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A 40 años de Yom Kippur: Israel, su arsenal químico y la NSA

Un artículo de Foreign Policy sostiene que la CIA está en conocimiento de que Israel produjo y almacenó armas químicas en sus arsenales luego de la guerra de Yom Kippur, hace 40 años. A la vez, un reporte del diario The Guardian, basado en información provista por Edward Snowden, asegura que los frutos del espionaje de la NSA a su propia población fueron compartidos abiertamente con Israel.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - Israel conmemora esta semana el 40 aniversario de la Guerra del Yom Kipur, que puso de manifiesto la vulnerabilidad del Estado judío en una región altamente convulsionada. Ese conflicto sigue generando un agrio debate sobre sus orígenes y consecuencias.
 
Aunque estalló un 6 de octubre de 1973, el país recuerda a los cerca de 2.300 soldados muertos en la contienda de acuerdo al calendario hebreo, por lo que esta semana abundan en las convocatorias de actos oficiales y artículos sobre un capítulo de la historia del que no se acaba de pasar página.
 
Según revela el portal Aurora, un documento secreto de Central de Inteligencia Americana (CIA) revela que Israel estableció arsenales de armas químicas como lección de la guerra de Yom Kipur. Aparentemente se trata de gas nervioso del tipo sarín. Ese mismo tipo de armamento es el que recientemente se empleó en el conflicto de Siria.
 
El dato surge de un artículo publicado por Foreign Policy, basado en un informe descubierto por un investigador de la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan en California, la inteligencia estadounidense cree que Israel posee actualmente varios cientos de ojivas nucleares, y además varias bombas de hidrógeno. Sin embargo, en las últimas décadas se describe en varios reportes que Israel habría desarrollado también armas químicas; aunque nunca se publicaron pruebas concretas que lo confirmaran.
 
Según el documento elaborado por la CIA, fotografías satelitales norteamericanas tomadas en 1982 "revelan aparentemente la producción y el almacenamiento de gas nervioso". El reporte se refiere a la "instalación secreta de Dimona" – el Centro de Investigación Atómico – como la instalación en donde se realizaron esas actividades.
 
También, el texto menciona a "otra instalación para la producción de armas químicas en el centro industrial químico israelí". En este caso, el documento se refiere al Instituto Biológico de Nes Ziona a 20 kilómetros al sur de Tel Aviv.
 
La CIA señaló en aquel momento que "mientras que no podemos confirmar si los israelíes poseen material químico letal, varias evidencias nos hacen pensar que lograron adquirir [la capacidad para armarse de] al menos gas nervioso letal y no letal, gas mostaza, y varios gases para la dispersión de disturbios, y las plataformas de lanzamiento".
 
"Israel se encuentra rodeado en sus fronteras por países árabes que comenzaron a interesarse por las armas químicas y desarrolló una creciente conciencia sobre los daños que sufriría en un ataque químico (…) esa sensibilidad ha penetrado tras la incautación de grandes cantidades de equipos soviéticos relacionados con las armas químicas en la Guerra de los Seis Días y en la Guerra de Yom Kipur. En consecuencia, Israel impulsó un programa de combate químico para la preparación y el empleo en la defensa y en el ataque".
 
Foreign Policy señala que en el año 1993 Israel firmó la convención, que ilegaliza la producción, el uso, la proliferación y el almacenamiento de armas químicas; sin embargo (al igual que Birmania) aún no ha ratificado su firma; y por lo tanto, no se encuentra obligado legalmente por el tratado.
 
Tampoco han firmado la convención Angola, Corea del Norte, Egipto, Sudán del Sur y Siria.
 
La ayuda de la NSA
 
La Agencia de Seguridad Nacional comparte rutinariamente los datos de su inteligencia con Israel, sin eliminar antes la información personal de sus ciudadanos, según un documento secreto proporcionado a 'The Guardian' por Edward Snowden.
 
Los detalles del acuerdo de intercambio de inteligencia figuran en un memorando de entendimiento entre la NSA y su homólogo israelí que muestra que el Gobierno de USA suele entregar a Israel las comunicaciones interceptadas, que pueden contener llamadas telefónicas y correos electrónicos de sus ciudadanos. El acuerdo no estipula límites sobre el uso de los datos por parte de los israelíes.
 
La revelación contrasta con las garantías de la Administración Obama de que existen medidas rigurosas para proteger la privacidad de los ciudadanos estadounidenses 'atrapados' en la redada. La revelación deja claro que la información que se comparte con los israelíes casi no sufre ningún cambio.
 
El acuerdo fue alcanzado en marzo de 2009 según el memorando sin fecha, que establece las normas básicas para el intercambio de inteligencia.