En las últimas décadas los avances y descubrimientos científicos más revolucionarios se debieron en gran parte a la asociación entre Estados Unidos y China, plasmada en el histórico Acuerdo de Ciencia y Tecnología firmado en 1979 y renovado rutinariamente desde entonces.
EXPIRA ACUERDO
Ciencia en peligro: Temor y paranoia yankee por China
Estados Unidos podría perjudicarse a sí mismo si deja que expire un clave acuerdo científico con China, en medio de la enemistad entre ambas potencias.
Sin embargo, la creciente enemistad entre el gigante asiático y la potencia occidental en tantos frentes -desde tensión en el pacífico por Taiwán y la guerra comercial que incluye la disputa por los chips, la progresiva desdolarización que ubica al yuan en un creciente estatus en el mercado global, la crisis de fentanilo en USA y los vínculos de China con Rusia y Corea del Norte- podría poner en peligro a la ciencia.
Según The Wall Street Journal, China y USA “son el socio número uno del otro en la producción de investigación científica, y la investigación colaborativa entre los dos se encuentra constantemente entre los artículos más citados en todos los campos, según un análisis de los datos de Clarivate realizado por Caroline Wagner, profesora de políticas públicas en Ohio, Universidad Estatal”
No obstante, China últimamente ha superado en algunos ámbitos científicos a su rival con la publicación de numerosos y valiosos papers académicos sobre revolucionarios descubrimientos a tal punto de convertirse en el país que más contribuciones científicas realiza.
En 2019, según el análisis de Wagner, sus investigadores superaron por primera vez a sus homólogos estadounidenses en la proporción del 1 % de los artículos más citados, a menudo conocido como el nivel del Premio Nobel. Al año siguiente, los académicos con sede en China también superaron a los estadounidenses en la parte del 10% de los artículos más citados.
Por eso Norteamérica teme una ventaja militar y de seguridad a menos que Estados Unidos tome medidas decisivas para cortar la cooperación en investigación científica.
“Estados Unidos se está dando cuenta del hecho de que el sistema abierto que elogiamos y consideramos como una de nuestras fortalezas clave también está potencialmente creando una vulnerabilidad decente para nosotros”, explicó a WSJ Emily Weinstein del Centro para la Seguridad y Tecnología Emergente, un think tanque en la Universidad de Georgetown.
En este sentido, el representante Mike Gallagher, presidente de un comité selecto del Congreso sobre China, está liderando un impulso para dejar que expire este mes. El mismo Antony Blinken argumentó que Estados Unidos está ayudando a la modernización militar de China a través del acuerdo en una carta: “Estados Unidos debe dejar de alimentar su propia destrucción”.
Ningún funcionario estadunidense ha justificado la intención de romper lazos científicos con China por el secretismo que mantuvo durante la pandemia del Covid-19. Aquel hubiese sido un mejor argumento; tal vez a algunos les basta el discurso mecánico y tedioso de los legisladores.
Contraproducente
Sin embargo, los políticos saben poco y nada del mundo científico y a veces toman las medidas más estúpidas en nombre de la soberanía nacional; decisiones que paradójicamente podrían perjudicar al propio país.
Al diario estadounidense, numerosos científicos confesaron su rabia e intranquilidad con la posición nacionalista yankee. Muchos apalearon que USA depende más de China que China de USA en algunas áreas estratégicas como la biotecnología, la energía limpia y las telecomunicaciones. Si cortara lazos, Estados Unidos corre el riesgo de ralentizar el progreso estadounidense en esas materias, vitales para la humanidad.
Decenas de científicos entrevistados por The Jorunal, elogiaron las colaboraciones con China y describieron todo lo que USA podría perder: laboratorios chinos que brindan una gran cantidad de recursos útiles, incluidos grandes equipos de estudiantes graduados, conjuntos de datos masivos y, a menudo, únicos y equipos de última generación y algunas de las ideas y enfoques más innovadores para los problemas científicos.
Además destacaron los frutos de la asociación científica entre ambas potencias. Colaboración de energía limpia firmada en 2011 por el entonces presidente Barack Obama y líder chino Hu Jintao que impulsó la cooperación climática entre EE. UU. y China que ayudó a sentar las bases para el Acuerdo de París.
WSJ citó otro también: “Los científicos estadounidenses y chinos de la asociación desarrollaron una mejor comprensión de cómo mejorar la calidad y la seguridad de las baterías de iones de litio".
Xia, profesor de medicina en UCLA, afirmó que se vio obligado a detener su investigación sobre defectos de nacimiento porque no sabe cómo trabajar con células madre embrionarias, conocimiento de China. Dejó un claro mensaje para aquellos líderes mundiales que anteponen los mitos nacionales y atributos insignes a la prosperidad humana.
“En la ciencia, tratamos de encontrar la verdad en la naturaleza para todos, no para qué país o alguna potencia”.
Conocimiento sobre nano partículas microscópicas que pueden dañar el cuerpo humano, técnicas para eliminar defectos de nacimientos, herramientas matemáticas y erudición asiática en aquel campo, estrategias vitales para combatir el cambio climático e ideas fecundas:
Todo eso y más es lo que Estados Unidos perderá si se deja influir por su patrioterismo; perjudicaría además el progreso humano con el estancamiento voluntario de la ciencia.
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