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CONCIENTIZANDO

Día Internacional de la Educación y un debate argentino

Cada 24/01, con el Día Internacional de la Educación, Naciones Unidas concientiza sobre el rol de la educación para los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En 2022 se celebra por 4ta. vez consecutiva, el Día Internacional de la Educación, en esta oportunidad bajo el lema: "Cambiar el rumbo, transformar la educación". La iniciativa demuestra la voluntad política de apoyar las medidas transformadoras para garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad en todos los niveles. En la Argentina tiene mucha actualidad por el debate acerca de cuántos escolares ha perdido el sistema en la extenuante cuarentena elegida como estrategia sanitaria en la pandemia, y cuántos de esos alumnos no se pueden recuperar. Ciudad de Buenos Aires tiene una visión totalmente diferente a la Nación / provincia de Buenos Aires: sí, es política pero no sólo política.

La educación, tal como es bien conocido, es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva, pero ¿cuán lejos estamos de la prédica de contenido edificada sobre la base de los hechos? Demos una recorrida y comprobemos qué tanta repercusión ha tenido efectivamente el llamado de la ONU, y qué tan sincera es la proclama.

El mensaje del condicional

El más reciente informe ofrecido por el Banco Mundial, anuncia que una cantidad sin precedentes de niños podría caer en la pobreza de aprendizajes debido a la pandemia.

La pandemia de COVID-19 podría hacer que la pobreza de aprendizajes —el porcentaje de niños de 10 años que no pueden leer un texto básico— aumente a cerca del 70% en los países de ingreso bajo y mediano, según el análisis preliminar de un próximo informe del Banco Mundial.

Este incremento es la consecuencia del cierre prolongado de escuelas y de los escasos resultados de aprendizaje, a pesar de los esfuerzos de los Gobiernos por impartir enseñanza a distancia.

En muchos de estos países, las escuelas han estado cerradas entre 200 y 250 días, nada menos, y muchas aún no han vuelto a abrir sus puertas.

Estos datos recientes muestran un aumento de 17 puntos porcentuales en la pobreza de aprendizajes, un panorama todavía más desalentador que la previsión de 10 puntos porcentuales presentada hace unos meses.

Antes de la pandemia, la pobreza de aprendizajes ya era del 53% y, según las estimaciones, aumentaría al 63%, pero los nuevos datos demuestran un incremento real que llega al 70%.

"Cientos de millones de niños han perdido, como mínimo, un año completo de escolaridad debido a la COVID-19. Esta pandemia ha causado la mayor pérdida de capital humano que se recuerde y la peor crisis de educación en el último siglo", dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.

Agregó: "Es fundamental que los niños asistan a la escuela, especialmente los que están en edad de recibir educación primaria. Las consecuencias de los cierres de escuelas podrían hacerse sentir durante décadas y contribuyen a ampliar la desigualdad, en particular para las niñas".

La información recogida en diversos países también confirma estas crudas tendencias.

En Brasil, las investigaciones del estado de São Paulo indican que cada mes de escuelas cerradas equivale, cuando menos, a 1 mes de aprendizaje perdido. En consecuencia, un niño que cursaba 3er. grado cuando las escuelas estaban abiertas y que ahora regresa a clases después de 1 año y medio de cierre tiene el nivel de un estudiante de 3er. grado, no de 5to.

Tal como lo demuestran otros estudios, se observan pérdidas de aprendizaje similares en la provincia del Cabo Occidental (Sudáfrica) y en el estado de Karnata (India).

Anuncian dichas pérdidas que, la generación de niños de países con los cierres más prolongados sufrirá una disminución de hasta el 10% de los ingresos durante toda su vida.

"En marzo se cumplirán dos años de las interrupciones en la instrucción mundial ligadas al Covid-19. Sencillamente, estamos asistiendo a una pérdida de escala casi insuperable en la escolarización de los niños", afirmó Robert Jenkins, responsable para la instrucción de Unicef. Los fundamentos del aprendizaje, como la aritmética y la alfabetización, se están viendo afectados. Unicef señala:

En todo el mundo, la interrupción de la instrucción ha supuesto que millones de niños se hayan perdido de forma significativa el aprendizaje académico que habrían adquirido de haber estado en las aulas, siendo los más pequeños y marginados los que afrontan la pérdida mayor. En todo el mundo, la interrupción de la instrucción ha supuesto que millones de niños se hayan perdido de forma significativa el aprendizaje académico que habrían adquirido de haber estado en las aulas, siendo los más pequeños y marginados los que afrontan la pérdida mayor.

Aumenta el abandono escolar

Las dificultades de acceso a los lugares de aprendizaje y la escasa posibilidad de estudiar a distancia han repercutido en el abandono escolar, en contextos en los que ya suelen ser dramáticamente difíciles. Unicef revela en su informe:

Alrededor de 3 de cada 4 niños de la escuela primaria en varios Estados brasileños no saben leer, en comparación con 1 de cada 2 niños antes de la pandemia, mientras que, en todo Brasil, 1 de cada 10 estudiantes, de entre 10 y 15 años, informó que no tenía intención de volver a la escuela una vez que se reabriera. Alrededor de 3 de cada 4 niños de la escuela primaria en varios Estados brasileños no saben leer, en comparación con 1 de cada 2 niños antes de la pandemia, mientras que, en todo Brasil, 1 de cada 10 estudiantes, de entre 10 y 15 años, informó que no tenía intención de volver a la escuela una vez que se reabriera.

La situación en Sudáfrica también es sombría, ya que los escolares llevan un retraso que va del 75% al año escolar completo. Se cree que entre marzo del 2020 y julio del 2021 unos 400.000 o 500.000 estudiantes han abandonado la escuela.

Pero la falta de aprendizaje académico de los niños del mundo no fue el único gran daño causado por la pandemia. De hecho, el cierre de escuelas, según Unicef, ha repercutido en la salud mental de los niños, además de exponerlos a un mayor riesgo de abusos.

Cada vez hay más pruebas que demuestran que el Covid-19 ha provocado altos índices de ansiedad y depresión entre los niños y jóvenes, y los estudios han revelado que las niñas, los adolescentes y los que viven en zonas rurales tienen más probabilidades de sufrir estos problemas. Cada vez hay más pruebas que demuestran que el Covid-19 ha provocado altos índices de ansiedad y depresión entre los niños y jóvenes, y los estudios han revelado que las niñas, los adolescentes y los que viven en zonas rurales tienen más probabilidades de sufrir estos problemas.

Por otra parte, más de 370 millones de niños de todo el mundo se quedaron sin las comidas escolares durante el cierre de las escuelas, perdiendo lo que para algunos de ellos era la única fuente fiable de alimentación y nutrición diaria, concluyó Unicef.

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