "Solo trabajo y nada de juego hacen de Jack un chico aburrido". King se sintió traicionado y dijo: “Es un Cadillac hermoso sin motor. Podés disfrutar del olor a cuero, pero no te lleva a ningún lado”. Además, odiaba la frialdad de la versión de Kubrick, que poco tenía que ver con el horror emocional que él había plasmado en su libro.
Shelley Duvall, como Wendy, fue quien la pasó peor de todos. En el documental de Vivian, se ve cómo Kubrick la maltrata abiertamente para "sacar la desesperación real" que necesitaba para la escena del hacha. Ella misma reconoció: "Estaba entrando y saliendo de problemas de salud por el estrés". Años después, admitiría que filmar El Resplandor fue "un infierno". Su papel fue fundamental para el clima del film, pero pasó años sin ser reconocida por su entrega, mientras Nicholson se llevaba todos los aplausos.
Al principio, la crítica se mostró desconcertada con la película: The New York Times la consideró bella pero sin sentido, y Variety la destrozó, diciendo que Nicholson parecía un payaso y que Duvall era una caricatura. Encima, Kubrick fue nominado a un Razzie como peor director. Sin embargo, con el tiempo, El Resplandor fue reevaluada como una obra maestra, y en 2018 fue incorporada al Registro Nacional de Cine de EE.UU., como una pieza cultural, histórica y estéticamente significativa.
Y como en todo lo que toca Kubrick, los teóricos siguen viendo mensajes ocultos: en las latas de comida, en la arquitectura imposible del hotel o en el cambio de color de una máquina de escribir. El documental Room 237 recopila las teorías más delirantes, como alusiones al genocidio de indígenas o referencias al Holocausto.
Hoy, más de cuatro décadas después, El Resplandor sigue viva con el mismo filo con el que Jack rompía la puerta a hachazos mientras gritaba, improvisando: "¡Aquí está Johnny!".
-------------------------------------------------------------------
Más contenido en Urgente24
La miniserie de 6 capítulos que todos terminan en un día
Albanesi, GEMSA y Central Térmica Roca entran en default
Tiene 3 episodios y es la miniserie más intensa que vas a ver
El supermercado que liquida acolchados y frazadas a precios increíbles
El supermercado que vende ropa en tendencia y a precios inigualables