CÓRDOBA. La Unión Cívica Radical (UCR) vive momentos de tensión interna entre espacios “colaboracionistas” y otros directamente opositores al Gobierno libertario. Con el presidente Javier Milei como factor de discordia principal por sus constantes insultos hacia el partido centenario y sus figuras, las diferencias internas se han ido remarcando.
POR MILEI
Crisis de identidad: La UCR se mira al espejo y no se reconoce
Amplio sector del radicalismo en Córdoba volvió a marcar una postura alejada del oficialismo. Se empiezan a remarcar los espacios.
En Córdoba, uno de los centros neurálgicos del radicalismo junto a Buenos Aires, esa fractura es tanto o más visible que a nivel nacional. En esa provincia tiene sede Rodrigo de Loredo, uno de los diputados radicales que más cercano se mostró a colaborar con la gobernabilidad de Milei, y que generó tensiones con la postura opuesta de Martín Lousteau, quien pretende ejercer el liderazgo del partido a nivel nacional.
De Loredo, quien concentra expectativas provinciales de quedarse con el control del radicalismo mediante Marcos Ferrer, encontró el surgimiento de una resistencia interna muy parecida a la que le plantó Lousteau. Es decir, una fracción radical cordobesa que se resiste a colaborar con Milei y sus políticas en el Congreso.
Ese espacio, que estaría encabezado por el ex intendente Ramón Mestre, acumula el apoyo de varios dirigentes locales en un radicalismo cordobés que cuenta con más de 13 núcleos oficialmente reconocidos.
Crisis de identidad en la UCR
En las últimas semanas, los radicales “anti Milei” de Córdoba comenzaron a identificarse para dar paso a la oficialización de las diferencias. La última acción fue un duro comunicado firmado por Ramón Mestre (Confluencia), Carlos Becerra (Identidad Radical), Fernando Montoya (Córdoba Abierta) y Jorge Sappia, todos líderes de sus respectivos núcleos.
El texto, titulado “Doctrina para que nos entiendan, conducta para que nos crean (Moisés Lebensohn)”, apuntó a una “crisis de identidad” profunda en el radicalismo y remarcó la esencia partidaria de la defensa de los más vulnerables. Todo ello en medio del contexto de ajuste practicado por el Gobierno nacional.
Además, los dirigentes apuntaron a que las políticas de Milei podrían significar una regresión política a épocas coloniales. Y cuestionaron a los correligionarios que quieren dar vía libre a esas políticas, un tiro por elevación a De Loredo y compañía.
Por último, los radicales “anti Milei” llamaron a los afiliados a decidir una postura para la continuidad del radicalismo como herramienta de construcción social, o como “trampolín de aventuras políticas”.