Así lo definió el IFAB (International Football Association Board, por sus siglas en inglés), ente encargado de definir las reglas del fútbol a nivel mundial y sus modificaciones. La organización aprobó un ensayo mediante el cual los jugadores con posibles traumatismos craneoencefálicos, o concusiones, serán reemplazados permanentemente de los partidos.
¡Escandaloso! Afuera los que tengan concusiones
Un traumatismo craneoencefálico es una lesión del cerebro que surge a consecuencia de un golpe o una sacudida a la cabeza y pueden ser desde ligeras hasta serias, llegando a perturbar el funcionamiento normal del cerebro. Si bien casi todas causan síntomas durante un período relativamente corto, algunas veces pueden conducir a problemas duraderos.
Con esta medida, el IFAB pretende anteponer la salud del jugador sin perjudicar al resto del equipo, el cual se verá obligado a reemplazar de forma permanente al futbolista lesionado para que no pierdan la cantidad necesaria de competidores.
La IFAB y las concusiones
El IFAB cree firmemente que, ante la duda de si se ha producido una conmoción, debe protegerse al jugador excluyéndolo de forma permanente del partido; no obstante, la priorización de la salud no debe perjudicar al equipo del jugador lesionado, dejándolo en inferioridad numérica.
Los futbolistas están expuestos a toda clase de lesiones, como esguinces, pubalgias, lesiones de rodilla y desgarros. Las concusiones también son parte de su día a día y pueden producirse por cabecear la pelota, por un pelotazo en la cabeza o por el impacto de la cabeza contra el cuerpo de otro jugador, el piso o un poste. Lógicamente, la preocupación aumenta cuando los jugadores son niños, quienes no son del todo conscientes del peligro que éstas implican. Por eso es que en algunos torneos se decidió prohibir los cabezazos. Pero, ¿se puede hacer lo mismo cuando juegan los adultos?
Quizá ilegalizar el cabecear la pelota pueda prevenir algunos accidentes, pero también puede generar otros. Por ejemplo, si los jugadores no pueden usar la cabeza para alcanzar una pelota elevada, intentarán hacerlo con el pie. Eso puede provocar graves lesiones tanto para el jugador protagonista (por una mala caída) como para el receptor de la patada. Ahora, dejar afuera permanentemente al que reciba una lesión en el cerebro no va a solucionar las concusiones en el fútbol.
Habrá que analizar los riesgos posibles que conllevan esta clase de accidentes para poder tomar las medidas pertinentes. En esta línea, el IFAP ha comenzado a realizar ensayos en partidos de fútbol juveniles de hasta 12 años, donde cabecear la pelota fue sancionado con un tiro libre indirecto. ¿Se podrá replicar en el fútbol adulto o habrá que esperar mejores propuestas para cuidar las cabezas de los jugadores y evitar que sean expulsados?