POLÍTICA

LO QUE NO SE VIO

Franco Macri apareció en el debate presidencial, pero CFK y el caso Nisman también

El debate presidencial tuvo más condimentos que solo 6 candidatos exponiendo sus proyectos de país. Las chicanas no faltaron, los chistes tampoco. Aparecieron incluso algunos muertos y además, no faltó el ingenio de los militantes que se impusieron con gigantografías que llamaron la atención. A continuación lo que no se vio del segundo debate presidencial de la Argentina de cara a las elecciones del 27/10.

A las 17 horas ya empezó el movimiento en las afueras de la Facultad de Derecho de la UBA. Productores, camarógrafos y periodistas de todo el país -y el mundo- preparaban sus equipos para cubrir lo que sería el segundo debate presidencial de Argentina, en el que Mauricio Macri, Alberto Fernández, Roberto Lavagna, Gómez Centurión, José Luis Espert y Nicolás del Caño, se cruzarían una vez más de cara a la elección del 27 de octubre. 

La seguridad era abismal. Cientos de gendarmes y funcionarios de la policía rodeaban toda la universidad y el proceso de ingreso al lugar era muy minucioso: DNI, reconocimiento facial, escáner de credenciales y detector de metales, eran algunas de las medidas de seguridad a las que se sometían los acreditados para poder ingresar al debate. 

Sin embargo, y a pesar de la extrema seguridad que invadió el lugar, fue inevitable la presencia de militantes. Curiosamente, no fueron militantes opositores, que por lo general son quienes lideran este tipo de actos con el fin de hacer diversos reclamos al Gobierno, sino que en esta oportunidad, los que se hicieron notar fueron los 'macristas', o más bien, los que militan en contra de la expresidente y ahora candidata a vicepresidente por el Frente de Todos, Cristina Fernández de Kirchner: los famosos 'anti K', que más que 'macristas' admiten sentir profundo desprecio por CFK. "Chorra, yegua, corrupta y asesina", fueron solo alguno de los adjetivos calificativos que le adjudicaron a la exmandataria. 

Fue así como pasadas las 18 horas, Cristina Fernández de Kirchner fue la primera figura que apareció en el debate presidencial, incluso antes que empezara oficialmente, o eso fue lo que intentaron hacer un grupo de militantes que 'hizo aparecer' una gigantografía inflable de CFK vestida con un traje a rayas negras como los que usan los privados de libertad. En una de sus manos tenía un títere que representaba a Alberto Fernández, y en la otra, un maletín repleto de dólares.

La CFK inflable se llevó sin dudas todas las miradas, y no por su parecido -porque quedó mal lograda- sino por lo grande de muñeco inflable y por el lugar estratégico donde fue colocado: justo en la entrada habilitada para prensa e invitados especiales a la facultad de derecho de la UBA. 

El caso del fiscal Nisman apareció junto con Cristina, y es que el traje que vestía la -gigantografía tenía una particular fecha: 18-01-15. Sí, 18 de enero de 2015, día en el que fue descubierto el cuerpo del fiscal Alberto Nisman con un disparo ensangrentado y sin signos vitales en el baño de su departamento. A CFK y al gobierno kirchnerismo se le ha vinculado en varias oportunidades con esta muerte, pero hasta el día de hoy no ha sido probado y todo indica a que el fiscal se suicidó. 

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El inflable de CFK que se llevó todas las miradas.
El inflable de CFK que se llevó todas las miradas.

Cerca de las 20 horas ya empezaron a desfilar caras conocidas por las escaleras de la UBA. Felipe Solá, Patricia Bullrich y Mario Negri llegaron uno detrás del otro. El único que se acercó a la prensa fue Solá, quien evadió cualquier tipo de pregunta sobre qué cargo ocupará en un eventual triunfo de Alberto Fernández. 

A una hora del debate presidencial, se veían a asesores, diputados y dirigentes políticos 'a las corridas', pero lo que llamó poderosamente la atención de los presentes fue las "renovadas caras" de los integrantes de la coalición Cambiemos: la mayoría, sonrientes, sonrisas que se vieron incluso en la cara del presidente Mauricio Macri, que desde que pisó el escenario y se colocó en su atril para debatir, se le notó muy cómodo e intercambiaba un par de sonrisas con los compañeros que lo veían desde el centro del auditorio. 

Los dirigentes de Juntos por el Cambio ocuparon las butacas centrales. En la primera fila estaban, además de las autoridades de la facultad de derecho de la UBA, el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. 

En las butacas siguientes se veían caras como la de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, los gobernadores Juan Manuel Urtubey y Sergio Uñac, el diputado Waldo Woff y el candidato a vicepresidente y senador Miguel Ángel Pichetto, que eligió la sexta fila para observar el debate presidencial. Una de las grandes ausentes de la noche por el oficialismo fue María Eugenia Vidal.

Del lado izquierdo de las butacas -viéndolo desde el escenario- estaban los que apoyaban al candidato Alberto Fernández. La novia del candidato del Frente de Todos se hacía notar con un vestido blanco al estilo 'primera dama', y era acompañada por algunos dirigentes como el diputado Wado de Pedro. También asistió el candidato a jefe de gobierno porteño Matías Lammens. 

