ECONOMÍA 2016

Si la idea era reactivar con el campo, los fierros insinuaron más de lo que dieron

Las estadísticas de signo positivo que deparó la industria de la maquinaria agrícola fueron recibidas con beneplácito por un gobierno ávido de buenas noticias, sobre todo porque marcan un rebote de una malaria que afectaba desde hacía cinco años a un sector sensible a la vida cotidiana de pueblos de 30/40 mil habitantes del interior de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, sobre todo, y que tocó fondo en 2015. Por eso fue ampliamente difundido que las ventas en el primer semestre superaron en pesos 68,1% al mismo período de ese año, que fueron del 99,1% y 81,1% en sembradoras y tractores, respectivamente, que en implementos resultó del 58,5% y en cosechadoras, 54,1%. Hasta ahí un auténtico boom que parecía justificar la transferencia de ingresos que recibió el campo en el estreno de la administración macrista. Pero la pirotecnia porcentual aterriza al ser estimada la mejora promedio al cabo del año. Según la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola, del 10 y el 15% en el total de la maquinaria en relación al 2015. Pero hay un vaso medio vacío que reclama que los buenos números sean acompañados por políticas públicas que aseguren la competitividad de las máquinas a nivel nacional y en el plano internacional. Y ahí hay muchos puntos suspensivos: no se termina de definir un decidido apoyo del Estado al industrial para que produzca el equipamiento y al productor que necesita mejorar sus equipos para producir de manera más eficiente, no se aplican incentivos fiscales y financieros a la exportación ni se neutralizan los efectos de la competencia brasileña, como tampoco la penetración que han tenido, sobre todo, las sembradoras importadas.

No bien el gobierno de Mauricio Macri liberó el cepo cambiario y metió mano en las retenciones a la exportación de granos, la maquinaria agrícola arrancó el año como para comerse los chicos crudos.

El Banco Nación había aportado su granito de arena con créditos a una tasa de 13,5% en pesos para acelerar la multiplicación de órdenes de compra de tractores que venían por el subsuelo desde el año anterior y activar acuerdos para financiar, por ejemplo, equipos forrajeros en dólares a 2 años, con 0% de interés; a 3 años, con 1,9%; y a 4 años, con 3%.

Pero entre las inundaciones y los traspiés en la comercialización externa de la soja, el entusiasmo se aplacó y se registró un amesetamiento. Lo explica Marcelo Valfiorani, presidente de la CAFMA (Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola): “En los primeros meses del año se pensaba que la mejora iba a ser rápida y había grandes expectativas, como lo vimos en Expoagro donde muchos productores y contratistas se acercaron a ver maquinaria y a solicitar presupuestos. Pero luego el factor climático en Córdoba y Santa Fe, que fueron las provincias más afectadas por las inundaciones, frenó este impulso que había en el sector comprador”, dijo.

Según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INdEC) tomando todo el semestre pasado se vendieron 2.565 tractores, 461 cosechadoras y 3.547 implementos.

Desagregados, “los datos indican que en ese lapso se vendieron casi la misma cantidad de cosechadoras (330 vs. 352, el -6%), un 15% más de tractores (2293 vs. 1999), y un 45% más de sembradoras (646 vs. 445).

Y que este último sector era, a su vez, el más atrasado en inversión, ya que el año pasado estaba trabajando en un 25% a 30% de su capacidad de producción, con lo cual este incremento ayuda a transcurrir mejor el año pero se mantiene una gran capacidad ociosa.

El resto de los implementos registró una suba del 6 al 10% dependiendo del rubro. Algunos productos se venden más en el primer semestre, y otros esperan la segunda mitad del año por el tipo de actividad que los demanda, como poscosecha, almacenamiento, y tolvas.

La coyuntura jugó a favor del rubro sembradoras, que había sido uno de los subsectores más castigados, ya que el aumento del área sembrada de trigo, experimentado en los últimos meses, hizo superar la demanda en 45%.

Muchos pesos, pocos dólares

De modo que el número final en dólares de la facturación total de maquinaria agrícola en el primer semestre de 2016 creció 3% respecto a igual período del año anterior, de acuerdo con datos publicados por el INdEC. En pesos, la inflación torna más espectaculares las performances. El total vendido alcanzó los $ 7.322,2 millones, 68,1% superior a lo sumado durante el 1er. semestre de 2015. Las subas fueron del 99,1% y 81,1% por sembradoras y tractores, respectivamente, en tanto que implementos aumentó 58,5% y cosechadoras, 54,1%.

Medido en términos porcentuales, hubo en el caso de las cosechadoras y tractores un llamado atención: 320,7% y 114,0%, respectivamente, se incrementó la venta de origen importado. Fue en el segundo trimestre cuando la facturación ascendió a $4.281 millones, un 76,8 % por sobre la de abril-junio del 2015.

Durante ese período también aumentó la cantidad de unidades vendidas, resultó del 26% para los tractores, hasta alcanzar los 1.613. En el caso de las sembradoras, con 470, la mejora interanual ascendió al 53%; en cosechadoras, casi el 9%, mientras que en implementos no hubo variaciones de mayor consideración.

