Autor de grandes obras como “Fricciones” y “El Aleph”, Jorge Luis Borges daba a conocer sus pensamientos sin ninguna clase de filtros. Y con el fútbol no era diferente: el poeta, ensayista y escritor argentino nacido el 24 de agosto de 1899 lo despotricaba cada vez que podía.
equiparable a la estupidez
Jorge Luis Borges: el genial escritor que odiaba el fútbol
Jorge Luis Borges es uno de los mayores escritores argentinos del siglo XX. Sin embargo, tenía poco aprecio por el fútbol y no lo ocultaba.
El fútbol nunca aguantó su ensayo
El escritor tuvo tres amores en su vida: Estela Canto, Elsa Astete Millán y María Kodama. Pero si había algo por lo que sentía todo lo contrario era el fútbol. Borges ha llegado a afirmar que “Once jugadores contra otros once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos”.
De hecho, en una de sus frases con peor sentimiento antifutbolístico llegó a comentar: “El fútbol es popular porque la estupidez es popular”. Inclusive, llegó a establecer una postura maquiavélica sobre el deporte: “El fútbol en sí no le interesa a nadie. (…) Porque lo único que interesa es el resultado final. La gente no disfruta del juego”.
Aunque en este último aspecto, es curioso que el escritor haya tenido un aliado en el terreno futbolístico que coincidía con él.
El aliado impensado de Borges
César Menotti es el exfutbolista y entrenador que sacó campeona del mundo a la selección argentina en la Copa del Mundo de 1978. ‘El Flaco‘ creía que en llegar al resultado, algo que increíblemente coincide con esta última frase de Borges.
Y es que, a pesar de no discrepar en ese punto, el autor se mantuvo firme en su desprecio por el fútbol, aún luego de que Menotti volviera del país con la tan preciada copa en su poder. En una entrevista que les tocó brindar a los dos, Borges lo saludó con lo que parecía un insulto disfrazado de halago: “Usted debe de ser muy famoso. Porque mi empleada me pidió un autógrafo suyo“.
Y sus palabras no terminaron ahí: “Qué raro, ¿no? Un hombre inteligente y se empeña en hablar de fútbol todo el tiempo“. Sin duda, el genio de la literatura no tenía ningún reparo en dar el brazo a torcer en cuanto a su postura en contra del fútbol. Y dado el impacto que tuvo su pluma en la literatura, es un lujo que se le puede conceder.