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PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Dividir La Matanza: San Justo no es Virrey del Pino, etc.

Dividir en 2 el conurbano bonaerense y La Matanza por mitades a cada una, es parte del proyecto para hacer de Buenos Aires 5 Provincias, explicó Jorge Colina.

'Provincia inviable', le llama el profeta que clama en Avenida del Libertador, Jorge Asis, pero reivindica su origen en Villa Dominico, Avellaneda, tierra de Herminio Iglesias y 'el Beto' Imbelloni, donde Jorge Ferraresi intenta facilitarle la vida a Hugo Moyano, para alegría de Sergio Omar Pelazzo y Martín Redrado. Se trata de la Provincia de Buenos Aires, madre de déficits fiscales crónicos y de intendentes municipales con ínfulas, que se creen minigobernadores con derechos que ruborizarían al peligroso Ricardo Clemente Quintela. Y entre todos esos territorios, La Matanza. Capital Nacional del Peronismo. El partido más grande del prebendario Conurbano.

La Matanza, clientelar territorio PJ desde que la derrota en Malvinas provocó la democracia. Donde los peronistas sienten una hegemonía tan natural que a nadie le importó la estafa a Pinky en 1999. Vaca sagrada que, cuando en 1994 Eduardo Duhalde partió al medio a municipios como Morón y Sarmiento, no se atrevió con la joya electoral.

Sin embargo, La Matanza es tan extenso, tan diverso, tan diferente... agua y aceite... paradigma de lo imposible. ¿Qué tendrá que ver Virrey del Pino con San Justo? Otras agendas, otras prioridades, otras necesidades, que sólo provocan, inevitablemente, descontento ciudadano en unos y otros, contrastes insalvables en una vida. Más deuda impaga de la democracia.

325 km2 de extensión, más de 2 millones de habitantes y casi 1 millón de electores, 3% del padrón nacional: barrios de alto poder adquisitivo vs. zonas humildes en las que puede hasta faltar el acceso al agua potable y la electricidad, gas y conectividad a Internet. Hace tiempo que se debate si corresponde el divorcio ordenado antes de la hecatombe previsible. ¿Qué tendrán que ver González Catán y Lomas del Mirador?

La Matanza, tema central en la nueva propuesta de redistribución de la Provincia de Buenos Aires, comenzando por el Conurbano.

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La Matanza, tierra de contrastes. Y varios de sus referentes político-sociales ni siquiera viven en La Matanza.

La Matanza, tierra de contrastes. Y varios de sus referentes político-sociales ni siquiera viven en La Matanza.

El libro

El Conurbano bonaerense es el epicentro del déficit crónico de la Argentina, y también donde se concentra el poder de decisión política y del destino del gasto público, ya que reúne en cuatro decenas de municipios de la Provincia la mayor parte de los bolsones de pobreza y el 40% de los votos del país.

Con semejante desequilibrio estructural, las administraciones que se sucedieron en la Casa de Gobierno sita en La Plata tuvieron como común denominador que la Provincia les resultó inmanejable.

Entre los muchos intentos de reforma jurisdiccional que se hicieron, surge el que acaba de presentar Esteban Bullrich, casi simultáneamente con la renuncia a la banca de senador, debido a la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) que lo aqueja y le impide expresarse con normalidad, por lo cual utiliza una app que reproduce lo que escribe.

La iniciativa consiste en modificar la organización política y poder darle representación en el Congreso al interior de la Provincia para que los intereses en torno de políticas orientadas a la producción, hoy en minoría, queden hermanados con los de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza, entre las cuales constituir un eje representativo de la Pampa Húmeda.

La propuesta para atacar el déficit estructural y crónico del país y reformar las bases de la organización política parte de dividir la provincia de Buenos Aires en cinco provincias: la Norte con San Nicolás como capital; Sur, con Bahía Blanca como capital; Atlántica, con Mar del Plata como capital; y el conurbano dividido entre Luján y Río de la Plata, con capital en La Plata y La Matanza repartida entre ambas.

El libro que la contiene fue escrito por Bullrich junto al economista de IDESA, Jorge Colina, y al abogado Enrique Morad. Se llama "Una nueva Buenos Aires, para renovar el pacto de unión nacional".

