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NUEVAS TECNOLOGÍAS

Se terminan los delivery en motos

Una marca de pizza de los Estados Unidos podría utilizar coches autónomos de una compañía fundada por dos ex Google para entregar sus productos en Houston a finales de este año.

Una marca de pizza de los Estados Unidos podría repartir con coches autónomo de la compañía fundada por un par de veteranos de Google, Nuro, para entregar pizzas en Houston (Estados Unidos) a finales de este año.

El funcionamiento de este programa piloto es en apariencia bastante sencillo. Se efectúa el pedido en la página web y durante el trayecto se recibirán notificaciones sobre la ubicación de la unidad; eso en el caso de haber elegido este método de entrega. Cuando el vehículo está a punto de llegar, emite un código de acceso que abre la puerta del compartimiento.

Un servicio que puede resultar ventajoso si se limita a vecindarios de casas unifamiliares, pero inviable para edificios de apartamentos y pisos. Sin mencionar condiciones climatológicas adversas, que pueden imposibilitar el correcto funcionamiento de los distintos radares y cámaras.

Desde alimentos hasta comida para mascotas, medicamentos recetados y limpieza en seco, Nuro se centrado en la entrega en lugar de en el transporte, y su vehículo autónomo ya traslada pedidos en Arizona desde el año pasado.

Será el vehículo R2, que aún es un prototipo, el que comenzará a probarse en la vía pública entre octubre y noviembre de este año. Se trata de un vehículo sin espacio para el conductor "más ligero que un vehículo de pasajeros, más estrecho y más ágil, y que opera a velocidades más lentas", según la compañía.

Y como no hay posibilidad de que un humano pueda meterse dentro, la compañía enviará un vehículo que lo perseguirá para vigilar que todo vayan bien e intervenir en el caso de que haya un problema.

Uno de los puntos más interesantes de este concept es que repara en la esfera de la ética. Según Nuro sus vehículos sin conductor se pueden programar para que se "sacrifiquen" en caso de una colisión inevitable. Esto significa que están programados para priorizar la seguridad de las personas, otros usuarios de la carretera y el resto de vehículos sobre su propia integridad.

El R1 probablemente solo alcance los 40 km/h, por lo que no podría salir de vías urbanas. De momento, la compañía está utilizando una pequeña flota de vehículos Toyota Prius y Nissan Leaf reacondicionados con su hardware y software de conducción autónoma para llevar a cabo sus pruebas piloto en vías públicas. Eso sí, con conductores de seguridad tras el volante.

Algo también interesante es el hecho de que esta casi desconocida compañía -que cuenta con el capital de Softbank- está entre las cuatro únicas empresas que presentaron su informe de seguridad según las pautas creadas por el Departamento de Transportes de los Estados Unidos.