Si bien la recuperación ha sido significativa, después de cinco años de desinversión, para el director nacional de Maquinaría Agroindustrial, Hugo Ribba, "todavía estamos cerca del 30% por debajo del 2011, el último mejor momento para el sector, razón por la que seguimos analizando medidas que incentiven a los productores para que puedan acompañar el repunte del campo", agregó.

En términos cualitativos, rescata el funcionario que "las máquinas demandadas hayan sido las de mayor tamaño y equipamiento tecnológico, y por ende de mayor valor unitario, lo cual incrementa el valor de las inversiones realizadas por los productores".

Remarca que ahora viene una etapa clave para los fabricantes, como es recomponer la competitividad, modificar los modelos para adaptarlos a las nuevas demandas e incorporar tecnología.

Sembrando importaciones

Una señal de alarma la dio el ingreso de sembradoras del exterior, lo cual afecta la situación de las fábricas nacionales (son unas 40 empresas que las hacen), las que han hecho el esfuerzo de tecnificarse, de mantener a sus empleados en tiempos de crisis y deberían tener un apoyo frente, porque “es muy difícil ser competitivos de un día para el otro. Estos equipos se fabrican en nuestro país, por lo tanto, lo primero que se manifiesta es que la maquinaria importada no debería tener las mismas opciones de financiación que las nacionales. Si se deja que ingrese la maquinaria a bajo costo, cada día resulta más complicado mantener a la gente en sus puestos de trabajo”, advirtió CAFMA.

La divisoria de aguas de la demanda pendiente fue marzo, mes en el que rebotó la venta del magro nivel preexistente aunque gracias al acompañamiento crediticio para la compra de unidades. Tras la inercia decreciente del segundo trimestre, proyecta que el año cerrará entre un 15% y 20% arriba del 2015, que fue "muy malo".

La Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola anda por ahí en las estimaciones de una mejora promedio, aunque son un poco más cautas: entre el 10% y el 15% en relación al 2015 en el total de la maquinaria.

Previene la entidad empresaria que el mercado se va reponiendo lentamente pero no llegará a saturar a las fábricas. Recuerda en tal sentido que durante todo este período de crisis las empresas mantuvieron su plantel y están con capacidad ociosa: la mano de obra se mantuvo intacta desde la época de altas ventas, como 2011.

Explica que una de las razones para sostener la estructura ha sido que cuesta mucho trabajo y tiempo capacitar al personal, y se optó por retenerlos para cuidar a la gente que tanto esfuerzo llevó profesionalizar.

Otra cuestión no menor es que esta industria emplea entre 40.000 y 50.000 trabajadores, pero con la particular característica de que, en un 90%, la fabricación de maquinaria agrícola se hace en localidades de entre 15.000 y 20.000 habitantes, como Las Varillas, Firmat, Monte Maíz, Marcos Juárez, San Francisco, y hasta en la propia bonaerense Lincoln, que una población de 35.000 almas, donde el titular de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Marcelo Valfiorani, tiene su empresa Ingeniería Mega -dedicada a la fabricación de secadoras de granos y generadores de calor para quema de biomasa-, con 150 empleados. Cuenta que el hijo del dueño de la fábrica "juega en el club con el del empleado, van al mismo colegio, y todos nos encontramos a la vuelta de la esquina. De ahí que el compromiso social que tiene una fábrica sea muy grande. Todos, jefes y empleados, convivimos en el día a día”.

Valfiorani apunta que “conocemos a nuestros empleados y su problemática, si está ampliando la casa o tiene un chico enfermo. A veces les salimos de garantía si tienen que sacar un crédito. Por eso despedir a alguien es una gran preocupación”, relata el empresario, que también participará como expositor de Expoagro. 

“Además, detrás de cada uno hay una historia. Muchas veces es gente que hace muchos años que trabaja, o hijo de un viejo empleado, o se fue capacitando con el crecimiento de la empresa. Hay mucha inversión detrás de cada empleado calificado”, agrega.

Políticas públicas

Según el secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet, la mejoría en las ventas despierta en la cartera una mirada optimista hacia el futuro. La da el hecho de la creación misma de la Dirección de Maquinaria Agroindustrial, a través de la que se están preparando acciones orientadas a continuar con el incentivo de compra de maquinaria.

Ribba confirmó que el Ministerio de Agroindustria y el Banco Nación analizan lanzar líneas de financiamiento a tasas subsidiadas para que los fabricantes puedan incorporar tecnología y actualizar modelos. "Estamos avanzando en la posibilidad, estudiándola y podría haber definiciones en unas semanas más. Es un sector que viene de 5 años de recesión", dijo el director nacional de Maquinaria Agrícola.

Dado el alto grado de participación de la producción nacional en la maquinaria agrícola, si aumentan las ventas se genera mayor empleo genuino, no sólo en el rubro, sino también en actividades complementarias como por ejemplo: fabricación de matrices, tornería, soldadura, pintura, servicios de comercialización y posventa, entre otros.

