POLÍTICA

PREOCUPACIÓN

Por 1ra. vez, el país presidencialista bajo la lupa de un Senado poderoso

Especulan algunos: "Definir el poder entre peronistas y kirchneristas será sin dudas la mayor de las tareas que tendrá que llevar adelante el Frente de Todos, y a pesar de la negación que tiene el presidente electo Alberto Fernández sobre quién tendrá el poder de la Argentina, está escrito que sin dudas, ambos van a gobernar: Alberto F y su compañera de fórmula Cristina Fernández de Kirchner. Esta situación preocupa a su círculo, que temen por que el liderazgo de Alberto sea real." Incluso, con la jugada fuerte que hizo CFK dentro del Congreso Nacional, la tradicional Argentina presidencialista está cada vez más lejos de ser tradición en el próximo Gobierno, que asumirá este martes 10/12.

Algunos cercanos a Alberto Fernández prefieren no mencionárselo dado al nivel de estrés que el Presidente electo maneja por estas horas, pero lo cierto es que varios integrantes de su círculo más íntimo en materia política temen porque el Poder Legislativo sobrepase al poder Ejecutivo en lo que serán los próximos 4 años de Gobierno en manos del Frente de Todos. 

Al menos es lo que aparece en los comentarios que en voz alta hacen quienes dicen hablar con el nuevo Gobierno.

Obviamente esto en teoría no tendría que afectarle a Alberto Fernández, ya que solo necesita mayoría en el Congreso para poder llevar adelante gran parte de su proyecto político, y este por supuesto, la tendrá. Sin embargo, esa mayoría estará comandada por alguien que no será precisamente la figura presidencial, sino la de su vice, Cristina Fernández de Kirchner. 

CFK logró mover todas las fichas a su favor y es así como en el Congreso Nacional, donde jurarán mañana, tendrá el poder absoluto. En el Senado logró la unidad peronista, eligió ella al jefe de bloque y ya se reunió con todos los senadores antes de la transición. 

Lo mismo hizo en la cámara baja, con el nombramiento de Máximo Kirchner como jefe del bloque peronista/kirchnerista. Con esa jugada no solo se asegura el poder absoluto, sino que deja con un poder muy acotado al líder del Frente Renovador, Sergio Massa. 

Así las cosas, la estrategia de CFK por supuesto que no fue improvisada, y lo que busca es tener mayor control en algunas comisiones, la más importante por supuesto la Presupuesto y Hacienda (de ambas cámaras). 

¿Por qué? Porque la vicepresidente electa quiere cuidar por sobre todo, la provincia de Buenos Aires, que es donde ella concentra todo su poder electoral. Además, desde el albertismo aseguran que "CFK tienen un gran favoritismo por Axel Kicillof, por lo cual lo va a beneficiar sin dudas en todo lo que esté a su alcance". Eso sin dudas será un tema de negociación entre el binomio Fernández, ya que Alberto sueña con un país de "mayor igualdad y más federalista". 

Incluso CFK ya la habría advertido al presidente electo que el presupuesto que introduzcan en el Congreso en los próximos días, tiene que ser "examinado y revisado letra por letra, punto por punto", agregan. 

La inquietud desde los peronistas/albertistas sucede también porque las relaciones entre el Poder Ejecutivo y las provincias quedaron en manos de La Cámpora, con la cara de Eduardo de Pedro. El exdiputado y ahora ministro del Interior, no responde a Alberto, sino a CFK. 

Lo que temen entonces los albertistas es que, aunque el presidente de Argentina desde este 10/12 obtendrá las mayorías necesarias en cada sesión para poder Gobernar, tenga la limitación de que la última palabra finalmente quede en manos de CFK, que además, tiene amplio respaldo político dentro del Congreso. Incluso, algunos se lamentan y dicen que "ella hoy día es la que lamentablemente lidera el peronismo", agregan, aunque insisten que es algo circunstancial porque los más veteranos afirman que "kirchnerismo no es peronismo, no somos lo mismo", advierten.

Por su parte, aseguran que Alberto Fernández está confiado, y aunque es consciente del liderazgo de Cristina admiten que tiene muy en claro sus capacidades para gobernar, además, se caracteriza por ser dialoguista y buen negociador, cosa que aplicará sin dudas con su compañera de fórmula de cara a un nuevo período presidencial 2019-2023.

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