El senador explicó que “nos planteamos la idea que lo que hay que hacer no es resolver los problemas de la provincia, sino a la provincia en sí misma. Es una unidad política mal organizada, sin una identidad uniforme en sus habitantes y con cinco regiones identificables”.

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Los famosos 3 cordones del Gran Buenos Aires.

Los famosos 3 cordones del Gran Buenos Aires.

La madre del déficit fiscal es la provincia de Buenos Aires y, dentro de sus 336,3 km2 de superficie, el 5% del territorio que ocupa el conurbano concentra casi el 40% del electorado nacional, un tercio de la pobreza y representa a toda la jurisdicción en el Senado.

Los más conspicuos dirigentes del PRO asistieron a la presentación, entre ellos el ex presidente Mauricio Macri; el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; el diputado electo, Diego Santilli; la presidenta del PRO, Patricia Bullrich; la diputada y ex gobernadora, María Eugenia Vidal; el nuevo ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri y el ex titular del Sistema Federal de Medios, Hernán Lombardi.

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Calle de Virrey del Pino, La Matanza.

Calle de Virrey del Pino, La Matanza.

Cinco Buenos Aires

Jorge Colina explicó a Urgente24 el proyecto que contiene el libro del que es coautor, sobre el cual pretenden que se abra un debate nacional.

-¿Por qué parece inmanejable la provincia de Buenos Aires así como está?

-El conurbano bonaerense es un conglomerado muy grande de gente en condiciones de infraestructura muy decrépita y con bolsones de pobreza. Los políticos que lo representan terminan definiendo la política, teniendo preeminencia en el Congreso. Todo esto es un caldo de cultivo para políticas populistas antes que productivas: la provincia de Buenos Aires tiene dos caras, una, el conurbano, la de mayor concentración de pobreza de la Argentina, y la otra es el interior, donde se encuentran los lugares más productivos del país. Estos están siendo eclipsados por las necesidades del conurbano. Tampoco el conurbano es todo igual. La zona norte es próspera, la sur es de mucha pobreza y el oeste una mezcla. Pero los que se superponen son los bolsones de pobreza, que son muy numerosos.

-En el libro que hicieron con Esteban Bullrich se propone dividir Buenos Aires en cinco nuevas provincias, ¿en qué medida la harían manejable?

-Proponemos armar de la provincia de Buenos Aires cinco provincias: tres serían lo que hoy es el interior: la parte norte, que sería la zona núcleo, con capital en San Nicolás; la del Sur, con capital en Bahía Blanca, y Atlántica, con capital en Mar del Plata. El PB geográfico per cápita de las tres tendrían un perfil muy similar a Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Entre Ríos. Sería como darle mayor representación en el Congreso a tres provincias productivas más, a la Pampa Húmeda. Por otro lado, el conurbano se dividiría en la provincia de Luján, integrada por los partidos del Norte y la mitad del oeste. La capital estaría en Luján para sacar la mirada hacia afuera en lugar de hacia la ciudad de Buenos Aires. Y la otra sería, la del Río de la Plata, el sur del conurbano, con capital en La Plata. De este modo, el principal problema, que es la falta de desarrollo del conurbano, sería ajustado hacia el sur, a la provincia del Río de la Plata. De ahí se podrían pensar políticas más específicas para desarrollar los que hoy son partidos del conurbano sur.

-¿Cómo se llegaría políticamente a una división como la que proponen?

-La economía política de este cambio es favorable. Obviamente, que la gente de las tres nuevas provincias del interior están de acuerdo, porque se podrían autonomizar del conurbano y podrían marcar su propio destino. Y en el conurbano, también estarían políticamente a favor, porque hay muchos intendentes que sueñan con ser gobernadores, y la única forma sería que el conurbano se transforme en dos provincias.

-Pero en la agenda política actual, los intendentes parecen estar más preocupados por quedarse indefinidamente…

-Lo de las reelecciones de los intendentes sin límite es un tema coyuntural, y queremos que en la discusión política se incorporen los temas estructurales. Es una idea disruptiva porque se trata de decir que hay que hacer cambios de fondo en el país, que se está yendo para la decadencia de manera indefectible.

