Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía y mentor intelectual del ministro Martín Guzmán, salió este lunes al rescate de la titular del FMI, Kristalina Georgieva, de lo que él entiende es un intento de "desacreditarla y expulsarla" del organismo multilateral. En concreto, denuncia "un intento de golpe".
CARTA
Joseph Stiglitz, al rescate de Kristalina Georgieva
Joseph Stiglitz, premio Nobel y mentor del ministro de Economía, hizo una fuerte defensa de la titular del FMI.
El economista se refiere al informe encargado por el Banco Mundial que expone supuestas irregularidades en sobre clasificaciones del programa Doing Business que habrían beneficiado a China cuando Georgieva era titular de ese organismo.
"Esta es la misma Georgieva cuya excelente respuesta a la pandemia proporcionó rápidamente fondos para mantener a los países a flote y abordar la crisis de salud. y que defendió con éxito una emisión de $ 650 mil millones de “dinero” del FMI (derechos especiales de giro, o DEG), tan esencial para la recuperación de los países de ingresos bajos y medianos. Además, ha posicionado al Fondo para asumir un papel de liderazgo mundial en la respuesta a la crisis existencial del cambio climático", pondera Stiglitz a la actual titular del FMI.
En la lectura política, la defensa de Stiglitz no puede desvincularse de su relación con el ministro de Economía argentino y las negociaciones de este con el Fondo para modificar los términos para el repago de la deuda por US$44 mil millones que contrajo el gobierno de Mauricio Macri.
De hecho, en su carta publicada en Project Syndicate, Stiglitz menciona a la Argentina.
Tal vez Stiglitz necesita de la permanencia de Georgieva en el FMI para que las intenciones de su pupilo Guzmán lleguen a buen puerto, sobre todo cuando está bajo mucha presión de su propio Gobierno.
Sospechas
En el texto, el premio Nobel abre sospechas sobre el informe que el BM encargó a la firma WilmerHale. Asegura que no hay datos concretos, sino "pistas" sobre lo que pretende denunciar, por lo que sospecha que se trata de un trabajo destinado únicamente a desacreditar a Georgieva.
"El informe tampoco explica por qué no incluye el testimonio completo de la única persona, Devarajan, con conocimiento de primera mano de lo que dijo Georgieva. "Pasé horas contando mi versión de los hechos a los abogados del Banco Mundial, que incluyeron sólo la mitad de lo que les conté", ha dicho Devarajan . En cambio, el informe se basa en gran medida en insinuaciones", afirma Stiglitz.
Por otro lado, Stiglitz califica como un "verdadero escándalo" que el informe hace zafar al actual titular del BM, David Malpass, cuando habla de un supuesto beneficio a Arabia Saudita. En este caso, WilmerHale señala "un intento de mejorar Arabia Saudita en el índice Doing Business 2020 , pero concluye que el liderazgo del Banco no tuvo nada que ver con lo que sucedió". De esa forma, sostiene el premio Nobel, Malpass "escapa ileso" de la controversia.
"El que paga el flautista, parece, manda la melodía", agrega.
Motivos
Luego ensaya explicaciones sobre los motivos de lo que califica como un "trabajo de hacha" (para desacreditar).
"No es sorprendente que haya algunos que no estén contentos con la dirección que ha tomado el FMI bajo el liderazgo de Georgieva. Algunos piensan que debería ceñirse a su tejido y no preocuparse por el cambio climático. A algunos les disgusta el cambio progresivo, con menos énfasis en la austeridad, más en la pobreza y el desarrollo, y una mayor conciencia de los límites de los mercados", escribió Stiglitz.
Y sigue: "Muchos actores del mercado financiero están descontentos de que el FMI no parezca estar actuando con tanta fuerza como cobrador de créditos, una parte central de mi crítica al Fondo en mi libro La globalización y sus descontentos".
Aquí podría encontrarse un guiño a Guzmán, cuando se plantea que el FMI flexibilice los límites de sus programas para hacer sostenible el pago de la deuda. El kirchnerismo presiona al ministro de Economía para obtener un plan de pagos que se extienda más allá de los 10 años, lo que hoy veda los estatutos del organismo.
De hecho, Stiglitz menciona el caso argentino como ejemplo. " En la reestructuración de la deuda argentina que comenzó en 2005, el Fondo mostró claramente los límites de lo que podía pagar el país, es decir, cuánta deuda era sostenible. Debido a que muchos acreedores privados querían que el país pagara más de lo que era sostenible, este simple acto cambió el marco de negociación", recordó.
Stiglitz también encuentra las "rivalidades institucionales de larga data" entre el FMI y el BM motivos de lo que denuncia como una operación. Las mismas disputas ahora están "intensificadas" -dice- por "el debate sobre quién debería administrar un nuevo fondo propuesto para “reciclar” los DEG recién emitidos de las economías avanzadas a los países más pobres".
Por último, sostiene que "se puede agregar" a esos presuntos motivos "la vertiente aislacionista de la política estadounidense, encarnada por Malpass, un designado por Trump, combinada con el deseo de socavar al presidente Joe Biden creando un problema más para una administración que enfrenta tantos otros desafíos. Y luego están los conflictos normales de personalidad".
"Pero la intriga política y la rivalidad burocrática son las últimas cosas que necesita el mundo en un momento en que la pandemia y sus consecuencias económicas han dejado a muchos países enfrentando crisis de deuda. Ahora más que nunca, el mundo necesita la mano firme de Georgieva en el FMI", cierra.