La tensión entre el presidente Javier Milei y la vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel, no hace más que llenar la histórica lista de malas relaciones entre los presidentes y sus vices desde 1983 hasta la fecha...
HISTORIAS DE PRESIDENTES Y VICES
La pelea de Javier Milei y Victoria Villarruel y una sólida constante en el poder desde 1983
La pelea entre Villarruel y Javier Milei no hace más que desafiar la 'floja' memoria argentina, desde el voto no positivo de Cobos, las traiciones entre Duhalde y Menem, Chacho Álvarez... Todas forman una sólida constante argentina.
Si bien se habla de que las primeras tensiones surgieron entre la fórmula presidencial de Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) y su vice, Valentín Alsina, un breve repaso desde la vuelta de la democracia, con Raúl Alfonsín, lo dice todo...
Su vice Víctor Martínez, oriundo de Córdoba, le había garantizado a Raúl Alfonsín el apoyo del poderoso radicalismo cordobés en la pelea por la presidencia. Como presidente del Senado, debió hacer frente a la mayoría peronista que comandaba Vicente Saadi.
Durante el levantamiento carapitada de Semana Santa, y ante versiones que lo vinculaban con los militares y "maniobras" que buscaban reemplazar a Alfonsín, su vicepresidente se vio casi "obligado" a salir a aclarar que "si renuncia el Presidente yo me iré con él, porque eso es lo que hace un compañero de fórmula". Pero, más allá de las gravedad de las acusaciones, vinieron después más historias que podrían calificarse de igual de memorables...
El expresidente Carlos Menem tuvo turbulentos enfrentamientos con su vicepresidente Eduardo Duhalde sobre todo por el neoliberalismo económico del riojano y su apertura hacia el mundo. Los choques, con un Duhalde que no estaba de acuerdo con ciertas políticas como las privatizaciones de empresas estatales o los ajustes impulsados por el FMI, se hacían cada vez más evidentes a medida que avanzaba el mandato.
En 1991 renunció a su cargo para asumir como gobernador de la provincia de Buenos Aires hasta que finalizó su segundo mandato en 1999. El costo fue el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano Bonaerense, una de las condiciones que Eduardo Duhalde le impuso a Carlos Menem para renunciar a la vicepresidencia y presentarse como candidato del PJ a gobernador bonaerense.
El presupuesto del Fondo fue fijado en el 10% de la recaudación del impuesto a las Ganancias. En 1992, cuando se creó, eran 300 millones. La expansión en la recaudación de ese gravamen elevó el total a unos 650 millones de pesos anuales.
El escándalo de la Banelco y Chacho Alvarez
Luego llegó el escándalo de Fernando De La Rúa y su vicepresidente Carlos 'Chacho' Alvarez. El exjefe de gobierno porteño formaba parte de una coalición de gobierno llamada la Alianza, que incluía a la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario (FREPASO) liderado por quien sería su vicepresidente.
Pero los desacuerdos entre ambos surgieron desde un principio y no fue ocultada por Álvarez, quien públicamente expresó su insatisfacción, agudizó las tensiones y, por supuesto, debilitó la Alianza.
Pronto, el "escándalo de la Banelco", nombre mediante el cual se conoció la denuncia realizada por sobornos a varios senadores para que aprobaran, en abril de 2000, el proyecto de Ley 25.250 de Reforma Laboral, propuesto por el Ejecutivo, llevó a Carlos 'Chacho' Alvarez a renunciar a la vicepresidencia.
Hacia el final de la jornada del 6 de octubre de 2000, confirma, ante los medios y la militancia de su partido, su decisión indeclinable de renuncia, conocida en horas del mediodía, acompañado de su esposa, la legisladora Liliana Chiernajowsky, en el Hotel Castelar. Y afirma que no lo "empuja ningún ánimo de debilitar la figura presidencial", pero que "el cargo de vicepresidente no permite mayores desacuerdos sobre un tema tan sensible como el de los sobornos en el Senado".
Por otra parte, aseguró que "estamos ante una crisis terminal de la relación entre el poder político y el poder económico, y del vínculo entre la política y la gente".
Tras la recordada salida de De la Rúa en helicóptero desde la Casa Rosada, y un día después de haber decretado un Estado de sitio en medio de un estallido social, le sucedieron cuatro presidentes en 11 días: Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño y Eduardo Duhalde.
Eduardo Duhalde adelantó la elección y puso en marcha la búsqueda de un sucesor. En las elecciones presidenciales de abril de 2003, Néstor Kirchner salió en segundo lugar con el 22,25% de los votos, detrás del ex presidente Carlos Menem quien obtuvo el 24,45%. Pero el riojano desistió de presentarse en la segunda vuelta y Néstor Kirchner, a los 60 años, se convirtió automáticamente en el presidente electo "con menos votos que desocupados", según dijo años después su esposa y dos veces mandataria Cristina Kirchner.
