Más de 130 años después de los asesinatos que aterrorizaron Londres, un historiador británico afirma haber resuelto el misterio sobre la identidad de Jack el Destripador. Varias pruebas de ADN extraídas de un chal encontrado en la escena de un crimen señalan como el famoso asesino a un inmigrante polaco que trabajaba como barbero en Whitechapel.
"ES ÉL AL 100%"
Habrían encontrado a Jack el Destripador con una muestra de ADN: ¿Fin del misterio?
Un análisis de ADN vincula a un inmigrante polaco con los asesinatos de Jack el Destripador. Después de un siglo, se sabría por fin quién fue el famoso asesino.
El ADN que podría cerrar el caso
El enigma sobre quién era Jack el Destripador, el asesino en serie que aterrorizó el barrio londinense de Whitechapel a finales de 1888, enganchó a miles de personas durante generaciones. Al criminal se le atribuyen al menos cinco asesinatos, conocidos como los "crímenes canónicos", en los que atacó brutalmente a mujeres, la mayoría trabajadoras sexuales, y dejó sus cuerpos mutilados en la vía pública. Estas se llamaban: Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly y, a pesar de los esfuerzos de la policía y de la intensa cobertura mediática de la época, su identidad nunca fue confirmada.
Pero hoy, el misterio parece que está por terminar, gracias a la investigación de un historiador británico llamado Russell Edwards que lleva años de su vida dedicado a investigar los crímenes de Jack el Destripador y que asegura haber descubierto su verdadera identidad. En 2007, adquirió un chal supuestamente encontrado en la escena del asesinato de Catherine Eddowes, una de las tantas víctimas, con restos de sangre y semen.
Por lo que reveló en el programa de televisión australiano Today, cruzando los resultados de las pruebas de ADN, logró vincular "al 100%" las muestras del chal con Aaron Kosminski, un barbero polaco que, al momento de los crímenes, tenía 23 años. "Cuando coincidió el ADN de la sangre en el chal con una descendiente directa de la víctima, fue el momento más asombroso de mi vida", sostuvo Edwards. Pero lo más impactante llegó después: "Cuando testeamos el semen en el chal y la coincidencia fue absoluta, me quedé atónito. Habíamos descubierto quién era Jack el Destripador".
Edwards y su equipo ahora buscan que el caso se revise legalmente para que se reconozca formalmente a Kosminski como el asesino. "Tenemos la prueba, ahora necesitamos que un tribunal lo nombre oficialmente", insistió Edwards. Incluso presionan también los descendientes de Eddowes, exigiendo una justicia simbólica para quienes murieron brutalmente a manos del asesino más infame de la historia británica.
Quién era Aaron Kosminski, el supuesto Jack el Destripador
Aaron Kosminski, quien sería supuestamente Jack el Destripador, emigró de Polonia a Inglaterra en 1881 y se estableció en Whitechapel, el barrio donde ocurrieron los terribles crímenes. Trabajaba como peluquero y cirujano-barbero (en ese entonces era común que los barberos tuvieran oficios médicos) y padecía problemas de salud mental que lo llevaron a ser internado en varias instituciones psiquiátricas. Según los registros del nosocomio, sufría alucinaciones auditivas, paranoia extrema y se negaba a comer o a bañarse. Se pasó de hospital en hospital hasta 1894, cuando terminó internado en el Psiquiátrico de Leavesden, donde estuvo hasta su muerte en 1919, a los 53 años, posiblemente debido a desnutrición (pesaba 44 kg).
Ya en su momento, la policía lo consideró un fuerte sospechoso, dado que la documentación oficial del asistente del jefe de la Policía Metropolitana, Sir Melville Macnaghten, y otras notas del inspector Donald Swanson, mencionan a un hombre apellidado "Kosminski" con "tendencias homicidas" y un "odio extremo hacia las mujeres". Incluso se dice que fue identificado en un reconocimiento, pero que no se pudo proceder debido a que tanto el testigo como Kosminski eran judíos, y el primero no quería testificar contra un miembro de su comunidad.
De todas maneras, hay expertos que no creen en la teoría de Edwards, como los investigadores como Walther Parson y Hansi Weissensteiner, quienes criticaron la metodología de las pruebas de ADN argumentando que el chal podría haberse contaminado con el paso de los años. También señalan que el ADN mitocondrial extraído de la prenda solo indica parentesco materno, lo que no es suficiente para incriminar a Kosminski de manera concluyente.
Otro punto en contra de esta teoría es el estado mental del sospechoso, que a pesar de su historial de enfermedades mentales, los registros del nosocomio lo describen como alguien "inofensivo", sin antecedentes de violencia dentro de la institución. Además, como no dominaba muy bien el inglés, es difícil que haya logrado atraer víctimas a lugares apartados, como se cree que hizo el Destripador.
¿Podría el ADN de Edwards haber resuelto finalmente el misterio de Jack el Destripador? ¿O estamos adelante de otra especulación más? Mientras la comunidad académica y el público siguen arrojando opiniones, la historia del asesino más enigmático de Londres suma nuevos capítulos.
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