-¿Qué es más complicado, dividir la provincia o La Matanza?

-La Matanza es extremadamente grande, muy concentrada, prácticamente hoy define la política, y muchas veces no para el lado positivo que requiere el país. Una parte va a la provincia de Luján y la otra a la del Río de la Plata. Los 6.500.000 habitantes que se repartirán en esas dos provincias muestran el gigantismo que tiene la provincia de Buenos Aires. De las cinco provincias que proponemos, las dos del conurbano seguirán siendo las más grandes, con 6 millones, aunque ya no con 12. Y a las otras tres provincias “productivas” les quedarían 2 millones a cada una. Estarían por debajo de Santa Fe y Córdoba, que tienen 3 y medio millones cada una. Aún así continuarán siendo más grandes respecto de las del norte, por ejemplo.

-¿Qué incidencia política directa tendría desarmar las secciones electorales tradicionales mediante esta ruptura jurisdiccional de la provincia de Buenos Aires?

-En principio, entrega un mensaje de representación al pueblo bonaerense. El interior de la provincia de Buenos Aires es el que más aporta en la economía argentina y no tiene representación política. Es una de las tantas cosas que hacen que este país no prospere. Cuando uno mira el Senado se nota que la provincia está subrepresentada, tiene sólo tres senadores, igual que otras, cuando posee el 40% de la población. Y los tres que hay, en general, son del conurbano. Sumados a los representantes de las provincias del norte, que son muy demandantes de políticas redistributivas, hacen que en el Congreso no haya políticas productivas, porque las provincias con esos intereses están en minoría. Con esta redistribución de la provincia se buscan reequilibrar las fuerzas políticas en las dos principales instituciones que tiene la República, que son la Cámara de Diputados y el Senado.

-¿Afectará la redistribución del ingreso en todo el país?

-Eso tiene que ver con la coparticipación. Con esta división de la provincia también está la oportunidad de subsanar el viejo problema, que viene de la década del `80, de que la actual ley de coparticipación le haya quitado muchos puntos a Buenos Aires y ahí quedó para siempre en déficit.

Lo que también proponemos es redefinir la relación entre la Nación y las provincias y eliminar la coparticipación, o sea redistribuir los impuestos. Por ejemplo, que todo lo que recaude ganancias vaya a la Nación, y el IVA se lo quede cada provincia, con lo que pueden unificarlo con ingresos brutos, ya que hoy tenemos dos impuestos a la venta.

-Si la coparticipación por IVA ya la reciben e ingresos brutos lo cobran, ¿qué ganarían con fusionarlos?

-En que este sería un gran incentivo a los gobernadores para que puedan desarrollar valor agregado en su provincia porque estarían recaudando sobre valor agregado, lo cual orientaría los incentivos hacia el progreso: tendrían que llamar a los empresarios, a los sindicalistas, a la sociedad civil para ver qué necesitan en función de generar mayor valor agregado. Unos dirán que trenes, otros caminos, puentes, electricidad, gas, o sea, avanzar hacia el progreso material. Hoy el gobernador mira a Buenos Aires por la coparticipación.

-¿La subdivisión que proponen en cinco provincias conllevaría en consecuencia una reforma tributaria y política?

-Sí, el problema de la Argentina ya no es coyuntural. No se arregla sólo con el tipo de cambio o algún ajuste fiscal, esta vez hay que repensar el país. La reprovincialización de Buenos Aires es un punto de partida. Porque el problema es Buenos Aires. Tiene una gran concentración de habitantes que no reciben el suficiente financiamiento, gran concentración en el conurbano de bolsones de pobreza y que definen elecciones, a partir de las cuales se definen las políticas sociales y se va en contra de las productivas.

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El economista de IDESA, Jorge Colina, explicó un nuevo pacto de unidad nacional que parte de dividir la provincia en 5: 2 para el conurbano bonaerense y 3 para alinear en la zona núcleo con Córdoba.Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza.

El economista de IDESA, Jorge Colina, explicó un nuevo pacto de unidad nacional que parte de dividir la provincia en 5: 2 para el conurbano bonaerense y 3 para alinear en la zona núcleo con Córdoba.Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza.