Sin embargo, sostiene que no es concebible recomponer el sector sin activar las ventas en el exterior. Pero hoy  la industria argentina no es competitiva con los insumos, ni con la mano de obra, ni con los impuestos, ni con la logística. Argentina tiene un alto potencial para crecer en maquinaria agrícola, de hecho en 2015 se exportó sólo un 25% de lo logrado en 2011. Es necesario salir a recuperar mercados y a abrir nuevos destinos.

Se debe tener en cuenta que el mundo no tiene las mismas condiciones que en 2011.

El contexto macroeconómico ha variado; por ejemplo, Brasil tiene paradas las ventas internas con maquinarias fabricadas en exceso, entonces salen a competir en diferentes mercados a precios de costo. No sólo compiten en Argentina, sino que además nos compiten en nuestros mercados externos.

Respecto de la promoción de las exportaciones, señaló que se designaron dos nuevos agregados Agroindustriales en Sudáfrica y Rusia para tratar de aprovechar la potencialidad de esos mercados. En el primero ya se empiezan a ver los resultados de un trabajo del Inta y el Ministerio en campos experimentales que llevan 3 años.

De todas formas, el empresariado, en la boca de Valfiorani, aclara que las exportaciones siguen complicadas por el atraso cambiario. "Estamos pidiendo que se mejore el reembolso a las exportaciones, una demanda que ahora está estudiando el Gobierno", dijo.

“Mientras se va mejorando la competitividad del país, estamos solicitando que se estudie la opción de contar con herramientas financieras en el exterior”, agregó Valfiorani. Este pedido ya fue presentado en el Ministerio de Agroindustria y el Gobierno Nacional está estudiando su implementación.

“Como se trata de bienes de capital y las compras a veces son importantes en montos, tener herramientas de financiación a 3 o 4 años es fundamental para poder mejorar las exportaciones. Esto es muy importante para la exportación, porque independientemente de que uno pueda tener precios más caros, es reconocida la calidad de nuestras máquinas, y el plazo de financiamiento siempre resulta atractivo.

Asimismo, ansían algunas medidas que le devuelvan al sector su competitividad. Valfiorani destaca los cambios en los derechos de exportación y la posibilidad de contar con créditos para financiar las ventas al exterior. También pone de relieve el reacomodamiento de los costos de los insumos y el freno a la inflación, “fundamental para que todas las demás medidas no se vean desvirtuadas”, dice.

“Hemos sido muy exitosos en la exportación de sembradoras, tenemos un alto nivel de calidad y aceptación. También somos exitosos en la exportación de pulverizadoras, tolvas, secadoras, plataformas maiceras y girasoleras. Argentina tiene patentes internacionales que incluso se comercializan en Estados Unidos”, relató el empresario al destacar la oportunidad que tiene el país de insertarse en el mercado mundial si se dan las condiciones.

Competitividad y productividad

Roulet explicó que "la meta es estimular la competitividad de las empresas fabricantes de estos bienes de capital y aumentar la productividad incorporando mayor tecnología en los campos, lo cual se logra con medidas como las que se han tomado de quita de retenciones al trigo y maíz y la disminución a la soja, acompañada por la política de tasas de financiación a mediano plazo".

Desde CAFMA subrayan que la industria metalmecánica respira al mismo ritmo que los productores y contratistas. Por ende, esos cambios en las reglas de juego fueron tomados como un aliciente en el sector de la maquinaria agrícola. Pero aclaran que con la mejora en el estado de ánimo no alcanza.

“Esperamos ver lo que suceda después de la cosecha y los cambios en las tasas de financiamiento para la compra de maquinaria, que necesitamos se las bonifique y desciendan al 15%”, expresó Valfiorani, para agregar que también esperan ansiosos que se implemente una desgravación impositiva o amortización acelerada para la compra de bienes de capital como la maquinaria.

“Son dos sistemas distintos que vamos a ver de qué manera encuadran. Pretendemos que si hay una rentabilidad de la cosecha se vuelque a renovar la maquinaria, que es un sector que necesita generar y mantener mano de obra”, apuntó el ejecutivo al describir en Expoagro la situación que vive la industria. 

A mediados de julio, el presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, había anunciado inversiones del agro por US$ 58.000 millones que miles de productores del campo están haciendo en todo el país y subrayó que será posible gracias a "la confianza" generada por la política del gobierno de Mauricio Macri, que incluyó la eliminación de las retenciones a todos los productos regionales, más el trigo, el maíz, y el girasol, y una rebaja para la soja.

El derrame de la política sectorial en la maquinaria agrícola alcanzaría a un total de 860 empresas fabricantes en la Argentina, sumado a 290 empresas dedicadas a los implementos y agropartes, en su gran mayoría son pymes radicadas en las provincias de Córdoba (30%), Santa Fe (47%), Buenos Aires (20%) y Entre Ríos (2%). De ellas, 210 están asociadas a la CAFMA, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).