Por su parte, en la columna derecha de los asientos del auditorio, se observaban a los compañeros de fórmula de José Luis Espert. También hubo invitados especiales, como por ejemplo, algunos empresarios del país. 

A las 21 horas en punto arrancó el debate, todos los presentes fueron obligados a tener los celulares en "modo avión" y quedó terminantemente prohibido sacar fotografías con 'luces' que pudieran interrumpir o distraer a los 6 candidatos presidenciales. 

Macri, Alberto, Del Caño, Lavagna, Centurión y Espert, en ese orden, se acomodaron en sus atriles. Un dato curioso es que los candidatos -según las reglas- no podían tener consigo ningún tipo de apuntes, pero la mayoría de ellos llevaba consigo hojas como ayuda de memoria que escondían en el atril. Incluso, en medio del debate, al Presidente de la nación se le cayeron sus apuntes; Alberto Fernández atinó a alcanzárselos, pero Mauricio Macri se paró rápidamente de su asiento y recuperó las hojas que volaron. 

Otra de las figuras que apareció en el debate fue el fallecido empresario Franco Macri. Fue Alberto Fernández quien 'aprovechó' la ocasión para recordarle al presidente Macri los casos de corrupción que involucran a su familia. Esto por supuesto cayó muy mal al mandatario nacional, que se salió de su discurso guionado para refutarle: "es muy feo hablar de alguien que ya no está". 

Los dichos de Alberto no cayeron bien en el oficialismo "fue una bajeza, un desubicado", fueron algunos de los dichos que se escucharon en los asientos de los de Juntos por el Cambio, incluso, algunos integrantes del Frente de Todos admitieron que nombrar al padre de Macri en pleno debate "fue innecesario"

Las risas no faltaron en el auditorio de la UBA, y quien más las hizo sacar fue el candidato José Luis Espert.

Espert fue el candidato que más 'chicaneó' durante todo el debate y en una de sus intervenciones invitó a abrazarse a Mauricio Macri y Alberto Fernández, ya que según Espert "al final no son tan diferentes". En ese momento, todos los presentes en la sala estallaron en carcajadas, incluso, el presidente Macri no pudo aguantar la risa y también disfrutó de la chicana de Espert. 

Otro de los momentos chistosos de la noche estuvo a cargo de Mauricio Macri, que dijo que por haber escuchado "las cosas increíbles" de Alberto Fernández esperaba tener "el cielo ganado de por vida". 

A Macri se lo vio muy seguro en este segundo debate, a diferencia del primero en el que todas las encuestas y analistas políticos dieron como ganador a Alberto F. 

En este caso, fue Mauricio Macri a quien se le vio bastante cómodo a lo largo del debate, y desde su círculo aseguran que "la marcha del millón" fue una "inyección de esperanza" dentro del oficialismo, lo que hizo que el Presidente encarara este segundo debate "totalmente renovado". 

Del lado de Alberto Fernández se lo notó mucho más sobrio y sereno que en el primer debate.

Alberto Fernandéz evitó confrontar y se lo notó un tanto incómodo cuando los candidatos José Luis Espert y Mauricio Macri lo cuestionaron durante sobre los hechos de corrupción durante el Gobierno K, criticándole cómo es que no se dio cuenta de lo que hacían durante el Gobierno en el que trabajó. Sin embargo, aunque durante el debate dejó claro que él no tenía ningún tipo de vínculo con hechos de corrupción durante el Gobierno K, al final del debate cerró diciendo que con Néstor y Cristina "pusimos el país de pie y ahora lo vamos a volver a levantar". 

Respecto a los demás candidatos, el candidato Roberto Lavagna trató de hacer hincapié sobre el tema económico -que es su fuerte-, pero una vez más los nervios lo traicionaban y en varias ocasiones no pudo transmitir con claridad ni a tiempo su mensaje. Lo mismo le ocurrió a Gómez Centurión, que aunque planteó propuestas más contundentes y un tanto polémicas, no llegaba con los tiempos establecidos en el debate. 

José Luis Espert y Nicolás del Caño fueron por su parte, los dos candidatos con discursos más 'arriesgados'. El líder de la izquierda propuso bajar la jornada de trabajo, mientras que el liberal aseguró que si gana bajaría la edad de la imputabilidad a los 14 años. 

Cuando faltaban 6 minutos para las 23 horas dieron por finalizado el debate presidencial. Todos los candidatos se dieron la mano en un saludo final en el que desde el palco de prensa se dificultó ver si el 'apretón de manos' entre Macri y Fernández ocurrió. 

Luego, los candidatos posaron para la pose final, mientras se escuchaban consignas que gritaban algunos de los presentes: "Argentina, Argentina... Viva la patria, vamos carajo y sí se puede", fueron algunos de los gritos que se escucharon fuertes al término del debate presidencial de este domingo 20.

El inflable de CFK que se llevó todas las miradas.

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