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PANORAMA

Massa, los pruritos K y el cementerio de elefantes

Sergio Massa presentó su plan, pero reclaman detalles. El viceministro, en la cuerda floja. Riesgos por expectativas desmedidas.

Es muy tentador pensar que Gabriel Rubinstein, a quien se dio por confirmado toda la jornada del viernes como viceministro de Sergio Massa, podría no ser nombrado en el cargo luego de que reflotaran antiguos tuits y comentarios del economista y consultor cuyo contenido ofende a Cristina Kirchner y a todos sus seguidores. Es una posibilidad. Otra posibilidad es pensar que el sesgo ortodoxo sobre el que el propio Rubinstein puso énfasis en los días previos a ser mencionado como posible N°2 en el Palacio de Hacienda sea lo que haya puesto más nervioso al Instituto Patria. Si bien la Vicepresidente, encerrada en un callejón sin salida, admitió un “giro a la derecha” , tampoco habría que abusar de su bondad. Rubinstein habló a principios de semana y reclamó que el flamante ministro de Economía -que por esos días aún no había asumido- vaya rápido hacia el equilibrio fiscal, para lo que propuso “un ajusterobusto”, que incluso -dijo- podría no tener efectos recesivos. Se interpreta que Rubinstein pidió ir a un achicamiento del rojo de las cuentas públicas que esté más cerca de un déficit 0 que del 2,5% establecido en el programa del FMI que Massa ratificó en su primera conferencia de prensa como ministro, tras asumir el miércoles.

Según Rubinstein, el efecto del ajuste implicaría demoler la inflación y disparar las expectativas positivas, estimulando la inversión y generando una pronta reactivación. “Hay que ver si el gobierno lo ve así”, dijo aquella vez. Massa presentó un programa de ajuste fiscal que incluye un aumento de tasas de interés (que habría impulsado desde antes de ser designado), lo que implica un obstáculo para la actividad, porque darle un mejor rendimiento al ahorro tiene como contracara el encarecimiento del crédito para el consumo y la producción. También anunció la reducción del financiamiento monetario del Tesoro y un aumento de tarifas dentro del segmento que se inscribió para mantener el subsidio. Esto último persigue, por un lado, la reducción de las erogaciones que sostienen las subvenciones; y, por el otro, alentar el ahorro de energía, cuya suba de precios internacionales es la que hoy está empujando la sangría de divisas, que no se ha modificado en esta nueva etapa de la conducción económica. La suba de tarifas también es recesiva en algún punto, dado que las familias dispondrán de menos recursos para destinarlos a otro tipo de consumo.

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Gabriel Rubinstein. El consultor fue convocado por Massa para ser su viceministro, pero algunas declaraciones del pasado lo pusieron en la cuerda floja.

Gabriel Rubinstein. El consultor fue convocado por Massa para ser su viceministro, pero algunas declaraciones del pasado lo pusieron en la cuerda floja.

Crack

Cristina Kirchner culpó a Martín Guzmán, antecesor de Massa, por la derrota en las elecciones del año pasado que presuntamente generó con un programa de ajuste. El ‘Plan Massa’, sin embargo, es una aceleración del que la Vicepresidente le reprochó al discípulo de Joseph Stiglitz. ¿Por qué ahora lo acepta? “Es un giro pragmático porque vio muy cerca la posibilidad de un crack económico, definió Ricardo Rouvier, un analista político y consultor de larga trayectoria en el peronismo. No obstante, CFK no habría firmado un cheque en blanco, aunque le dio el endorsement a Massa con la foto de rigor que le había negado a Silvina Batakis, apodada "la breve". Fuera de cualquier discusión habría quedado la posibilidad de una devaluación, entendida como una fuerte corrección del tipo de cambio que le dé más competitividad a las exportaciones y que cierre la brecha con las cotizaciones de los dólares alternativos, pero al mismo tiempo licúe aún más los salarios, que a fin de año quedarían pulverizados por una inflación que, de acuerdo al relevamiento del Banco Central, tocaría el 90% .

En su última aparición, Rubinstein no fue taxativo en reclamar una corrección de dólar de una sola vez, como la que hizo Axel Kicillof en 2014 o como la que se produjo tras la liberación del cepo cambiario con Mauricio Macri. De hecho, dio posibilidad a que se acelere el crawling peg, la devaluación administrada y progresiva que lleva adelante actualmente el BCRA. Sin embargo, la insistencia de Rubinstein en ir rápidamente hacia el déficit 0, con el impacto en la actividad que eso conlleva y con un año electoral por delante sería el factor de mayor incomodidad del kirchnerismo más que los pruritos por cualquier mención insultante que el todavía no confirmado viceministro de Economía haya hecho en el pasado. Después de todo, se recuerda en las redes sociales, cosas peores han dicho Alberto Fernández y el propio Sergio Massa sobre CFK y, sin embargo, aquí están, todos socios.

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Dificultades

El affaire Rubinstein fue un pico -hasta el momento- en las dificultades que se le presentaron a Massa para conformar su equipo. El excolaborador de Roberto Lavagna fue una alternativa tras la negativa -según se dijo- de Marina Dal Poggetto, una discípula de Miguel Bein que continúa con su legado desde la consultora Eco Go y que estaría trabajando más cerca del radical Facundo Manes. Se nombró también a Emmanuel Álvarez Agis, quien ocupó ese cargo con Axel Kicillof y se negó a asumir como titular del Palacio de Hacienda tras la intempestiva renuncia de Guzmán, el 02/07. Ya habían rechazado integrar el equipo del flamante ministro Gabriel Delgado (le ofrecieron la cartera de Agricultura) y Miguel Peirano, quien fue el último ministro de Economía de Néstor Kirchner. Massa fue anunciando quiénes integrarían su gabinete en un hilo de tuits que fue completando a lo largo de los días, como si dependiera de una confirmación minuto a minuto.

