Expertos forenses identificaron los restos hallados en un terreno lindero a la casa que años después habitara Gustavo Cerati: pertenecen a Diego Fernández, desaparecido en 1984.
JUNTO A CASA DE GUSTAVO CERATI
Tras 41 años, encontraron el cuerpo de un joven de 16 que fuera asesinado en 1984
“No sentimos vacíos con este descubrimiento” dijo Javier, el hermano del Diego Fernández ultimado y desaparecido.
En la comisaría 39° de Capital Federal la causa fue caratulada como “fuga de hogar” y no se inició ninguna investigación seria.
Juan Benigno, su padre, falleció sin respuestas, en 1991. No pudo soportar la pérdida.
En 1986, la familia logró que la revista ¡Esto!, editada por el diario Crónica, les concediera una entrevista a doble página.
Fue el único medio que les dio espacio para contar su historia.
En esa oportunidad, el progenitor expresó su frustración ante la indiferencia policial:
En 2025, la familia no puede creer lo que está viviendo
“Yo preguntaba por él todos los días, era mi hermano mayor. Era todo para mí. Mis padres dejaron intacta su habitación, esperando que algún día regresara. Pobres mis viejos, repartieron miles de volantes y afiches con su foto” se quejó Javier.
Diego fue visto por última vez la tarde del jueves 26 de julio de 1984, en la esquina de Naón y Monroe, en el barrio de Belgrano.
Dijo que iba a visitar a un amigo. Nunca regresó. Cursaba sus estudios en la Escuela Técnica N.° 36 y jugaba al fútbol en las inferiores del club Excursionistas.
El cuerpo estaba enterrado a apenas 60 centímetros de profundidad y, según determinó la autopsia, Diego Fernández había sido asesinado de una puñalada en el pecho que le fracturó la cuarta costilla derecha.
La principal hipótesis es que los agresores intentaron desmembrar el cadáver con un serrucho, aunque no lo lograron. Fue enterrado con apuro y sin cuidado. Actuaron de manera improvisada.
Tras el análisis genético, los restos fueron identificados como pertenecientes a Diego.
Quién fue y por qué, las principales incógnitas
“Saber es importante, agradezco al equipo de antropología forense por la labor que hicieron ” dijo Javier, el hermano de la víctima.
La Fiscalía ahora intenta reconstruir qué ocurrió en esa vivienda en 1984 y quiénes vivían allí en ese momento.
Entre los señalados se encuentran una mujer de edad avanzada y sus dos hijos, de apellido Graf, quienes podrían ser citados a declarar.
La madre del joven asesinado, ya anciana, recibió la noticia acompañada por sus otros dos hijos.
“Se fue comiendo una mandarina de mi casa, sin documento siquiera” disparó Javier.
Junto a los restos óseos se encontraron varios objetos personales que ayudaron a reconstruir la identidad del cuerpo:
-una suela de zapato,
-un corbatín azul de colegio,
-un llavero con una llave,
-un reloj Casio CA-90 con calculadora,
-una moneda de 5 yenes, que en los años 80 era utilizada como amuleto por algunos adolescentes.
“Mi viejo tenía un negocio de venta de repuestos de Auto Unión (DKW) y se movió todo lo que pudo, pero nunca tuvo respuestas. Necesitamos saber qué paso, para tratar de tener un poco de paz" cerró Javier.