DISCURSO
La advertencia de Cristina al peronismo
En su alegato político, Cristina Kirchner buscó un alineamiento de todo el justicialismo detrás de su causa particular.
La vicepresidente habló durante 1 hora y media para sentar su posición sobre el avance del juicio que la tiene entre los acusados por presuntas irregularidades en el reparto de obra pública, del que principal beneficiado habría sido el empresario Lázaro Báez, también sentado en el banquillo.
El fiscal Diego Luciani pidió en el cierre de su alegato el lunes una condena de 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos al considerarla jefa de una asociación ilícita.
CFK había solicitado prestar otra vez declaración indagatoria ante los elementos que ella entiende que ingresaron al juicio posterior a ese descargo.
Ante la negativa de los jueces, la vice de Alberto Fernández optó por hacer una presentación a través de las redes sociales que fue retransmitida por los canales de noticia.
Allí acusó a los fiscales de leer un "guión". Anteriormente, ya había dicho que la causa estaba "fraguada" y que "la sentencia está escrita", lo que reiteró este martes.
También les imputó "no trabajar", porque no mostraron chats presuntamente comprometedores entre el exsecretario de Obras Públicas José López, otro de los imputados, y el empresario Nicolás Caputo, cercano a Mauricio Macri.
La Vicepresidente insistió en su tesis de que es víctima de una persecución por parte de un "partido judicial" que vino a suplantar a los "partidos militares" con el fin de "apartar los gobiernos populares" para "proteger a los que verdaderamente roban en el país”.
En ese sentido, relacionó los 12 años de pena que pidió el fiscal Luciani con los 12 años de los gobiernos kirchnerista, que ella definió como "los mejores de los argentinos", y encontró allí la explicación a su devenir judicial. "Por eso me van a estigmatizar y me van a condenar”, dijo.
Cristina Kirchner sostuvo -y ya lo había dicho en ocasiones anteriores- que las causas judiciales son para "disciplinar a la clase política".
Fue allí cuando advirtió sobre ese riesgo al peronismo en su conjunto. “Esto no es un juicio a Cristina Kirchner, es un juicio al peronismo: es contra los que peleamos por las jubilaciones, el salario, la obra pública”, dijo.
Fue una forma buscar un alineamiento del justicialismo detrás de su causa particular ubicando a sus dirigentes como eventuales destinatarios de procesos como los que la Vicepresidente atraviesa hoy.