Por motivos ya que tengan que ver con ser un país más pobre, ya con errores del gobierno en la gestión, las vacunas contra el Covid-19 se han demorado a llegar a a los argentinos mucho más que a los ciudadanos de países del primer mundo.
UNA MASA ROBUSTA
No como el 1er mundo: Los argentinos sí se quieren vacunar
Según una encuesta, el 76% de los argentinos dice sí a la vacuna contra el Covid-19. La cifra es mucho mejor que en los países del primer mundo.
Sin embargo, ha medida que los inoculantes van ingresando al país, aparece una buena noticia: el 76% de los argentinos se aplicaría o ya se aplicó la vacuna al Covid-19, dice una encuesta de la Universidad de San Andrés.
La cifra es muy esperanzadora porque está cerca de la cantidad de vacunados que los expertos consideran necesarios para alcanzar la inmunidad del rebaño (estimación corrida recientemente, tras la aparición de las nuevas variantes del Covid-19, del 70% al 80% de la población).
La cantidad de argentinos dispuestos a vacunarse es superior a la cantidad de ciudadanos de muchos países del primer mundo dispuestos a vacunarse; allí la reticencia a las vacunas contra el Covid-19 es mayor.
Dentro de los argentinos, los más reticentes a la vacuna contra el Covid-19 son los jóvenes (la generación Z).
En USA, por ejemplo, hay grandes disparidades geográficas en cuanto a la aceptación de la vacuna. Mientras que en California y Nueva York, el porcentaje de vacunados rozaba el 60% en junio, en el sur (estados como Luisiana, Misissippi y Alabama) el porcentaje de vacunados ronda el 35%. No es por falta de vacunas. Es por falta de voluntad de vacunarse.
Múltiples encuestas muestran que los europeos están entre los más escépticos en cuanto a recibir las vacunas. Una encuesta de fines de 2020 mostraba que en Francia, solo el 59% estaba dispuesto a recibir una vacuna contra el Covid-19 con eficacia y seguridad comprobada. Eso explica por qué el presidente Emmanuel Macron ha recientemente impuesto medidas que practicamente son un forzamiento a la vacunación, muy resistidas por parte de la población, que el fin de semana pasado marchó en contra de estas medidas.