Néstor Kirchner y los conflictos con su vicepresidente Daniel Scioli
Las diferencias ideológicas y de poder, con el exgobernador de Santa Cruz, en un momento de profunda crisis económica y social, en el que el patagónico se inclinaba por políticas progresistas destinadas a enfrentar la desigualdad y promover la justicia social, con un discurso que confrontaba con los sectores económicos dominantes y una mayor intervención del Estado en la economía, ante un Scioli con una postura más conciliadora y pragmática, estalló en primer lugar cuando la Cámara de Diputados aprobó la anulación de las leyes de Punto final y Obediencia debida.
Daniel Scioli la calificó como una "clara señal de inseguridad jurídica". "En un país serio no se anulan las leyes", dijo públicamente, en referencia a la anulación de dichas leyes.
Poco después, ante los empresarios más influyentes reunidos en el Coloquio de IDEA, anunció que en 90 días habría aumentos de tarifas, mientras Kirchner mantenía un estricto silencio.
Pero no pasó una semana y el vicepresidente recibió como castigo el desplazamiento de toda su gente de la Secretaría de Turismo.
Además, el vicepresidente, que buscaba la "oportunidad" para postularse a jefe de Gobierno de la Ciudad: "Entiendo y comprendo profundamente a los porteños porque nací en Villa Crespo y vivo hace 15 años en el Abasto y porque la camino todo el día a la Ciudad" aseguraba, fue enviado por Néstor Kirchner a un territorio más que difícil: la provincia de Buenos Aires.
No fue fácil, ya que tras las impugnaciones a Scioli que habían sido elevadas por el partido de Luis Patti (Paufe) y el radicalismo lavagnista, además del Movimiento Popular Bonaerense, Movimiento de Integración y Desarrollo, Demócrata Progresista-distrito Provincia de Buenos Aires y Demócrata Conservador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli debió acreditar el cumplimiento de 5 años de domicilio en la provincia, requisito indispensable para todos aquellos no bonaerenses, como es el caso del exvicepresidente, quien nació en la Capital Federal.
Los representantes legales de Scioli, entre otras cosas, acreditaron su residencia en la provincia entre 1963 y 1975, año que "por razones de seguridad" (en alusión al secuestro de un familiar) se efectuó un cambio de domicilio pero que en los hechos no alteró su lugar de residencia hasta 1983, cuando efectivamente se mudó a la ciudad de Buenos Aires.
La Junta Electoral bonaerense rechazó las impugnaciones a la postulación del entonces vicepresidente como gobernador bonaerense por no residir en la provincia, y quedó finalmente habilitado.
El "voto no positivo" del vicepresidente Julio Cobos
Pero mucho más épica fue la pelea entre la sucesora de Néstor Kirchner, Cristina Fernánez de Kirchner y su vicepresidente Julio Cobos en medio del caos con el campo y la famosa 'Resolución 125', una medida propuesta por el gobierno del Frente para la Victoria en 2008 para establecer un sistema de retenciones móviles a las exportaciones de productos agrícolas, particularmente la soja.
El objetivo de la medida era aumentar los ingresos fiscales del Estado y redistribuir la riqueza en un momento de altos precios internacionales de los commodities agrícolas. Diseñada por el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, y con el aval de la presidenta, la propuesta chocó con el campo, y el vicepresidente Julio Cobos tuvo la última palabra en el Senado.
Las críticas por parte del campo que afirmaban que las retenciones móviles afectarían negativamente a los productores y al interior del país, protestas y tractorazos de por medio, creció la presión social sobre Cobos, quien emitió su famoso "voto no positivo".
El enfrentamiento entre el radical y la presidente terminó por excluirlo en el resto de la gestión, que tuvo su continuidad con su reelección, donde fue acompañada por Amado Boudou, con quien si bien se presentó cómo una excepción a estas relaciones conflictivas entre presidentes y vices, le causó varios dolores de cabezas con los conflictos de corrupción en los que quedó envuelto.
Mauricio Macri y Gabriela Michetti
Otro caso fue el de Mauricio Macri y Gabriela Michetti, con quien el presidente ya venía peleado pero la aceptó a cambio de no tener un vice en la boleta a un radical -Ernesto Sanz- o un peronista -Carlos Reutemann-, tal como sugería el armador macrista Emilio Monzó, la única opción era elegir a alguien del riñón del macrismo porteño, aunque viniera del enojo que le generó cuando la vicepresidente le disputó a Horacio Rodríguez Larreta la candidatura a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, lo que Macri entendió como un desafío a su orden. Finalmente, Michetti debió aceptar su rotunda derrota...
El conflicto más recordado por su proximidad en el tiempo, más allá del actual escenario conflicto entre Javier Milei y Victoria Villarruel, fue el del expresidente Alberto Fernández y su vice Cristina de Kirchner, quienes casi desde el momento en que la exmandataria lo eligió como su candidato, comenzó lo que podría calificarse como un "desastre permanente"...
Así las cosas, Javier Milei y Victoria Villarruel, lejos de excepción, no son más que una poco original regla del poder en la Argentina.
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