En este rompecabezas sigue siendo una incógnita quién ocupará la secretaría de Energía. Sería un hecho que Darío Martínez dejará ese puesto una vez que sea designado su sucesor. Se nombró a Federico Bernal, hoy en el Enargas, con terminal en el kirchnerismo. Alrededor de otro Federico, el camporista Basualdo, quizás el subsecretario de Energía Eléctrica más famoso en la historia del país (y no por los motivos correctos) se abre un signo de interrogación, aunque no modificó su agenda: el jueves mantuvo una reunión, foto incluida, con la gobernadora de Río Negro, Arabella Carreras. Un dato interesante es que Basualdo opuso feroz resistencia al sistema de segmentación tarifaria que Massa convalidó y al que le dio un nuevo giro cuando limitó el consumo subsidiado a 400 kilowatts por mes, todo lo que atraviese esa cifra pagará el precio pleno.

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Massa, al frente de un equipo que le está costando conformar.

Massa, al frente de un equipo que le está costando conformar.

Racionales, pero...

Por otro lado, los efectos en el mercado del Massa ministro asumido que anunció los lineamientos de su gestión fueron bastante más moderados que los del Massa ministro designado. El dólar blue y los financieros, que se habían derrumbado desde precios de pánico tras confirmarse que el líder del Frente Renovador se iba a hacer cargo de la cartera económica, retomaron la senda alcista tras los anuncios, y el Riesgo País se mantuvo en torno a los 2400 puntos básicos, sin ceder sustancialmente posiciones una vez conocido el Plan Massa. Esto indica que si bien las medidas fueron percibidas como racionales -se destacó entre analistas ortodoxos que no hubo “disparates” ni “barbaridades”- aún falta conocer su instrumentación o, por ejemplo, cuál será el sendero de desinflación previsto.

Además del ajuste, el Plan Massa tiene como norte la acumulación de reservas. Aseguró que comprometió el ingreso de US$5.000 millones dentro de 60 días por parte del complejo exportador. El sector pesquero anunció que adelantará liquidaciones por unos US$300 millones en los próximos 45 días. El sector agropecuario, en cambio, espera una reunión con el ministro de Economía. En su conferencia del miércoles, Massa le habló directamente a la Mesa de Enlace, a la que invitó a “trabajar juntos”, y su secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, se mostró conciliador al reconocer “lógica” en la actitud de los productores de no liquidar la cosecha en un marco de incertidumbre, por lo que Alberto Fernández los había atacado duramente en los días previos. Sin embargo, la reunión prevista para el viernes no se realizó y ahora se espera que ocurra la semana que viene. Mientras tanto, la CRA -una de las entidades que integra la Mesa de Enlace- respondió a otro comentario de Bahillo, quien pidió a las entidades definirse políticamente en caso de adscribir a algún espacio en particular. La CRA emitió un comunicado en el que repudió esa posición y afirmó que “la inquietud del secretario Bahillo conspira contra las libertades individuales”. En Coninagro, en cambio, prefirieron no polemizar al respecto. Federación Agraria, por su parte, pidió “tener cuidado” con expresiones como las del secretario de Agricultura para no entrar en “adoctrinamiento”. Ambas instituciones también integran la mesa de organizaciones agrarias.

El episodio agrega tensión cuando Massa necesita seducir a los exportadores. Según Sebastián Vargas, ejecutivo del banco de inversión Barclays, sólo un acuerdo con los generadores de divisas permitirá aumentar las reservas toda vez que la Argentina tiene restringido el acceso al mercado de capitales a un costo razonable. Massa, no obstante, anunció que “3 instituciones financieras internacionales y un fondo soberano” que no especificó hicieron ofertas “para el fortalecimiento de reservas y recompra de deuda soberana”.

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Sergio Massa en la presentación de los liniamientos de su plan económico.

Sergio Massa en la presentación de los liniamientos de su plan económico.

Elefantes

Massa deberá dar mayor certidumbre respecto al contenido de su plan económico si quiere generar un efecto positivo en el mercado y un cambio de expectativas profundo que permita torcer el rumbo que ya se devoró a 2 ministros. En principio, las medidas fueron bien recibidas por la opinión pública, de acuerdo a una encuesta de Zuban-Córdoba. No obstante, uno de los responsables del trabajo, Gustavo Córdoba, advirtió que esto, sin embargo, no altera la percepción general negativa que hay del gobierno, e incluso del propio Massa, que desembarcó en el ministerio de Economía como última chance para revertir un rechazo que lo deja, así cómo está, fuera de combate de la carrera electoral. La apuesta de Massa es conseguir resultados que lo dejen en situación competitiva. Pero no sólo deberá dar respuesta a una economía en crisis, sino también sortear la vicisitudes del propio Frente de Todos, como el que amenaza a su virtual viceministro, que podrían desgastarlo antes de tiempo, y provocarle un destino parecido al de otros pesos pesados -se anotan Juan Manzur y Daniel Scioli, entre otros- que llegaron al Gobierno con expectativas de comerse al mundo y pasaron sin pena ni gloria. Poner la vara en su justa medida fue una recomendación de Córdoba. No por nada, en una mesa política comentaban: “Nunca hay que olvidar que este Gobierno es un cementerio de elefantes ”.

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