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humillación por séxtuple partida

La paliza de Boca de 1928: la mayor goleada de un Superclásico

Boca hizo historia al humillar a River por seis goles. Una gesta que perdura en la memoria futbolística, marcada por la superioridad xeneize.

El 23 de diciembre de 1928, Boca Juniors escribió un nuevo capítulo en los anales de la historia del fútbol al aplastar por 6 goles a River Plate en su vieja cancha de madera. Un Superclásico que todavía resuena como una de las mayores hazañas del fútbol argentino.

La paliza de Boca que marcó época

En una época donde los Superclásicos son batallas reñidas, la gesta de Boca en 1928 se alza como un hito imbatible. En aquel partido de la era anateur, el ‘Xeneizeno tuvo piedad y humilló a su eterno rival con una goleada histórica.

Con goles de Tarasconi, Kuko y Cherro, Boca aplastó a River con 6 goles en su propia cancha. Una marca en los Superclásicos jamás superada.
Con goles de Tarasconi, Kuko y Cherro, Boca aplastó a River con 6 goles en su propia cancha. Una marca en los Superclásicos jamás superada.

Apenas tres minutos transcurridos y Domingo Tarasconi inauguró el marcador, dando inicio a una exhibición de poder ofensivo. La cancha de madera de River, testigo mudo de la gesta, no pudo contener la embestida azul y oro.

Esteban Kuko y Roberto Cherro se sumaron al festín con sendos dobletes, consolidando la superioridad del Boca en ese Superclásico inolvidable. Aunque el ‘Millonario‘ intentó resistir, la expulsión de dos jugadores y las lesiones complicaron aún más su situación.

River pierde la pulseada y anuncia retirada

La tarde se volvió más sombría para River cuando, antes de la media hora, Jerónimo Uriarte y Alejandro Giglio chocaron brutalmente, dejando al equipo con nueve jugadores, y más tarde ocho debido a la lesión de Francisco Gondar.

Antes del final y con tres jugadores menos, Eduardo Forte, capitán de River, pidió finalizar anticipadamente el partido. Boca se declaró ganador del encuentro.
Antes del final y con tres jugadores menos, Eduardo Forte, capitán de River, pidió finalizar anticipadamente el partido. Boca se declaró ganador del encuentro.

Sin posibilidad de hacer cambios en esa época, el ‘Millonario‘ se vio superado por la avalancha de goles de Boca. La humillación fue tal que, tras el tanto anotado por el ‘Cabecita de Oro‘, Eduardo Forte, capitán de River, solicitó al árbitro el fin del tormento.

Aquel 6-0 perdura como la mayor goleada en la historia del Superclásico, un capítulo memorable en la memoria de los hinchas xeneizes y una cicatriz profunda en el orgullo riverplatense.