La proclama Semana Mundial de la Sensibilización sobre la Sal quedó establecida, desde 2006, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud ( OPS) para la 2da. semana de marzo de cada año, pero se trata de una fecha variable y en 2022 se celebra del 14 al 20 de marzo.
En esta ocasión el lema es ‘Shake the habit’ (Sacude el Hábito o Haz Temblar el Hábito). El significado está orientado a asimilar la acción de ‘sacudir el salero’ sobre los alimentos -muchas veces aún sin haberlos probado- con el perjuicio en la salud que se genera -‘sacudir’ es desprogramar la mente para desaprender el mal hábito con un sinnúmero de adeptos pese a las muertes que ha causado-.
Entonces, el objetivo es sensibilizar y guiar a la toma de conciencia de la población en torno de la necesidad vital, de la disminución del consumo de sal y de esta forma prevenir enfermedades, sobre todo de origen cardiovascular, conducentes no en pocos casos al infarto, a la pérdida de calidad de vida y a la muerte.
Omnipresente sal
Es bastante común que la población mundial haga uso de la sal de forma cotidiana, ya que está presente en un alto porcentaje de todos los alimentos que se ingieren, pero que por lo general no se ve.
No solamente hablamos de la sal que ponemos en la comida que se prepara en casa, sino en muchos alimentos que ya están fabricados y almacenados para ser vendidos en las tiendas, que son los llamados alimentos procesados.
En 2020 se realizó una campaña patrocinada por la organización World Action on Salt and Health (Acción Mundial sobre la relación entre Sal y Salud), la cual mediante su lema 'Hide and Seek' (oculto e inicuo) quiso conseguir que las personas tuvieran mayor conciencia del consumo de sal, que de manera escondida y disfrazada nos vende la industria cada vez que adquirimos productos industrializados.
Responsabilidad es libertad de elección
Por esta razón, las personas deben asumir responsabilidad y buscar la manera de evitar, en lo posible, la ingesta de aquellos productos que hacen daño a su salud, sobre todo, en una sociedad que cada día más, busca llevar una vida más saludable y libre de tantos alimentos tóxicos y contaminantes, a par que la oferta de la llamada Fast Food (comida rápida) está al alcance de la mano toda vez que vamos a los supermercados y/o acudimos a una ‘App’ de delivery.
Esto es importante entenderlo y asumirlo como una realidad, ya que un gran número de personas desconoce que existen alimentos, a los cuales creemos libres de sodio, pero en los que, de alguna manera, el sodio sí está presente, aunque sea en dosis mínimas pero, que sumadas a la dieta diaria de 3 raciones, hacen que el consumo se incremente drásticamente.
Además, no podemos dejar de lado, toda la sal que se consume cuando comemos fuera de casa. Sólo a través de la educación y la responsabilidad individual haremos la diferencia.
Es vital que la industria alimentaria asuma su papel y ayude a que los individuos puedan disfrutar de una mejor calidad de vida, sin pensar sólo en los beneficios que reciben cuando los consumidores adquieren sus productos.
Más casero, menos delivery
- Es necesario comprobar en la etiqueta la cantidad de sal que hay en cada uno de los alimentos envasados.
- Es recomendable adquirir más alimentos naturales y evitar la ingesta de aquellos que ya vienen procesados.
- Reducir el uso de la sal y en su lugar utilizar más hierbas para darle un mayor y mejor sabor a la comida.
- Ingerir los alimentos de forma proporcionada, evitando las grandes cantidades, que a la larga representa un incremento del sodio.
- Introducir más vegetales frescos a nuestra dieta cotidiana, en lugar de los que ya vienen enlatados.
La sal y la entente del mal
Hoy, más que nunca, se requiere que los seres humanos disfruten de una alimentación sana, baja en sustancias que resultan altamente perjudiciales como los azúcares, las grasas, la sal y todos los alimentos procesados, los cuales se elaboran con productos químicos.
Sí las personas deseamos gozar de longevidad y plenitud en salud, entonces es necesario que comencemos hoy mismo los cambios en los hábitos de alimentación. Sin embargo, esto no resulta tan fácil, ya que para un alto porcentaje de la población la adquisición de algunos alimentos nutritivos resulta muy costoso.
En este sentido, el papel que tienen los gobiernos y los distintos sectores tanto públicos como privados encargados del sector alimentario en el mundo es crucial, para lograr los cambios que le permitan a la sociedad una vida más sana en el futuro.
Así mismo, instamos a celebrar esta fecha comenzando desde hoy a responsabilizarnos por el cuidado y bienestar de nuestra salud evitando el uso desmedido de sal en la dieta diaria.
Los datos duros en Argentina
El consumo excesivo de sal es el principal factor de riesgo de hipertensión en la población.
La población de la región de América Latina consume mucha más sal que los 5 gr diarios recomendados por la OMS.
En Argentina, según datos del Ministerio de Salud de la Nación, el consumo de sal por persona ronda los 12 gr diarios.
La mayoría del sodio que se consume proviene de los alimentos procesados o industrializados, donde los consumidores no tienen participación ni conocimiento sobre la cantidad de sal agregada.
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