Al hueso Boca > Copa Libertadores > Fluminense

FINAL DE LA LIBERTADORES 2023

Los errores de Boca y Fluminense que marcaron el partido

Fluminense se quedó con la final, pero el error del empate pudo haber marcado la historia. Por su parte, Boca no aprovechó tener uno más.

Fluminense se consagró campeón de la Copa Libertadores 2023. El Tricolor fue superior en el juego y se quedó con una victoria merecida. El resultado ya quedó en la historia de la competición, pero hay dos errores que marcaron – directamente o no – la final continental.

De un lado, el empate de Boca llegó gracias a la genialidad de Luis Advíncula, que el Fluminense podría haber evitado. Por otra parte, la impulsividad del plantel volvió a pasarle factura al Xeneize. Tras el gol y la expulsión de John Kennedy, Frank Fabra vio la tarjeta roja por una reacción infantil. Tan solo 5 minutos duró la superioridad numérica en el campo de juego, por lo que Boca no llegó a aprovecharla.

Desatención de Fluminense en el empate

La falta de méritos del Xeneize para quedarse con el partido, la contrarrestó un error del Flu, uno de esos que no se pueden tener en una final. El zapatazo de Luis Advíncula fue letal, pero prevenible. El peruano fue el máximo goleador de Boca en el torneo. Llegó a la final con tres tantos – el cuarto fue contra el Tricolor – en su cuenta, todos de zurda y adelantado en la jugada.

Luis Advíncula
Luis Advíncula metió un golazo de zurda para el empate parcial.

¿Cómo llegó el empate? De la misma forma. De hecho, el gol es muy parecido al que el peruano convirtió ante Colo-Colo en Chile. Teniendo en cuenta el as bajo la manga que tenía Boca, fue un error de Fernando Diniz no marcarlo, o no hacerlo lo suficiente.

Además, como si las actuaciones en partidos pasados no alcanzaran, Advíncula avisó con un tiro desviado desde afuera del área unos 15 minutos antes del empate. A la segunda pelota que no lo presionaron, el defensor la mandó al fondo de la red. Es decir, Fluminense tuvo las advertencias para trabajar en la previa del encuentro, pero también durante el mismo. Aún así no fueron suficientes para no dejarle espacios al defensor a la hora de definir.

Al final, la historia marca que John Kennedy fue el héroe. Pero aquella desatención en el segundo tiempo podría haberle costado el título al nuevo campeón.

La impulsividad en Boca

El Xeneize tiene problemas con el control de las emociones de sus jugadores. No es la primera vez que sucede. Nuevamente un partido quedó condicionado por las reacciones de los auriazules.

En la final, Boca tuvo una buena y una mala al mismo tiempo: Fluminense se volvió a adelantar en el marcador, pero Kennedy fue expulsado. Aproximadamente 20 minutos restaban de partido para que el Xeneize vaya a buscar el empate con uno más. Parecía que así se iba a dar el final del encuentro, con los argentinos al ataque y sin nada más que perder; pero Frank Fabra tuvo otros planes.

El colombiano tuvo una irresponsable e infantil reacción sobre el final del primer tiempo extra. ¿Cómo fue? En medio de los reclamos a Wilmar Barrios por una mano de Guga en el área, Nicolás Figal y Nino tuvieron un encontronazo. El capitán de Fluminense empujó al defensor de Boca y Fabra, desde atrás de su compañero, respondió con un cachetazo al brasileño. Claro, el árbitro colombiano estaba de espaldas al cruce entre jugadores, pero no fue nada que hoy en día no se pueda revisar mediante el VAR.

El cachetazo que le valió una expulsión a Fabra.

Ahora, el problema de todo esto no es sólo que Fabra le quitó la posibilidad a su equipo de sacar ventaja de la superioridad numérica, sino la reiteración de expulsiones por la impulsividad de los jugadores del club porteño. Sin ir más lejos, Marcos Rojo no disputó la final por el mismo motivo. En la vuelta de las semifinales contra Palmeiras, el capitán de Boca vio dos amarillas en el transcurso de 15 minutos para dejar a su equipo con 10 hombres y perderse el partido por el título.

Poniendo el foco en el expulsado de la tarde del 04/11, no es la primera vez que Frank Fabra no puede contener su enfado en el campo de juego. Hay un claro patrón que se repite: sucede cuando Boca va en desventaja.

Recordemos, por las semifinales de la Copa Libertadores 2020, el defensor vio la tarjeta roja por un insólito pisotón a Marinho cuando Santos acababa de convertir el 3 a 0. Los jugadores pelearon por una dividida, el brasilero cayó al piso y Fabra le clavó los tapones en el estómago. Solución: roja directa.

Aunque la agresión fue menor, el resultado en la final contra Fluminense fue el mismo. El equipo contrario se puso en ventaja y el colombiano reaccionó. Aquí está un problema a resolver para Boca. Es que el club necesita jugadores con la mentalidad suficiente para esta clase de partidos.

La chapa de campeón en la copa ya es de Fluminense. Pero, quién sabe, con uno más en el campo y perdido por perdido, Boca podría haber peleado el partido y llevarlo a los penales, que tan bien le sentaron en esta edición.