Desastre de los anunciantes, patrocinadores y del Gobierno de Japón con los Juegos Olímpicos de Tokio que no darán retorno sobre la inversión y hasta pueden llevar a la derrota electoral al primer ministro, Yoshihide Suga.
DESASTRE
Juegos Olímpicos de Tokio con pérdidas por US$ 20.000M
Los Juegos Olímpicos de Tokio se están convirtiendo en un fracaso de US$ 20.000 millones para Japón.
Él rechazó volver a suspender los Juegos y dijo que confiaba en que amplias medidas para mantener al público alejado del evento evitarían la propagación de la infección y que el país aún se beneficiará de una enorme audiencia televisiva mundial:
El presupuesto para los Juegos de Tokio se disparó desde las proyecciones iniciales: ya llegó a US$ 15.400 millones, pero los auditores del gobierno japonés han dicho que el gasto total supera los US$ 20.000 millones, casi 3 veces el pronóstico original de US$ 7.400 millones, cuando Tokio reunió su oferta para los Juegos Olímpicos.
Los Juegos Olímpicos comienzan el viernes 23/07 con 1 año de retraso y con Tokio en estado de emergencia por Covid-19.
Los estadios y arenas que costaron más de US$ 7.000 millones construir o renovar para los Juegos estarán en su mayoría vacíos después de la prohibición de los espectadores.
Soñar es fácil
Takahide Kiuchi, economista del Instituto de Investigación Nomura, dijo que todavía hay una recompensa potencial de las personas en el extranjero que verán los Juegos de Tokio y pueden decidir visitar Japón después de la pandemia.
“Los restaurantes y hoteles que han renovado sus instalaciones para recibir a los extranjeros no serán en vano”, dijo. Casi nadie cree eso.
En los Juegos de Londres de 2012, ampliamente aclamados como un éxito, Japón obtuvo 38 medallas. Increíble.
El entonces primer ministro Shinzo Abe dijo que organizar unos Juegos Olímpicos 2020 levantaría el ánimo del país después del tsunami de 2011 que mató a casi 20.000 personas.
Y los organizadores locales pronosticaron una avalancha de visitantes a Japón, que gastarían casi US$ 2.000 millones en comidas, transporte, hoteles y mercadería en el espectáculo de 17 días motivaría a otros a visitar Japón, multiplicando las utilidades.
Japón quería que los Juegos Olímpicos de Tokio mostraran que el país sigue siendo una fuerza global a pesar de su población en declive y una economía eclipsada por China.
Para 2019, la mayoría de las sedes de los Juegos se terminaron según lo previsto o antes, y la demanda de entradas era alta.
El Comité Olímpico Internacional calificó a Tokio como la ciudad anfitriona mejor preparada en la historia olímpica. Se colocaron carteles de los Juegos por toda la ciudad y los patrocinadores trazaron planes de marketing para sacar provecho del factor de bienestar.
Todo iba viento en popa hasta que llegó COVID-19.
La peste
La decisión adoptada en marzo de 2020 por Japón y el COI de posponer los Juegos por 1 año representó una apuesta de que la pandemia sería contenida para el verano de 2021.
No sucedió. En las semanas previas a los Juegos, la variante Delta generó un aumento de las infecciones en todo el mundo, incluso en Tokio, donde se han diagnosticado más de 1.000 nuevos casos de COVID-19.
Al lunes 19/07, apenas 22% de la población está completamente vacunada, y el estado de emergencia de Tokio continuará hasta el 22/08.
Se han reportado infecciones entre casi todos los grupos de personas involucradas en los Juegos, desde atletas hasta entrenadores y funcionarios del COI, así como contratistas y medios de comunicación.
En la Villa Olímpica, a la que los deportistas solo pueden entrar tras una serie de pruebas antes y después de su llegada a Japón, han aparecido los primeros casos de contagio.
Al menos 8 atletas que han viajado a Japón para los Juegos y decenas de otros relacionados con los Juegos Olímpicos han dado positivo por el virus.
Muchos jugadores del equipo de fútbol masculino de Sudáfrica han sido aislados después de que los contactos cercanos de dos de sus miembros dieron positivo.
El número de personas que vienen del extranjero para los Juegos Olímpicos se ha reducido en 66%.
Aún así, más de 50.000 atletas, funcionarios, periodistas y otros llegaron a Tokio para los Juegos, la reunión internacional más grande desde que comenzó la pandemia.
Los organizadores dicen que docenas de reglas que limitan la interacción evitarán brotes más amplios.
Los visitantes se mantienen alejados de la población local, bajo amenaza de expulsión si infringen las reglas.
Las dudas
Una encuesta realizada por la emisora pública NHK entre el 9 y el 11 de julio encontró que casi 66% de los japoneses no estaban convencidos de que los Juegos Olímpicos deberían continuar.
Casi 66% no esperan disfrutar de los Juegos, según una encuesta del periódico Mainichi publicada el domingo 18/07.
Varias encuestas de los últimos días muestran que el primer ministro Suga, el sucesor de Abe, cuenta con el apoyo de apenas 33% del público.
Los organizadores de Tokio han dicho que algunos oficiales y patrocinadores olímpicos y gubernamentales podrían ingresar a los lugares que de otro modo no tendrían espectadores. Esas personas cumplirán funciones esenciales como la entrega de medallas, la supervisión de deportes y la observación de operaciones en beneficio de los futuros Juegos Olímpicos.
Tal política podría alimentar el resentimiento entre muchos en el público que ya ven a los oficiales olímpicos con derecho, dijo Phil Sherwood, quien fue el jefe de voluntariado y capacitación laboral de Londres 2012.
Cuando Toyota Motor Corp. dijo que no publicaría ningún anuncio en Japón relacionado con los Juegos Olímpicos, envió un mensaje más fuerte que cualquier comercial de televisión sobre el mal humor de la nación anfitriona.