Línea histórica

-La trayectoria histórica marca una ruta a partir del Pacto San José de Flores en 1859, los topes al Fondo del conurbano en 1992, el pacto federal de 1993 y el Consenso fiscal 2017, ¿todo gira en torno del reparto de la coparticipación federal a la provincia?

-Cuando nació la República en 1862 no había coparticipación. Se estipuló la distribución de impuestos. El artículo 4 de la Constitución dice que todos los impuestos al comercio exterior van a financiar el Estado federal. Y los impuestos a las actividades internas, que son las ventas, a las provincias. Hasta 1930 transcurrieron 70 años de mucho progreso por el comercio exterior. Por eso el Estado federal se hizo tan grande y poderoso, ya que concentraba todos los recursos. En el `30 hubo una crisis y se caen esos recursos y es ahí cuando el Estado nacional le dice a las provincias de redistribuir, ya que no se podía financiar al Estado federal con los recursos del comercio exterior. Es así como nace la coparticipación en 1935, que es para que la Nación reparta lo que recauden entre todos con una regla. Siempre fue automático. Y para colmo, de 1930 en adelante, hubo muchos gobiernos militares, que son unitarios. Llegaban por un golpe de Estado y nombraban a dedo a los gobernadores. En definitiva, la coparticipación se desdibujó, porque desde Buenos Aires se decidía cuánta plata le mandaban a cada provincia.

-Hubo muchos intentos de cambiarla…

-Cuando Alfonsín recupera la democracia quería restablecer el tema de la coparticipación, porque así habría una regla de redistribución de los recursos del país con las provincias y de las mismas provincias. Y en esa negociación, al estar Buenos Aires gobernada por el radicalismo, en 1988, cedieron puntos de participación a las provincias del norte, para que saliera la ley de coparticipación actual, pero con la idea de cambiarla en 1990/91. Como vino la hiperinflación nadie quiso tocar y así siguió hasta ahora. Lo que decimos es volver al esquema original, que es que cada provincia se financie con el valor agregado que genere en su territorio.

-¿Y el fondo del conurbano, no introdujo un cambio en el reparto, o sea en la coparticipación?

-Alfonsín creyó que en el próximo gobierno iban a hacer una coparticipación nueva, mejor. La verdad es que la urgencia era salir de la inflación y no daba para discutirla. Y fue ahí que Duhalde le recordó a Menem que la provincia había perdido puntos en el `80, y Menem, en lugar de abrirla, hace un fondo del conurbano para compensarla por la pérdida. Le da 650 millones del fondo del conurbano para la provincia y reparte el remanente entre las demás. Y así estuvo organizado durante la década del ´90, en que no hubo inflación. Cuando viene el siglo XXI, con alta inflación, esos 650 millones de la provincia se licúan, mientras el resto termina recibiendo casi la totalidad, hasta que en 2017 se elimina y vuelve ganancias a repartirse enteramente entre la Nación y las provincias. Al tener Macri el control de la provincia de Buenos Aires, se le había hecho imperioso solucionar este tema. Que de hecho tampoco lo había arreglado Scioli. Parecía que se buscaba que la provincia dependiera de la Nación. Cambiemos sí solucionó el tema de la licuación.

-¿Por qué sería la Legislatura bonaerense la que debería tener "la última palabra" en esa subdivisión?

-El tema de cómo instrumentar esta división se presta a discusiones. Algunos dicen que la Legislatura debería en principio ceder los territorios a las cinco nuevas provincias y luego refrendarlo en el Congreso Nacional, según la letra de la Constitución.

-Desde el punto de vista institucional, ¿no sería más sencillo reestructurar la provincia en subregiones, comunas como en CABA o departamentos con administraciones autárquicas?

-Es mucho más profundo que una reorganización administrativa. Hay que modificar la organización política, darle representación en el Congreso al interior de la provincia y sólo se logra transformando las diferencias. La idea es que las tres provincias en que se divide el interior sean hermanas de Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos, lo cual haría que sean siete las provincias productivas de la Pampa Húmeda.

-¿El libro es un proyecto de ley en potencia?

-El libro no puede convertirse en proyecto de ley, sino que aspiramos a que sirva de base para agendar un debate nacional.