Las actividades estimulantes que implican buscar o procesar información, como leer, escribir, jugar a las cartas, juegos de mesa y hacer rompecabezas, parecen agregar tiempo extra a personas, asegura el estudio.
La investigación involucró a 1.903 personas de una edad promedio de 80 años, ninguna de las cuales tenía la enfermedad al comienzo.
Los participantes fueron rastreados y evaluados hasta por 22 años. En ese tiempo, 457 participantes desarrollaron Alzheimer.
En promedio, el diagnóstico se dio a los 94 años para las personas que realizaron más actividades estimulantes del cerebro más adelante en la vida, en comparación con los 89 años para aquellos con la menor cantidad de actividad cognitiva.
El Alzheimer es una enfermedad degenerativa del cerebro que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas eventualmente se vuelven lo suficientemente graves como para interferir con las tareas que antes eran rutinarias.
En todo el mundo hay 50 millones de personas que padecen demencia y entre el 60 y 70% de esos casos corresponden a Alzheimer. Se prevé que para el 2050 esa cantidad se triplique, a menos que se descubran formas de prevenir, curar o retrasar la enfermedad.
Al respecto, los investigadores encontraron que ni la educación ni la actividad cognitiva en una etapa temprana de la vida se asocian con la edad en la que una persona desarrolla la enfermedad.
Más bien, es lo que se hace más adelante lo que marca la diferencia. Como dijo el autor principal del estudio al medio The Washington Post, "nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer el tipo de actividades accesibles y económicas […] incluso a los 80".
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